En los últimos años, la figura de Carles Puigdemont ha sido una constante en la política española. Especialmente, en el contexto del independentismo catalán. Su regreso a Cataluña desde su exilio autoimpuesto en Bélgica ha generado una serie de desafíos para los Mossos d’Esquadra, la policía autonómica catalana. La posible detención del expresidente, ahora una cuestión de relevancia nacional, enfrenta a los Mossos a una compleja situación que podría desembocar en un conflicto de grandes proporciones.
Desde que se anunció el retorno de Puigdemont, los Mossos han puesto en marcha un amplio dispositivo de seguridad para custodiar el Parlamento de Cataluña. Este dispositivo incluye la presencia de unidades de antidisturbios, vigilancia canina y controles exhaustivos del alcantarillado para prevenir cualquier amenaza. Sin embargo, la orden de detención sobre Puigdemont plantea una serie de retos logísticos y de seguridad que los agentes deben considerar cuidadosamente.
¿Cuál es la preocupación de los Mossos con Puigdemont?
Una de las principales preocupaciones de los Mossos es la posibilidad de que la detención de Puigdemont pueda desencadenar una “batalla campal”, han revelado fuentes consultadas por el El Español. La previsión de que miles de personas, simpatizantes del expresidente, se congreguen para apoyarlo añade un nivel de riesgo significativo. Fuentes policiales estiman que podrían reunirse entre 20.000 y 25.000 personas. Eso complicaría enormemente cualquier intento de detención sin causar disturbios.
Los Mossos están ante un dilema operativo. Detener a Puigdemont en medio de una multitud podría implicar cargar contra miles de manifestantes. Lo que podría resultar en enfrentamientos violentos y numerosas lesiones. En este contexto, los agentes deben optar por una estrategia que minimice los daños y evite la escalada de violencia. Algunas voces dentro del cuerpo sugieren que podría ser más prudente permitir que Puigdemont llegue al Parlamento y proceder a su detención en un entorno más controlado.
La actuación de los Mossos también depende de la coordinación con otras autoridades. La orden de detención que pesa sobre Puigdemont obliga a los agentes a arrestarlo. Sin embargo, cualquier acción deberá contar con la autorización expresa de la jefatura del cuerpo. Además, desde la Generalitat se ha mantenido contacto con el entorno de Puigdemont para evaluar distintos escenarios y encontrar la mejor manera de proceder.
¿Cuáles son los posibles escenarios ante la detención del expresidente catalán?
Existen varios escenarios posibles para la detención de Puigdemont. La opción más conciliadora sería una detención pactada, similar a la que se produjo con Clara Ponsatí, que fue retenida durante unas horas de manera coordinada. Por otro lado, la alternativa más arriesgada implicaría enfrentarse directamente con los manifestantes. Eso podría desencadenar un conflicto de mayores proporciones. Los Mossos están preparados para actuar en función del desarrollo de los acontecimientos y del número de personas congregadas.
El contexto político y la opinión pública también juegan un papel crucial en esta situación. Puigdemont sigue siendo una figura divisiva en Cataluña, con una base de apoyo considerable que ve en su regreso una oportunidad para reavivar el movimiento independentista. Por otro lado, sectores unionistas y el gobierno central ven su detención como una cuestión de justicia y legalidad. Los Mossos deben navegar entre estas presiones políticas y sociales mientras intentan cumplir con su deber de mantener el orden público.