La cuenta atrás para que los 8.700 militantes de ERC voten este viernes para aprobar o rechazar el pacto de investidura alcanzado con el PSC ya está en marcha. La dirección de Esquerra —comandada por la secretaria general, Marta Rovira— trabaja desde hace días a través de asambleas territoriales y de contactos con afiliados para poner a las bases del partido a favor del acuerdo alcanzado, a sabiendas de que existen suspicacias respecto al PSOE. Pero también hay quien trabaja para pulverizar el pacto y empujar a la política catalana a unas nuevas elecciones.
En este segundo grupo de los que remueven Roma con Santiago para torpedear el pacto de investidura destacan dos organizaciones: Junts y la Asamblea Nacional Catalana (ANC). El otrora poderosísimo brazo civil del independentismo ha perdido músculo respecto a los años de apogeo del procés, pero conserva recursos para dirigirse a la masa social del movimiento.
“Como presidente de la ANC, animo a los militantes independentistas a no favorecer un pacto político con el señor Illa“, dijo el presidente de la organización, Lluís Llach, en un mensaje difundido a través de redes sociales. La entidad también ha iniciado envíos masivos de SMS a partir de su poderosa red de contactos.
⬛⬜🗣️ “Animo als militants independentistes a no afavorir cap pacte amb el senyor Illa. En el cas que hi hagués una investidura, us demanaria estar a punt”.
El president @lluis_llach envia un missatge a l’independentisme. pic.twitter.com/GwUFVO4oK5
— Assemblea Nacional Catalana (@assemblea) July 30, 2024
Los torpedos de Junts
Por su parte, el partido de Carles Puigdemont también se ha lanzado en tromba contra el acuerdo de pSC y ERC criticando el núcleo del documento. Para empezar, Junts pone en duda que se haya consagrado el concierto económico —el cual no aparece en el documento—. Dicho esto, Junts quiso simplificar al máximo su visión del pacto subrayando que lo más tangible es que “no se podrá revertir” y que, por tanto, Illa tendrá cuatro años como presidente de la Generalitat para “pasar página” y “desnacionalizar” Cataluña.
La perspectiva de tener, por un lado, a Pedro Sánchez en La Moncloa y a Illa en la Generalitat pone a Junts en alerta y esa inquietud es la misma que quieren trasladar a los militantes. “Sánchez e Illa serían los encargados de desplegar los acuerdos en ámbitos, como la financiación, la lengua catalana o el reconocimiento nacional, en los que mantienen posiciones idénticas y alejadas de las reclamaciones históricas del catalanismo independentista“.
La pregunta a la militancia
En este contexto debe producirse la votación (telemática o presencial) de los militantes de ERC dentro de tres días. El resultado, aseguran los republicanos, se sabrá la misma noche. Y esta será la pregunta: “¿Estás de acuerdo en que Esquerra Republicana vote a favor de la investidura del candidato socialista a cambio de la soberanía fiscal, la promoción y protección de la lengua catalana, la convención nacional para la resolución del conflicto político y el resto de medidas acordadas?”
Hay una primera respuesta que no debe tomarse con rigor pero sí como señal de advertencia para la dirección de ERC. La obtuvo una encuesta de Nació Digital a partir de 20.000 participantes: el 83% votó en contra. Así que la dirección de Esquerra tiene motivos para pensar que puede tener problemas este viernes.