Las dos vías ante el machismo en Junts: del pacto de silencio a los tribunales

Una de las diputadas que denunció acoso del partido de Puigdemont cierra un acuerdo mientras la otra víctima avisa que llevará el caso a la justicia

A la izquierda, Aurora Madaula; a la derecha, Cristina Casol

A la izquierda, Aurora Madaula; a la derecha, Cristina Casol Efe / Shooting

Las dos primeras denuncias de la historia de dos diputadas del Parlament de Cataluña por acoso de género van a tener un desenlace muy diferente. Ambas fueron formuladas durante la XIV legislatura (la pasada) por diputadas de Junts contra su propio partido y ambas dejaron al descubierto una realidad nunca antes descrita públicamente: la del machismo en la política.

De una de las denuncias, la presentada por Aurora Madaula, ya se conoce el final: retirada tras un pacto entre la exdiputada y la dirección de Junts. A la otra, la presentada por Cristina Casol, todavía le queda recorrido porque la exparlamentaria no piensa enterrar el asunto así como así. “Iré a los tribunales”, confirmó a Artículo14.

Madaula no ha querido resolver su litigio con Junts ante la justicia porque lleva varios meses echando un pulso político que ha incluido múltiples contactos con sus dirigentes. Es verdad que la dirección de Junts la apartó de las listas electorales de las autonómicas del 12 de mayo; y es igual de cierto que en ese momento no se había roto el hilo entre la que es vicepresidenta del partido y el el secretario general, Jordi Turull.

De resultas de esos contactos ha surgido un pacto que supone, por primera vez desde que se conocieron ambas denuncias, una autocrítica implícita por la actitud de Junts respecto a las denunciantes. En el comunicado conjunto Turull y Madaula constatan que, pese a los “avances legislativos importantes” para la prevención del acoso, “las instituciones públicas, los partidos políticos y una parte de la sociedad no han asumido, desgraciadamente, todo lo que es necesario asumir” y afirman “de forma honesta y rotunda, que todavía estamos lejos de alcanzar los objetivos que son imprescindibles“.


“Que en el debate social y político se produzcan conductas que pueden encajar en un acoso por razón de sexo, o de género, pone claramente en evidencia el camino que nos queda todavía por recorrer”, sostienen el secretario general y la vicepresidenta de Junts. Y añaden: “Son conductas que debemos hacer lo posible por erradicar; conductas que, con o sin voluntad, menosprecian y hieren a personas de manera injusta y que no contribuyen en nada a las instituciones, a los partidos, ni a la sociedad en general”.

En este contexto se plantean la revisión del protocolo interno y la formación, con la voluntad de ser “una fuerza política motor en el proceso de cambio estructural hacia el nuevo paradigma que la sociedad y sus instituciones merecen”.

El acuerdo alcanzado entre Madaula y Junts deja en nada el expediente que había abierto —y no resuelto— la oficina de Igualdad del Parlament. Hay que recordar en este punto que su caso quedó congelado después de que la dirección de Junts presentara una querella contra los tres expertos en igualdad que hicieron el informe subsiguiente a la denuncia de Cristina Casol. Dicho informe acreditó situaciones de “machismo arraigado”, pero no responsabilizó del mismo al presidente del grupo de Junts, que era el denunciado.

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