El Partido Popular empieza el año con muy pocas cosas claras. Como casi todo el mundo si hablamos en clave política. Pedro Sánchez está inmerso en una maraña judicial asfixiante, un contexto en el que podría acabar procesado su hermano, su mujer, el Fiscal General del Estado y su número dos en el Partido Socialista, pero Sánchez, aun así, aguanta. En este punto, muchas son las voces dentro del PP que -en público y privado- reconocen que creen en esa capacidad para la “resistencia” del Presidente del Gobierno: “Aguantará todo lo que pueda, tenga o no presupuestos generales”, asegura un miembro de la dirección nacional de Génova 13. “Seguirá hasta que sus socios le abandonen”, matiza otro miembro de la cúpula popular.
Lo cierto es que -a pesar de la inestabilidad creciente y de esa sensación que transmite el PP de que va a caer el Gobierno casi semanalmente- no hay elecciones a la vista por mucho que lo quiera el líder popular. Feijóo, en las últimas semanas, ha trasladado el mensaje a sus barones territoriales de que “estén preparados” y con “la máquina engrasada” por si Sánchez convoca elecciones en 2025: “Quiere que los presidentes autonómicos no se relajen ante un posible adelanto”, explica un miembro del equipo de Feijóo. Fue un mensaje que les trasladó en el último Comité Ejecutivo Nacional del año. Un aviso que podría parecer un deseo del presidente del PP más que una probable realidad.
La verdad es que no es la primera vez que Feijóo pide a los suyos que “estén alerta”. Prácticamente es una máxima que les repite cada trimestre, pero el susto no termina de llegar y Sánchez continúa en el Palacio de la Moncloa. Existen sectores del PP que creen que a Feijóo “se le va a hacer muy largo” si Sánchez saca adelante los Presupuestos Generales del Estado.
Además, el Gobierno ya tiene en la recámara utilizar las cuentas prorrogadas de varias comunidades gobernadas por el PP (que no han llegado a un acuerdo con VOX en las negociaciones) para contraatacar el argumentario si no logra aprobar las cuentas. Será uno de los temas que tratará la dirección nacional con los presidentes autonómicos en el “encierro” de barones previsto en Asturias el fin de semana que viene, y que adelantó Artículo14. Una especie de “jornadas de trabajo” que suelen hacer los populares cada cierto tiempo.
La relación con Junts y Vox
En este punto, a pesar de que la legislatura parece no llegar a su fin, el PP prepara diversas posibles alianzas: cuidar las relaciones con los de Santiago Abascal y más pactos con los de Carles Puigdemont.
Lo cierto es que, ante las cámaras, Feijóo quiso enviar un mensaje muy claro a Abascal en su balance de fin de año: “Vox tiene que tomar la decisión de si quiere hacer oposición al PP o a Sánchez. A veces sus comportamientos son contradictorios y confusos”, dijo el líder del PP. La realidad es que la cúpula de los populares está trabajando en ampliar sus lazos con la formación de Abascal, sus únicos socios reales hasta la actualidad.
Así, según adelantó este periódico, el pasado 12 de diciembre se produjo una comida relevante entre dos delegaciones de PP y VOX. Por parte de los populares, asistieron a la comida Miguel Tellado, portavoz del Grupo Popular en el Congreso; Ester Muñoz, vicesecretaria de Educación y Sanidad -y uno de los activos en alza de la formación- y Pablo Vázquez, presidente de la fundación vinculada al PP Reformismo21. VOX estuvo representado por Kiko Méndez-Monasterio, que es la mano derecha de Santiago Abascal; José María Figaredo, secretario general de Vox en el Congreso de los Diputados; y Jorge Martín Frías, director de la fundación Disenso (vinculada a VOX). Ambas formaciones reconocen en privado el deseo de “cuidar” más su relación.
Actualmente, los de Abascal no paran de subir en los sondeos mostrando un suelo muy resistente. Las últimas encuestas publicadas reflejan un ascenso hasta más de los 40 escaños. Todas otorgan una suma que alcanzaría la mayoría junto al PP -pero con un VOX tan fuerte sería inevitable hablar de un gobierno de coalición con Abascal como vicepresidente-, un escenario del que siempre ha evitado hablar Feijóo.
Desde la dirección nacional del PP ya han “desistido” de intentar rascar votos a VOX y han optado por dejar el espacio más extremo a Abascal y centrarse en comerle terreno al PSOE por el centro. En este punto, sigue pendiente la presentación de la Ley de Vivienda de los populares.
Además, los de Feijóo intentarán seguir “camelándose” a Junts en futuras votaciones en el Congreso. En la formación hablan de acuerdos en iniciativas económicas y fiscales, donde ambas formaciones tienen puntos programáticos en común. Continuarán con esa estrategia de la dirección a pesar del “recelo” y desconfianza que esto levanta en algunos sectores del partido como Madrid o Cataluña.
Mazón “no” puede continuar
Ante este panorama -lleno de incertidumbre y simples cábalas-, la única certeza para la dirección de Feijóo es que el presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, debe ser relevado “tarde o temprano” tras su gestión sobre la DANA. “Está completamente achicharrado políticamente”, reconocen, en privado, en la cúpula nacional del partido.
Lo cierto es que desde la dirección nacional se ha insistido en que su futuro está vinculado a la “reconstrucción” de las zonas devastadas por la tragedia: “Serán los vecinos los que valoren el trabajo realizado y, la última palabra, la tendrá la dirección nacional”, explicaban fuentes próximas a Feijóo. En privado nadie (con peso) cree que Mazón pueda recomponerse políticamente: “Está marcado. Nadie le perdonará que no estuviese operativo el día de la tragedia”, explican fuentes del PP madrileño.
En las últimas semanas, Mazón ha trasladado hasta seis versiones distintas sobre lo que hizo las horas previas a la DANA. Seis versiones que han avivado el cabreo en la ciudadanía, que se lo recuerda cada vez que el barón sale a la calle.
Así, para el futuro de Mazón hay una fecha clave: julio de 2025. Es el mes en que el que está previsto que se celebre el congreso regional del PP valenciano. De momento, según fuentes de Génova 13, no está sobre la mesa retrasarlo. Fuentes de la cúpula creen que sería bueno que el propio Mazón decidiese apartarse y dar un paso atrás: “Que asumiera la realidad y no se presentara a la reelección”, expresan desde las filas. Hasta hoy Mazón sólo ha trasladado que no pretende tirar la toalla.
Lo que nadie duda en su partido es que -más pronto que tarde- el presidente de la Generalitat será “pasado”. Para el futuro de la Comunitat Valenciana ya suena un nombre en todas las conversaciones: el de la alcaldesa de Valencia, María José Catalá. Es una de las políticas mejor valoradas dentro de los sectores más duros del partido. Catalá (además de alcaldesa) es diputada autonómica, requisito imprescindible para liderar la oposición en Valencia.