Begoña Gómez, imputada por el juez Juan Carlos Peinado, fue una de las grandes protagonistas del cónclave de los socialistas. La mujer del presidente del Gobierno llegó el sábado al recinto del 41º Congreso Federal del PSOE donde fue una calurosa acogida por parte de los delegados y cargos socialistas, que le han lanzado gritos de ánimo. Gómez apareció minutos antes de las 20.00 horas e hizo un recorrido por las instalaciones del Congreso en el que fue saludando a los militantes y a varios cargos con los que se ha ido encontrando.
Rodeada por varios integrantes de seguridad, se encontró en primer lugar con el ministro de Industria, Jordi Hereu, con el que se saludó con un abrazo, igual que con el presidente de Asturias, Adrián Barbón, tal y como recoge Europa Press.
A continuación siguió con el recorrido, que ha generado una gran expectación, mientras los simpatizantes socialistas se hacían fotos con ella y le dedicaban palabras de ánimo e incluso han coreado su nombre.
Todo después de que Cristina Álvarez, asistente de Begoña Gómez en la Moncloa, se acogiera el viernes a su derecho a no declarar en el Senado. Álvarez, que por mandato constitucional debía comparecer en la Cámara Alta, se limitó a decir: “Agradezco el interés en mi persona, pero con todo respeto a sus señorías no contestaré a las preguntas que me formulen puesto que las cuestiones por las que se interesan de mi declaración se encuentran judicializadas”.
Cabe recordar que el juez Peinado, que investiga las actividades privadas de Gómez, citó este pasado jueves a declarar como testigo a Álvarez, quien participó en gestiones de la cátedra de la Universidad Complutense de Madrid (UCM).
Los socialistas han dedicado buena parte de este congreso ha denunciar lo que consideran una estrategia de acoso y derribo “también desde sedes judiciales”, según afirmó este mismo sábado el secretario de Organización, Santos Cerdán, que se quejó de los ataques al entorno familiar del presidente.