Análisis

Las balas que complican las tensas relaciones entre España e Israel

Tras las tensiones con Sumar, el gobierno de Sánchez anunció que rescindirá la compra por valor de cinco millones de euros de balas de una empresa israelí

El gobierno de coalición de España se ha dado un tiro en el pie esta semana con balas israelíes. La polémica surgida por el contrato de compra a la compañía hebrea IMI Systems, con la firma de un contrato por valor de cinco millones de euros para balas destinadas a las fuerzas de seguridad españolas, desató nuevas tensiones entre los socios del ejecutivo español.

Por ello, Sánchez anunció que rescindirá el contrato de compra, que se formalizó bajo el radar el pasado mes de octubre. El Gobierno español está sacrificando consideraciones de seguridad por fines políticos y sigue situándose del lado equivocado de la historia contra el Estado judío, que está defendiéndose de ataques terroristas en siete frentes”, declaró a Europa Press un portavoz del ministerio de exteriores israelí.

Las relaciones formales entre España y el estado judío tardaron tiempo en formalizarse. Tras su fundación en 1948, Israel rechazó aceptar el creciente reconocimiento internacional y el levantamiento del boicot al régimen de Francisco Franco promovido en Occidente. En el marco de la guerra fría, Estados Unidos legitimó la España franquista por su ferviente postulado anticomunista. El nuevo estado judío, que inicialmente contó con el apoyó de la antigua Unión Soviética, rechazó validar a un país que fue aliado fundamental de la Alemania nazi durante la Segunda Guerra Mundial.

No fue hasta 1986, bajo liderazgo del gobierno socialista de Felipe González, cuando España e Israel formalizaron sus relaciones diplomáticas, en un acuerdo firmado en La Haya. El mismo año, España ingresó en la Comunidad Económica Europea -embrión de la UE-, con cuyos países Israel ya mantenía vínculos formales.

Para el entonces primer ministro israelí Shimon Peres, el acuerdo diplomático con España supuso abrir una nueva etapa, catalogada como “la época de oro que cerró Isabel la Católica”. El difundo dirigente laborista hebreo se refirió a los turbios años de la Inquisición Católica, en que se decretó la expulsión o conversión forzosa de los judíos de Sefarad (nombre hebreo de la Península Ibérica) en 1942. En los últimos años del franquismo, se reinstauraron discretamente comunidades judías en diversos puntos de España.

El mismo 1986, España también formalizó el estatus de la Oficina de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) en Madrid, el paraguas de organizaciones político-militares dirigido por el rais Yassir Arafat. De este modo, España abrió el camino a unas negociaciones de paz históricas: la Conferencia de Paz de Madrid (1991). Por primera vez en la historia, líderes israelíes y palestinos (también jordanos, sirios, y egipcios) se sentaron a negociar cara a cara posibles planes para solucionar el conflicto en Oriente Medio.

La Conferencia de Paz de Madrid se consideró como la antesala de los posteriores Acuerdos de Oslo (1993), en que por primera vez los palestinos reconocieron la legitimidad de existir del estado judío y se comprometieron a abandonar la lucha armada. Por su parte, Israel aceptó la creación de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), ente gubernamental que asumió la soberanía en Gaza y ciudades de Cisjordania, y que en el futuro debía convertirse en el gobierno de un estado palestino.

El asesinato del primer ministro laborista israelí Isaac Rabin a manos de un radical judío, la expansión de las colonias judías en Cisjordania y los atentados suicidas de Hamás y la Yihad Islámica, dinamitaron la esperanza de paz de Oslo.

España también está presente cerca de las fronteras de Israel. En el sur del Líbano, cientos de efectivos españoles forman parte de UNIFIL, las fuerzas de la ONU encargadas de preservar el alto el fuego entre el ejército israelí y la milicia proiraní Hizbulá. En la reciente guerra, se demostró la nula efectividad de estas fuerzas de paz, incapaces de erradicar la presencia de Hizbulá y sus ataques con proyectiles sobre el norte de Israel.

Otro asunto clave en las relaciones bilaterales fue la reparación temporal que impulsó España para los descendientes de judíos sefardíes. Se calcula que en todo el mundo hay más de 3 millones de judíos que durante siglos mantuvieron la lengua, las costumbres y el amor por la Sefarad de sus ancestros. En 2014, el Congreso aprobó una “ley de retorno”, que permitió conceder la nacionalidad a 6.432 sefardíes. No obstante, muchos protestaron por las trabas burocráticas y los altos costes legales del proceso, y lamentaron que la ley expiró en 2019.

Entre las visitas diplomáticas mutuas, destaca la llegada del entonces presidente israelí Haim Herzog a Madrid en 1992, donde fue recibido por el rey Juan Carlos I, en un emotivo en encuentro en la sinagoga de Madrid. Un año más tarde, don Juan Carlos y doña Sofía visitaron Israel en un primer viaje oficial, en el que el rey defendió el intercambio de paz por territorios, rindió homenaje a las víctimas del nazismo y plantó un olivo en un bosque como símbolo de la paz.

A nivel cultural, se fundó en 1988 la Fundación Tres Culturas del Mediterráneo en Sevilla, que promueve la cooperación cultural e interreligiosa entre cristianos, musulmanes y judíos. En 2006, se inauguró el Centro Sefarad-Israel, una institución público-privada que fomenta los vínculos culturales entre ambos países, y fomenta un mayor conocimiento de la tradición sefardí y judía en España.

A raíz de los atentados de Hamás del 7 de octubre de 2023 y el inicio de la guerra en Gaza, las tensiones entre los gobiernos de España e Israel fueron al alza. En noviembre del mismo año, el gobierno de Benjamin Netanyahu decidió retirar temporalmente a su embajadora en Madrid, Rodica Radian-Gordon, por las “indignantes palabras del presidente del Gobierno de España, que repite acusaciones infundadas”. Sánchez exigió a Israel cumplir con el derecho internacional en su respuesta militar en la Franja de Gaza.

En Israel tampoco fue bien recibida la imagen de Pedro Sánchez dando un discurso en el cruce de Rafah (en el lado egipcio de la frontera con Gaza), en el primer día de la tregua de 2023 en que se iban a liberar a decenas de rehenes israelíes capturados por Hamás. El presidente español abogó por impulsar la solución de los dos estados y condenó nuevamente la ofensiva bélica israelí. Ahora, la crisis por la compra de balas añade más leña al fuego.