Las mujeres fueron las grandes protagonistas de las elecciones catalanas de este domingo porque fueron ellas quienes abandonaron mayormente a los partidos independentistas y, en consecuencia, quienes dejaron al bloque soberanista sin mayoría después de décadas de hegemonía en Cataluña.
Es la conclusión a la que ha llegado el analista electoral Andrés Medina a partir del resultado de este domingo y del trabajo demoscópico realizado antes del 12-M. Todas las encuestas incluyen las llamadas “preguntas de control”, las cuales permiten estudiar comportamientos por sexo, por edad y por territorio. A partir de esos datos, el instituto demoscópico ha dilucidado varias claves que explican lo ocurrido este domingo y ninguna es tan llamativa como la decisión de miles de mujeres de bajarse del barco independentista.
Así quedó la suma de escaños de las formaciones independentistas en el Parlament
“El electorado femenino se mueve de una forma mucho prudente que el electorado masculino. En el caso de las elecciones catalanas se puede constatar que muchas mujeres percibieron la oferta independentista como poco productiva y se decantaron por otras opciones: desde la abstención al cambio de papeleta”, analiza Medina a partir de los resultados y las encuestas.
Esta conclusión se traduce de varias formas, pero sobre todo de una: “Junts ha perdido mucho componente femenino y basa su resultado en el voto masculino. O, dicho de otra forma, las mujeres de Junts se han quedado en casa, aunque ha logrado compensar esta pérdida atrayendo a electores (hombres) de ERC”. Según la estimación de Metroscopia, un 57% de los votos que obtuvo Carles Puigdemont en estas elecciones procedió de hombres y solo un 43% vino de las mujeres. Una conclusión parecida se puede observar en la CUP, cuyo electorado también es eminentemente masculino (61%).
El análisis de ERC es diferente. Los republicanos sufrieron una gran sangría (-180.000 votos y -13 escaños), pero quienes más abandonaron sus siglas fueron hombres que acabaron en Junts, en el PSC y en la abstención. Las mujeres, en su caso, resistieron más que los hombres con la papeleta de Esquerra (el 58% de su electorado es femenino). De no haber sido así, la debacle se hubiera convertido en hecatombe.
El gráfico muestra con el porcentaje de voto de hombres y mujeres que recibe cada partido
En cambio, el análisis del voto del PSC, vencedor de las elecciones (42 escaños), es muy distinto, puesto que los datos muestran porcentajes muy parejos entre el electorado femenino y masculino. “Las mujeres son las que más han apoyado a Salvador Illa en Cataluña, pero en la recta final algunas se quedaron en casa. En todo caso, el voto socialista tiene un componente más femenino que masculino, pero en estas elecciones no ha sido lo más relevante porque han conseguido atraer a ambos sexos”, explica Andrés Medina.
Más datos, más partidos. El caso del PP, que quintuplicó sus resultados (de 3 a 15 diputados) también es interesante: “Ha crecido de forma muy equilibrada. Es un partido tradicionalmente masculinizado y en estas elecciones ha conseguido un aumento del voto de manera muy transversal. Su gran avance se debe a la gran recuperación del espacio femenino“.
Los extremos
Y, finalmente, vale la pena una mirada a los extremos y a la composición masculinizada de su voto . “Vox (11 diputados) mantiene su tradicional proporción de dos a uno: la proporción de hombres duplica a la de mujeres”, analiza Medina.
El caso de Aliança Catalana (2 escaños), la formación islamófoba e independentista, es todavía más exagerado: “Sílvia Orriols es una líder para un partido de hombres. Tres de cada cuatro votantes de Aliança Catalana son varones“.