Hay escuelas con una capacidad inacabable de crear alumnos y la de Esperanza Aguirre, presidenta de la Comunidad de Madrid entre 2003 – 2012, parece una de esas. Muy distinta en términos políticos al primer presidente autonómico de Madrid del PP, Alberto Ruiz Gallardón, —”lo suyo era gobernar (1995-2003) desde la derecha gustando a El País“, dicen de él— Aguirre dejó al cabo de nueve años una profunda huella y, sobre todo, un estilo que hoy personifica Isabel Díaz Ayuso, a los mandos de un gobierno autonómico que el PP conquistó electoralmente por primera vez el 28 de mayo de 1995, es decir, hace ya 30 años.
Gallardón tuvo el mérito de romper la hegemonía socialista, pero la fórmula PP para dominar Madrid acabó siendo otra una bien distinta y la puso en marcha su sucesora, Esperanza Aguirre. El estilo de la política sin complejos, el de proyectarse como mujeres libres que no piden permiso ni perdón por defender sus ideas lo inauguró ella en 2003 y permaneció a salvo hasta sublimarse con Ayuso.
Cristina Cifuentes (presidenta entre 2015-2018), en todo caso, tuvo que poner tierra de por medio con Aguirre —y con su sucesor Ignacio González (presidente entre 2012 y 2015)— por los escándalos de corrupción que afectaron al PP de Madrid (Caso Lezo) y que acabaron con González en la cárcel durante unos meses. Pero el hilo no se perdió.
La base electoral
Un repaso a la serie histórica de encuestas del CIS sobre la Comunidad de Madrid, con particular atención al comportamiento por sexos, deja datos llamativos. El PP se ha apoyado históricamente en una base electoral más masculina que femenina para cimentar sus victorias. En Madrid, en cambio, los sondeos muestran que en muchas ocasiones ha habido más mujeres que hombres en esa base electoral.
Las encuestas de 2011, 2015 y 2021 reflejan esta mayoría de mujeres sobre hombres que responde “PP” a la pregunta (constante en las series del CIS) “¿Qué partido político le gustaría que fuera vencedor de las próximas elecciones?”. Un 36,5% de las mujeres se inclinaba por el PP respecto al 36,1% de hombres que lo hacía en 2011. La mayoría femenina también era visible en 2015 (21,8% vs 18%) y en 2021 (35,7% vs 34,4%).
El analista demoscópico Andrés Medina da más importancia a “la naturalidad con la que el PP ha sabido integrar a sus lideresas en Madrid tanto de forma orgánica como electoral”. “El PP ha sabido combinar un liderazgo femenino con una propuesta liberal y ha acabado siendo una fórmula de éxito. Es cierto que ha contado la inestimable ayuda de una izquierda casi siempre inmersa en guerras internas y recalculando rutas con uno y otro candidato“, explica a Artículo14.
Hablar madrileño
Y sigue: “Este toque liberaloide que las presidentas del PP han sabido dar en sus palabras conecta bien con los madrileños: Puedes vivir en Madrid sin encontrarte con tu ex pareja y eso es libertad; Madrid es una ciudad en la cual nadie te pregunta de dónde vienes. Estas frases de Ayuso podríamos decir que son hablar madrileño. La derecha ha aprendido a hablarlo y la izquierda no sabe”.
Hay otros discursos que resultan más polémicos, pero de alguna manera quedan amortiguados en boca de una mujer. Ayuso, por ejemplo, ha dicho en varias ocasiones que “no es lo mismo una inmigración que otra” y en algún caso (Alcalá de Henares) incluso vinculó la llegada de extranjeros de forma ilegal a agresiones sexuales a mujeres en este municipio. “Mentiras vulgares”, clamó la oposición.
Polarizan pero no son ogros
“Mi percepción es que las mujeres políticas polarizan, pero no parecen ogros como Javier Milei (Argentina) o como Donald Trump (Estados Unidos). Yo creo que esto se puede observar si nos fijamos en Giorgia Meloni (Italia) e incluso en Marine Le Pen (Francia). Creo que con Ayuso también pasa; en algún caso puede tener una salida de tono, pero creo que no asusta”, dice Andrés Medina.
La escuela Aguirre y de Ayuso, su alumna más aventajada, continúa. Basta con fijarse en Judith Piquet, alcaldesa de Alcalá; Rocío García, de Alcobendas; Paloma Tejero, de Pozuelo; y Lucía Fernández, de San Sebastián de los Reyes, por citar algunos ejemplos.