El Ala oeste de Moncloa

Las peleas de Díaz con Cuerpo y Montero cortocircuitan el equipo económico de Sánchez

La tensión de la vicepresidenta de Trabajo con el de Economía es la versión 2.0 de los choques del pasado con Nadia Calviño. Hacienda también cree que no debería haber reducción de la jornada laboral sin contar con los empresarios

En Sumar no se tapan; fuentes de la formación hablan a las claras de una estrategia de presión continuada para que el cantón socialista del Gobierno les compre de una vez la reducción de la jornada laboral y que la compre en los términos de Yolanda Díaz. La relación entre la ministra de Trabajo y el de Economía está muy magullada por lo que se está viviendo en las últimas semanas y a pesar de que ambos hablaron el pasado martes en el Consejo de ministros desde hace unos días no hay contactos entre sus equipos. Desde el entorno de Díaz se le quita hierro a lo del “mala persona” que todo el mundo interpretó como un dardo directo a su colega y se recuerda que “insultar no es su estilo y toda España lo sabe” con todo aseguran que la vicepresidenta “no se arrepiente de lo que dijo”.

Esas palabras han escocido y escuecen en el PSOE donde ahora se recuerdan nítidas las pasadas fricciones entre Yolanda Díaz y Nadia Calviño. La pelea de las vicepresidentas se convirtió en un rasgo distintivo de los gobiernos de coalición primero con Podemos y luego con Sumar. Díaz y Calviño chocaron por el subsidio de desempleo, por los despidos en pandemia, por la reforma laboral, el salario mínimo o la ley Rider. Sus perfiles dispares (tecnócrata bruselense ortodoxa versus abogada laboralista) hacían que habitualmente saltaran chispas. Aunque en menor medida, también le pasaba con María Jesús Montero que en muchas ocasiones era la encargada de embocar las ansias transformadoras de Pablo Iglesias y sus chicos.

Montero sigue ejerciendo ahora ese papel como guardiana de las cuentas. Hacienda tiene que velar por la estabilidad presupuestaria controlando al milímetro los gastos y el aumento del déficit. Por su parte el ministro Cuerpo es el heredero de Calviño y trata de mantener en el radar a unos empresarios con los que Yolanda Díaz no tiene tanto tiento. El pack económico lo completarían el ministerio de Trabajo y el de Seguridad Social (capitaneado por Elma Sáiz que tiene otro pulso con Díaz a cuenta de la contratación de extranjeros en origen).

Visto el panorama hay un buen cortocircuito en la computadora económica del Gobierno, motivado en parte según piensan en el PSOE porque Díaz cree que Cuerpo es más domeñable de lo que lo fue Calviño, pero las mismas fuentes recuerdan que apoyándole está la propia Montero. En el entorno vicepresidenta primera deslizan que no les ha gustado nada la forma en la que la vicepresidenta tercera está afrontando este tema de la reducción de la jornada laboral: “Aquí no hay nadie que no quiera impulsar la reducción de la jornada y no se trata de anunciarlo sino de hacerlo”, zanjan.

Para hacerlo sería mucho mejor según estas fuentes contar con la Patronal: “Es mucho más fácil sacar algo así adelante cuando viene del conjunto del diálogo social y por eso tenemos que intentar ese equilibrio”. En Hacienda piensan que todavía hay margen para atraer a los de Garamendi y lograr la reducción con un acuerdo pleno.

“Suponemos que pronto llevarán el tema al Consejo de ministros” ironizan desde Sumar. A pesar del pésimo punto de cocción de la negociación los de Díaz ven factible que su táctica de gota china acabe ablandando a la parte reticente del Ejecutivo. El partido de partidos recuerda que lo de la reducción de la jornada no es una ocurrencia navideña de Díaz y que todo está incluido en el acuerdo de coalición que se firmó hace un año; “un acuerdo que debe cumplirse”.