Fíjense en esta imagen del posado inaugural del desfile del 12 de octubre, en la que aparecen la princesa Leonor, el rey Felipe VI, la reina Letizia, Pedro Sánchez, Margarita Robles, Isabel Díaz Ayuso, el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, y el almirante Teodoro López Calderón, jefe del Estado Mayor de la Defensa. La escena no tardó en hacerse viral por un detalle que las redes no dejaron pasar: sólo ellas, salvo la princesa Leonor, llevan paraguas.
“¿Alguien puede explicarme por qué los hombres de la imagen no llevan paraguas? ¿Tiene algo que ver con la masculinidad frágil?”, preguntaba una usuaria en X. “Esa vieja y estúpida creencia de que los hombres (fuertes) y miembros del ejército (duros) no necesitan paraguas porque eso es de débiles (mujeres y niños)…”, comentaba también en X la experta en comunicación no verbal Patricia Centeno.
Pero, ¿cuánto hay de masculinidad y cuánto de protocolo en esta imagen? “El protocolo militar no distingue entre hombres y mujeres, sólo entre cargos. Por eso ni Su Majestad el Rey ni la princesa Leonor, al igual que los otros cargos militares uniformados, llevan abrigo o paraguas”, explica a Artículo 14 Marina Fernández, directora de la Escuela Internacional de Protocolo. “El uniforme militar prevé abrigos para climas extremos, como maniobras en zonas frías, pero las condiciones climáticas de ese día no lo requerían, ni para los militares ni para los civiles. En algunas ocasiones, Don Felipe ha asistido de civil y, aunque no llueva, puede decidir si usa paraguas o no. Tanto él como la princesa rechazaron el paraguas como un gesto de compañerismo, de solidaridad con los miembros de las Fuerzas Armadas que, al desfilar, no pueden protegerse de la lluvia. Es una manera de decir: ‘estamos todos en el mismo barco.’”
Primer enigma resuelto. Ahora surge otro: ¿qué pasa con los civiles, hombres y mujeres? “La decisión de usar paraguas es puramente personal y no está ligada al protocolo. En actos oficiales de esta magnitud, con autoridades de alto nivel, la organización pone paraguas a disposición de todos los asistentes en la presidencia, especialmente si la lluvia está prevista. No existe ninguna norma que diga que las mujeres deben usarlos y los hombres no. Es simplemente una coincidencia que las mujeres civiles —Su Majestad la Reina, la ministra y la presidenta de la Comunidad de Madrid— optaran por llevar paraguas, mientras que algunos hombres, como el alcalde de Madrid, decidieran no hacerlo. Si cualquier hombre vestido de civil hubiera decidido usar uno, no habría problema, ya que estaban disponibles para todos. Del mismo modo, si alguna de las mujeres hubiera preferido no llevarlo, tampoco habría inconveniente. Es una cuestión de elección individual. No deberíamos ver más allá de la coincidencia o anécdota el que los caballeros en la foto hayan rechazado el paraguas que se les ofreció”, concluye Fernández. Una decisión personal, aunque posiblemente condicionada para ellos. Masculinidades que desprenden un aire rancio, y cuestión de prioridades: la patria, siempre ante todo. Menos mal que el orgullo no se moja.