El Gobierno de PSOE y Sumar vive una crisis sin precedentes, en la que por primera vez uno de los partidos de las filas del socio minoritario reconoce que se plantea romper la coalición. El mismo escenario que hace escasas horas descartaban desde el PSOE y desde las filas de Yolanda Díaz. Y que en la mañana del miércoles ha rechazado Díaz, que exige a sus socios una rectificación sobre el polémico contrato en suministros armamentísticos adjudicado a una empresa Israel.
Al enfado por el incremento del gasto en defensa aprobado por el Consejo de Ministros de este martes, y comunicado a Sumar con escasas horas de antelación, se ha unido la decisión del Ejecutivo de no romper un acuerdo para comprar balas a una empresa israelí por valor de 6 millones de euros. Izquierda Unida, el partido con mayor implementación territorial en la coalición Sumar, reclama a Díaz una reunión urgente de la mesa de partidos, el órgano de coordinación y dirección de su espacio político. El Consejo de Ministros acordó no seguir
La situación es de tal gravedad que fuentes de la dirección de IU reconocen que barajan incluso plantear salir del Ejecutivo: “Tenemos todos los escenarios sobre la mesa”, aseguran. El coordinador federal de Izquierda Unida, Antonio Maíllo, ha acusado al PSOE de abrir “la mayor crisis desde que tenemos Gobierno, en 2023″, y ha advertido de que no van a tolerar “que ninguna partida vaya a financiar un Estado genocida”.
En la sala de prensa del Congreso de los Diputados, minutos después, el portavoz parlamentario de IU, Enrique Santiago, fue más allá y contempló incluso un escenario de ruptura. “Si al final hay que tomar una decisión de no seguir participando en el Gobierno, vamos a intentar que en España no haya un Gobierno de derechas”, afirmó.
El escenario al que se enfrentan es endiablado: por una parte, quieren que el “único Gobierno de coalición progresista” de la UE se mantenga. Por otra, reconocen que están ante una “seria contradicción”, y ha reclamado “un paso al lado” de los responsables políticos y los técnicos que han decidido seguir adelante con el contrato de la discordia. Con políticas que consideran propias de la derecha, temen que su permanencia en el Consejo de Ministros les erosione gravemente.
El Ministerio del Interior, en manos de Fernando Grande Marlaska, ha decidido no revocar la adjudicación del contrato a una empresa israelí amparándose en que la Abogacía del Estado expresara sus dudas. Con los trámites ya avanzados, alertan de que pueden verse obligados a pagar una indemnización a la empresa si hoy desisten.
IU rechaza rotundamente estos argumentos, y este miércoles Santiago ha enumerado una ristra de argumentos legales para sustanciar esta posición, y ha deslizado que Marlaska y la titular de Defensa, Margarita Robles, deberían demitir si no logran revertir la situación. El Gobierno decidió anular este contrato el 24 de octubre por la guerra de Israel en Gaza, y Santiago asegura que en diciembre todavía no se había firmado. Sin embargo, Interior ha optado por mantenerlo.
“Ni seis ni 6.000 millones pueden justificar que España caiga en ser cómplice de un genocidio”, reprendió el portavoz parlamentario de Izquierda Unida.
Díaz pide la comparecencia de Marlaska y revocar el contrato
Por su parte, la vicepresidenta segunda ha rechazado la ruptura de la coalición. Sí ha exigido una “rectificación inmediata” a Marlaska, además de que el ministro comparezca en el Congreso de los Diputados.
Díaz, que había minimizado horas antes las discrepancias de la coalición, hasta el punto de vender su “buena salud”, incidió en que este contrato supone “una vulneración flagrante de los acuerdos en el seno del Gobierno. Especialmente, dijo, en un momento donde se está produciendo “el genocidio en directo del pueblo palestino”.
A primera hora de la tarde Sumar no aclaraba cuándo se celebrará la reunión reclamada por Izquierda Unida. La izquierda evidenciaba la delicadísima situación en la que vive desde hace semanas, pero que ahora son incapaces de disimular. La gota que ha colmado el vaso han sido las balas compradas a Israel.