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La Plaza de San Pedro espera para despedirse del Papa Francisco: “Volveremos cada día”

La multitud comienza a llenar el Vaticano: “Nos encontrábamos recorriendo Italia cuando nos sorprendió la noticia del fallecimiento del Santo Padre, y hemos decidido permanecer en Roma"

Miles de personas se aglutinan desde el 21 de abril en la Plaza de San Pedro y en sus alrededores. Los turistas, sorprendidos por la noticia del fallecimiento del Papa Francisco, deciden unirse al ambiente general de la ciudad santa, una mezcla de tristeza, estupor y cierta inquietud. Las pantallas de la columnata ya anuncian qué será lo siguiente: se podrá acceder a la plaza a partir de las 11:00 h. del miércoles para despedir a Jorge Bergoglio.

“Nos encontrábamos recorriendo Italia cuando nos sorprendió la noticia del fallecimiento del Santo Padre, y hemos decidido permanecer en Roma. Estamos tristes porque era un gran hombre”, explica un matrimonio mexicano que tiene pensado acudir mañana al velatorio de cuerpo presente en la Basílica de San Pedro. “Ayer estábamos recorriendo el Vaticano y escuchamos las campanas tocando por su muerte. No nos lo esperábamos. Vamos a regresar cada día, es un momento histórico”.

Además de italiano, el idioma que predomina en la plaza es el español. Unos jóvenes argentinos lamentan la pérdida del que ha sido el primer Papa de Latinoamérica: “Hemos seguido su trayectoria como representante de toda la Iglesia, con orgullo argentino también, aunque ha sido el Papa de todos. Se ha preocupado siempre por la gente más vulnerable, y quiso reformar la Iglesia para estar al lado de los pobres. Ojalá el próximo siga el mismo camino”.

La emoción de su última aparición

Empiezan a formarse colas en los accesos a la histórica sede, ahora vacante. “Estábamos aquí por turismo y mañana volvemos. Tuvimos la oportunidad de ver al Papa Francisco, pero nunca nos hubiéramos imaginado que sería la última vez que hiciera una aparición pública”, explica una joven que ha acudido a Roma junto a su madre.

“Ha sido una alegría poder verle, estar presentes en la Santa Eucaristía de Pascua y recibir su bendición. Sentimos mucha alegría por verle después de su larga estancia en el hospital”, añade su madre, que recuerda que se le veía “en malas condiciones”. “Ese fue su último servicio, al que estaba entregado como la máxima cabeza de nuestra Iglesia: despedirse de sus fieles”.

La ventana desde la que habitualmente se asoma el Papa Francisco para rezar el Ángelus, en la Plaza de San Pedro, en el Vaticano
EFE/EPA/MASSIMO PERCOSSI

“Es la primera vez que venimos a Roma, y queríamos conocerle y vivir el Jubileo, atravesar la puerta santa y poder ver al Santo Padre. Y gracias a Dios tuvimos esa oportunidad: nos da tristeza porque sabemos lo importante que es para nuestra Iglesia pero con su servicio y su entrega rezamos por que esté en el Cielo”, concluye esta familia.

“Damos gracias a Dios por su vida”

En la Via della Conciliazione se aglutinan cientos de periodistas. Algunos tratando de conseguir su acreditación (en la oficina afirman estar colapsados ante la avalancha de solicitudes, “miles y miles”, se excusan), otros ya informando con la imponente cúpula al fondo. “Ha sido un Papa fecundo y damos gracias a Dios por su vida”, afirma un sacerdote que retransmite con su móvil desde el epicentro de la noticia.

En general, predomina la alegría por su papado sobre la tristeza de su pérdida. Una turista procedente de Mumbai, en La India, retransmite también desde su canal de YouTube: “No me dedico a hacer información religiosa, pero como estaba aquí, y era un momento histórico, he decidido proporcionar información a mis seguidores”, explica a Artículo14 móvil en mano. “En general, los indios están agradecidos de que el Papa les haya transmitido a ellos también sus bendiciones”.

El funeral del Papa Francisco se celebrará el próximo sábado en la Plaza de San Pedro. Según sus deseos, será enterrado en la Basílica de Santa María la Mayor, en una sencilla capilla, reflejando su compromiso con la humildad y la cercanía a los fieles.

La Plaza de San Pedro, testigo de momentos históricos, se prepara para despedir a un Papa que marcó una era con su sencillez, su enfoque reformista y su dedicación a los más necesitados.

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