Carlos Malamud es investigador principal del Real Instituto Elcano, y figura en la lista de los “50 intelectuales iberoamericanos más influyentes” según Esglobal. Analiza para Artículo14 las continuas crisis de Gobierno de España con países Latinoamericanos durante este año.
Venezuela, Argentina, ahora México… ¿Qué suponen tantas crisis abiertas con países de Latino América?
Estamos en un contexto internacional cada vez más movido y turbulento. Eso repercute en todos niveles y no solamente afecta a España. Entonces esta no es una una situación excepcional, inclusive las relaciones entre distintos presidentes de la región son sumamente complicadas. Los insultos que se cruzan unos con otros son el pan nuestro de cada día. Y si se lo cruzan entre ellos, ¿cómo no se van a cruzar con España? Las lindezas que le dedica Milei a Sánchez también se las dedica Lula o a Maduro. Y así podríamos seguir.
Con el avance de de las tecnologías, también todo se recrudece porque exige una respuesta más inmediata.
Sí, y no solamente eso, sino que inclusive la diplomacia ya no juega el papel central que tenía en la política exterior de los países. Precisamente por eso que señalabas. El papel de los embajadores y los diplomáticos en general era mucho más importante antes. Ahora basta con descolgar un teléfono y o mandar un tuit.
Había un trabajo de campo más profundo.
Claro. Y los diplomáticos eran profesionales en esto de las relaciones entre países. Si había algún ruido, sabían cómo encauzarlo. Pero hoy todo es inmediato y exige respuestas.
¿Estas respuestas inmediatas van a traer consecuencias?
En el caso de México, las relaciones bilaterales son muy profundas desde toda perspectiva. Tanto las relaciones políticas, académicas, culturales… Las relaciones son muy intensas, muy profundas. Si esto se deteriora, sería una gran irrresponsabilidad por parte del Gobierno mexicano, tanto del entrante como del saliente. Decir que no invitó al Rey porque no contestó la Carta de López Obrador no responde a la mínima diplomacia. Es no conocer la propia realidad constitucional de España. No son los mexicanos quienes tienen que decidir a quién invitan o no, o lo hacen o no lo hacen, pero no se puede estar eligiendo si se invita al Rey o se invita al Presidente de Gobierno.
Es no conocer que la política exterior depende del Gobierno.
Y luego que un país como México, cuyos presidentes, tanto la entrante como el saliente, se dicen tan defensores de la doctrina Estrada, de la no injerencia en asuntos de otros países y del respeto por el derecho ajeno, que luego vayan a contracorriente de lo que dicen.
¿A qué juegan con estas provocaciones?
Yo no llamaría provocación a lo de López Obrador en su día, con las cartas al Papa y al Rey. Busca distraer la tensión sobre otros problemas más importantes. Y pedir que el Rey le conteste significa todo desconocimiento, porque el Rey no puede contestarle, sino el Gobierno. Que decidió no contestarle. Y me parece muy bien que no se hiciera porque no eran los modos. El Gobierno mexicano no puede darse el lujo de provocar esto, es una gran irresponsabilidad, más que una provocación. Una irresponsabilidad que surge de la ignorancia de no saber cómo funciona el sistema político español, de pensar que Felipe VI tiene los mismos atributos que Carlos V.
Felipe VI ha estado en 86 tomas de posesión, siendo Rey y Príncipe de Asturias. Para la Corona, América Latina ha sido crucial históricamente.
Sí, cuando era Príncipe de Asturias prácticamente iba a todas las tomas de posesión en América Latina. Cuando se convirtió en Monarca, el Rey Emérito lo sustituyó en algunas, no en todas.
¿Existe la hispanofobia?
Yo creo que es más una moda.
¿Cree que esta situación sería motivo suficiente para llamar a consultas al al embajador?
No, en absoluto. Yo creo que sería un gran error. No hay que darle a este acontecimiento más trascendencia de la que tiene.
¿Tanta crispación está fragmentando América Latina?
América Latina está sumamente fragmentada. No dividida en bloques, sino fragmentada en múltiples partes. Estas partes colisionan unas con otras. El respeto que antes profesaban los mandatarios entre sí, en muchos casos ha empezado a perderse y esto está deteriorando las relaciones intrarregionales. Eso es un hecho.