Ganó Donald Trump. Arrasó, más bien. El magnate vuelve al poder con más fuerza si cabe: se lleva de calle el voto popular, retiene el Congreso y recupera el control del Senado. Su triunfo en las urnas, un seísmo en Occidente, también ha llegado a orillas de nuestro país, donde la derecha toma nota. En el Partido Popular, distintos dirigentes consultados por Artículo14 admiten que la corriente “anti-woke” que ha llevado de vuelta a la Casa Blanca al líder republicano “puede beneficiar a Vox”. Por eso, consideran que Alberto Núñez Feijóo “tiene que dar la batalla cultural”. Un oxímoron manido al que se aferran muchos políticos conservadores para reivindicar un espacio frente a la izquierda.
En las filas populares no son pocas las voces que plantean la necesidad de ahormar un discurso que plante cara al “sanchismo” desde otra perspectiva: “Las ideas”. Extremo que se podría articular en un congreso aún sin fecha. A juicio de distintos dirigentes, todavía falta por rematar “una alternativa” que vaya más allá de “echar a Sánchez” y que sea lo suficientemente atractiva para todos los votantes que se encuentran a la derecha del PSOE. Y eso sólo se consigue, apuntillan, combatiendo las políticas que promueve el Gobierno, de forma que el tablero español, que ven “inclinado hacia la izquierda”, se acabe equilibrando.
Según coinciden algunos barones del PP, la resurrección de Trump, que en España sólo ha celebrado Santiago Abascal, lanza un mensaje a la izquierda: una mayoría de ciudadanos en la potencia hegemónica mundial ha dado la espalda a sus políticas. Las citadas fuentes, además, enmarcan este hito en un movimiento social que cada vez gana más adeptos en el mundo y que ha aupado a dirigentes tan pintorescos como Javier Milei en Argentina o la propia Giorgia Meloni en Italia. “De un tiempo a esta parte, los únicos que ganan elecciones son los que llevan un discurso beligerante contra las políticas identitarias de la izquierda”, apunta una persona que, antaño, ocupó puestos de máxima responsabilidad en la formación popular.
Lo cierto es que ayer, cuando se confirmaron los resultados en Estados Unidos, el único político que sacó a relucir sendas fotos con Trump y con el que será su vicepresidente fue Abascal. “Es la hora de los patriotas. Es la hora de la libertad”, escribió con entusiasmo en su cuenta de X -antes Twitter-. A su vez, todos los mandos de Vox celebraron el éxito electoral del candidato republicano como propio, conscientes de que si hay un efecto contagio en España, ellos pueden salir beneficiados.
Para la izquierda, Trump es su caballo de Troya. De hecho, en España, una de las principales tácticas de Pedro Sánchez para erosionar a Feijóo consiste en acusarlo de “usar tácticas trumpistas” para llegar a la Moncloa. En numerosos debates, tanto el presidente del Gobierno como sus principales colaboradores han calificado la estrategia del líder de la oposición de “trumpista”.
En materia ideológica, el PP hace encaje de bolillos para no identificarse con Trump, al que la mayoría de dirigentes ven un “populista”, pero tampoco para alejarse del todo. No es ningún secreto que a Feijóo la figura del mandatario americano no le gusta. Tampoco al grueso de su comité de dirección. Ayer, en rueda de prensa desde Génova, la número dos del partido, Cuca Gamarra, eludió la crítica y -a la gallega- se limitó a transmitir las diplomáticas felicitaciones por “una victoria democrática incontestable” y expresó “todos los aciertos por el bien de los estadounidenses y también por el bien del resto del mundo”. Más tarde, preguntada por los efectos de las políticas proteccionistas de Trump en España o por su beligerancia contra Europa, optó por guardar silencio.
El auge de Trump, que ha hecho de su defensa por la seguridad, la lucha contra la inmigración o su rechazo al aborto sus principales banderas, en definitiva, remueve los cimientos en el PP. En las últimas elecciones europeas, los populares resultaron vencedores con un claro aviso a navegantes: la subida del Frente Nacional de Le Pen, o de Hermanos de Italia de Meloni, que se tradujo en un discurso mucho más contundente de Feijóo en materia migratoria el pasado verano.
Ahora, el PP vuelve a estar ante “un nuevo reto”. Así lo admite el politólogo y Profesor titular de ciencia política en la Universidad Carlos III de Madrid, Lluis Orriols, que en declaraciones a este periódico afirma que “la victoria de Trump va a tener una onda expansiva”. Un “movimiento de derecha radical populista” que, en clave doméstica, “Vox va a intentar surfear”. Por tanto, “¿cómo debe responder el PP? Es la pregunta que se están haciendo los partidos conservadores en muchísimos sitios”. A su juicio, el camino más inteligente es “mantener su estructura de partido tradicional, que recluta élites y que controla sus gobernantes” en lugar de caer en la “tentación populista de hiper liderazgos”.