Cuando todavía no se había cumplido ni una semana desde que media Comunidad Valenciana quedara sepultada por miles y miles de litros de agua, cuando la DANA ni siquiera ha abandonado del todo España, cuando quedan unos mil desaparecidos y la ayuda continúa llegando con cuentagotas a algunos de los pueblos más afectados, el Govern de Carlos Mazón y el Ejecutivo de Pedro Sánchez se enzarzaron en la batalla por el relato. Cuerpo a cuerpo.
Harto de escuchar que la tragedia humana “se podía haber evitado” con una mayor celeridad en la alerta telefónica, o que el Ejército no desplegó una mayor cantidad de efectivos desde el principio porque la Generalitat “no lo pidió”, el presidente autonómico decidió poner los puntos sobre las ies. Si las dos administraciones (estatal y regional) llevaban días tratando de ajustar el relato a sus intereses de manera soterrada, ayer lo hicieron a cara descubierta. Mazón, en sendas entrevistas en la Cadena COPE y Antena 3, puso en la diana a los organismos que dependen del Gobierno, a los que responsabilizó de algunas de las decisiones que tantas críticas le han costado. Por su parte, estos organismos, con la ayuda de algunos ministros, desmintieron con prontitud al barón popular. Cada uno contó una versión distinta. Cada uno trató de imputar al otro la catástrofe. Cada uno eludió entonar el ‘mea culpa’.
Mientras tanto, el líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, tal y como adelantó Artículo14, optó por mostrar su perfil más institucional. Nada que ver con la declaración que realizó durante la visita a la zona cero de la tragedia el pasado jueves. Ni con la actitud de Mazón, al que Génova, esta vez, ha eludido secundar.
Este lunes, en una comparecencia solemne desde Génova y después de reunir a su comité de dirección, el líder de los populares evitó ahondar en las críticas y los reproches. “Que nadie pretenda que participemos en un relato partidista. Ya basta de tanto relato”, clamó. “No voy a caer en nuevas críticas al Gobierno, no merece la pena”. Eso sí, insistió en que faltó información por parte de las autoridades estatales y que “ante un desastre de esta naturaleza no se espera, se actúa”, en alusión a las polémicas palabras de Sánchez “si necesitan efectivos, que los pidan”.
Todavía con el eco de las imágenes de los Reyes, Sánchez y Mazón asediados por una turba de indignación en las calles de Paiporta, el presidente popular condenó “la violencia” y defendió que esta crisis tiene que poner fin a una política de “división” y “confrontación” que ha degenerado en una “maltrecha relación de confianza entre los españoles” y sus representantes públicos. “Debe haber un antes y un después”, dijo.
En un discurso más bien propositivo, Feijóo planteó la necesidad de empezar a diseñar desde ya un “Plan Valencia” para la reconstrucción de la región. Y tendió la mano a Sánchez: “Corresponde encontrar aquello en lo que podamos trabajar juntos”. En ese sentido, le emplazó a aprobar en el Consejo de Ministros la declaración de Emergencia Nacional, lo que, de manera automática, arrebataría a Mazón el mando de la gestión. “Estamos ante una emergencia nacional. Si esto no es una emergencia nacional, ¿qué lo es entonces?”. A ojos de dirigentes populares, Feijóo no ocultó sus intenciones: “Está pidiendo a Mazón que se aparte. Es indiscutible”.
Mazón “bien, animado y con ganas”
Lo cierto es que Sánchez tiene potestad para aprobar esa declaración de Emergencia y tomar las riendas de la situación. Pero en Moncloa esgrimen que si no ha dado todavía ese paso es porque Mazón no la ha pedido. Ayer, en el equipo del president se desentendieron del llamamiento que hizo Feijóo: “En la Generalitat no estamos en la burocracia ni en los debates de competencias o de declaraciones que le corresponden al Gobierno. Estamos en el trabajo diario, las ayudas y la mejor coordinación de todos”. Esto es, no elevará a 3 el nivel de emergencia.
Fuentes del entorno de Mazón descartan que se vaya a pedir la citada declaración y señalan que el presidente autonómico se encuentra “bien, animado y con ganas; centrado en trabajar y desmontando los bulos muy claramente”. En las últimas horas, la Generalitat ha difundido un documento de cinco páginas en el que establece un orden cronológico de la tragedia. Todo para llegar a la conclusión final de que si se esperó a las 20:12 de la tarde-noche del lunes para enviar la alerta a los valencianos fue porque la Confederación Hidrográfica del Júcar, ente que depende del Gobierno, “no advirtió ningún riesgo” hasta las 18:43.
En su tournée de entrevistas, Mazón insistió en esa idea, que desmontó la Confederación con el siguiente argumento: “Las confederaciones hidrográficas no lanzan alertas públicas. El organismo competente para lanzar alertas hidrológicas son los servicios de emergencias autonómicos”.
Sobre el papel de la UME (Unidad Militar de Emergencias), Mazón negó que tuviera que pedir más efectivos toda vez que la Generalitat había dado la voz de alerta el mismo martes. “El máximo mando tiene que tener capacidad de llamar a Torrejón y que vengan más”. A lo que el propio teniente general de la unidad, Javier Marcos, respondió en una rueda de prensa desde el Palacio de la Moncloa: “No intervinimos rápidamente, primero porque la meteorología lo impidió. Segundo por orden y disciplina. No podemos añadir caos a una situación caótica. A medida que han pasado los días y en coordinación con la dirección de emergencias de la comunidad, que es quien decide dónde vamos o no, empezamos a actuar”.