La cena de gala escogida para que la Princesa Catalina Amalia haga su primera “puesta de largo” ha sido la de este miércoles, en honor a los Reyes de España. El “punto álgido” de un viaje de Estado, según las autoridades neerlandesas. Con un vestido capa azul y tiara de rubíes, ha lucido la gran cruz de la Orden de Isabel la Católica que le ha otorgado el Rey Felipe VI.
Esta asistencia no ha sido casualidad. Además de la gran relación entre los Reyes de ambas naciones, las herederas coinciden en generación. Apenas dos años las separan en el tiempo: La Princesa Leonor cumplió 18 años el pasado octubre y su “homóloga” europea tiene 20 años. Ambas Monarquías tienen en ellas puesta su confianza de permanencia en el futuro. Así lo manifestó el Jefe del Estado en el brindis: “Nuestras Monarquías parlamentarias miran juntas a un futuro próspero, mano a mano con dos mujeres jóvenes de su generación, profundamente comprometidas con su nación y su gente”, aseguró, desde la mesa presidencial, en la que también estaba sentada la hija del Rey Guillermo Alejandro.
El viaje de Estado de los Reyes a Países Bajos busca dinamizar las relaciones actuales entre los dos países, a nivel empresarial y económico. Hay muchos frentes abiertos de colaboración a todos los niveles, no sólo porque los principales organismos internacionales se encuentran en La Haya, como el Tribunal Europeo de Justicia, sino también por motivos económicos, como el el desarrollo del corredor del hidrógeno entre los puertos de Bilbao y Ámsterdam que visitaron en la tarde del miércoles los Reyes Felipe y Guillermo.
En este punto de potenciar la cooperación entre ambas naciones, la Monarquía juega un papel fundamental en la relación entre ambos Estados, y ambas Princesas están recibiendo ya formación para convertirse en un futuro en las próximas Jefas de Estado.
Mismo destino, distinta formación
Las herederas siguen en este momento caminos distintos en cuanto a su formación. Mientras que la Princesa de Orange estudia el programa de Licenciatura en Política, Psicología, Derecho y Economía (PPLE) de la Universidad de Ámsterdam y tiene cada vez más presencia en los actos públicos, como el de esta noche, la heredera al Trono de España se encuentra inmersa en su instrucción militar en la Academia Militar de Zaragoza. Aún no le ha llegado el momento de debutar en una cena de gala a la hija de los Reyes, pero sí ha protagonizado actos de gran calado y que afianzan su papel de heredera al cumplir la mayoría de edad, como ha sido la jura de bandera de las Fuerzas Armadas y la Jura de la Constitución.
Por su parte, la Princesa Amalia no está obligada a recibir formación militar, al contrario que el resto de las herederas. Los Reyes neerlandeses no son comandantes en jefe de las Fuerzas Armadas, como sí sucede en nuestro país.
La Princesa Amalia, amenazada por la mafia
Los vínculos de la heredera al Trono Orange con España con estrechos, aunque por un motivo turbio. La hija de los Reyes Guillermo y Máxima de Holanda se encuentra bajo estricta vigilancia por estar en el foco de una peligrosa organización criminal, la Mocro Mafia. Esto le ha llevado a vivir en España el año pasado, concretamente en Madrid, donde se siente más segura, alejada de las amenazas de secuestro de la banda. El Rey Guillermo dirigió un “sincero agradecimiento a Sus Majestades, y a todos los que colaboraron en este esfuerzo”, para que su hija pudiera continuar sus estudios en la universidad de Ámsterdam desde Madrid. “Fue una conmovedora prueba de amistad en un periodo difícil”, reconoció.