María Benjumea

María Benjumea: “Al dinero le importa un rábano quién tiene enfrente, hombre o mujer”

La fundadora de South Summit se declara políticamente incorrecta, recomienda a los políticos ser antes startaperos y pide a las mujeres confianza: "La sociedad nos necesita"

Mujer todoterreno, María Benjumea (Madrid, 1954) recibe a Artículo14 en la nueva sede de South Summit en la capital. “Sé que soy políticamente incorrecta”, avisa. Pide a las mujeres que “levanten un dedo” si observan alguna injusticia en el mundo de la empresa, y denuncien. ¿Está España prepara para una presidenta? “Totalmente”, responde sin dudar. Ve a la economía patria con buena salud y a la clase política le recomienda abandonar la polarización y buscar consensos. Al despedirnos queda la sensación de que cualquier sueño es alcanzable, solo hay que perseguirlo. Ese mismo día ella viaja a Corea para la primera edición de South Summit en el país. Incombustible.

Se define como una “startuppera” de 70 años… a priori parece incompatible.

Es super compatible. Cuando se habla de startup esto va ligado a innovación, crecimiento rápido y globalidad. Quizás esa parte de innovación, de emprendimiento, es lo que suena raro con 70 años, pero aquí es que da lo mismo la edad. No hay edad para hacer lo que uno quiere, lo que se proponga. Solo hay que creérselo.

Es verdad que los datos revelan que las mujeres estamos muy por detrás. Menos de un veinte por ciento se lanza a crear una startup. No es algo específico de este sector. Es un tema ligado a la mujer. En mi época no había tantas oportunidades, hoy todo el mundo puede ir a la universidad. Las mujeres se forman fenomenal, son buenísimas y entran en empresas sensacionales, pero es verdad que a partir de los mandos intermedios empieza a haber cada vez menos representación femenina. En la startup también pasa.

¿Por qué?

Sé que soy políticamente incorrecta, pero es que creo plenamente que es responsabilidad de las mujeres. Debemos convencernos de que de verdad merece la pena trabajar en un proyecto propio sabiendo que tiene muchas complicaciones y decidir que nos compensa. Requiere muchísimo trabajo, muchísima dedicación, y bueno, pues ahí nosotras somos libres para elegir.

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¿Pero tenemos las mujeres las mismas oportunidades?

En el mundo de la startup sí. No lo dudo un segundo. Lo que más se dice es que a las mujeres les cuesta más conseguir financiación que a los hombres. Mi teoría es distinta. Al dinero le importa un rábano quién tiene enfrente, si es un hombre o una mujer, un medio pensionista, la edad. El dinero no entiende de género. Lo que le importa es que lo que tú estés vendiendo, el proyecto, sea interesante. Tenemos que creérnoslo más. No sé si por cultura o por naturaleza, a veces nos cuesta más.

¿La maternidad es un hándicap?

Hoy en día los hombres se implican muchísimo en el cuidado de los hijos. No tiene comparación con lo que yo viví, y lo veo en mi hijo. Mi marido también estaba muy implicado, pero se pasaba el día fuera de casa. Luego está el tema de la naturaleza de cada uno que también influye. A nosotras nos tiran mucho los hijos. Hay que elegir y ser consecuente contigo mismo, es lo más importante. Hay madres extraordinarias que se ocupan mucho de sus hijos y de su trabajo, altas directivas que compatibilizan, o las que optan por no trabajar fuera de casa. Lo bueno es que somos libres, no todos tenemos que hacer lo mismo. Lo importante es tener la seguridad de que hacemos lo que hemos decidido, no lo que los demás nos imponen.

¿Se declara feminista?

Cuando yo iba a la universidad había mujeres, y anteriores a mí, que gracias a ellas estamos donde estamos. Esto para mí era un feminismo bien entendido porque realmente había una necesidad crucial. Es decir, que ahí sí había una necesidad.

¿Y cuál es el feminismo malentendido?

Debemos de ser objetivas viendo las cosas. Esto va de mujeres y hombres. Si hay algo que no te convence o crees que no tienes el mismo trato, levanta el dedo. Los medios de comunicación se van a poner todos a tu lado y ya no te quiero ni contar los políticos. Levanta el dedo, dilo, para que se ponga solución. En un porcentaje elevadísimo va de que nos lo creamos y no nos consideremos víctimas.

A veces no nos lo ponen fácil.

En el 2003 cuando aún no había cumplido cincuenta años se empieza a hablar del “techo de cristal”. Entonces yo empiezo a preguntarme ¿qué pasa? Y ponemos en marcha un estudio con 150 mujeres de todas las carreras profesionales. La mitad eran altos cargos y la otra mitad mandos intermedios. Con las entrevistas nos dimos cuenta de que no hablaban de trabas, ni de techos de cristal, sino que era un tema de confianza en ellas y pusimos en marcha el proyecto “Lidera”. Ahora me encuentro a muchas de las mujeres con las que trabajamos y me dicen que para ellas “fue un antes y un después” porque les abrió una ventana. Por eso para mí son muy importantes los mensajes. Si hay políticas, genial, pero lo que de verdad más favorece es que trabajemos con nosotras mismas y nos convenzamos de que la sociedad ha cambiado y nos necesita.

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¿Hay políticas para favorecer el emprendimiento?

Me atrevería a decir que todos los políticos apuestan por el emprendimiento, pero lo más importante es que la sociedad ha cambiado. Antes se veía con horror la posibilidad del fracaso, que es muy normal en el emprendimiento. Ahora en las universidades e incluso desde niños se inculca el emprender. Esto es muy importante.

¿Se parecen los políticos en algo a un emprendedor?

Pues depende del político, para mí todo depende de las personas.

Antes de entrar en política, ¿sería bueno haber montado una startup?

Buenísimo, considero fundamental que pisen la tierra. Es importante que los políticos conozcan lo que pasa en el mundo fuera de la política. La verdad es que les doy muchísimo mérito porque tiene una vida muy dura mientras están en política. No hago más que agradecerles la dedicación, pero creo que es muy importante que los políticos sepan del día a día profesional.

¿Están ahora muy alejados los políticos de los ciudadanos?

En muchos sitios sí, en otros menos. Por ejemplo, en Estados Unidos los políticos vienen normalmente del mundo profesional, fundamentalmente de la empresa, pero también ha habido presidentes que eran actores.

¿Está España polarizada?

Tenemos que empezar a luchar por nosotros mismos. Es decir, la unión hace la fuerza en todos los aspectos, aunque la política parezca que vaya por un lado, nosotros tenemos que tratar de trabajar unidos. Convencerles, que de verdad con la polarización no vamos a ninguna parte.

¿Cómo ve la economía española?

Comparándonos con Europa estamos muy bien. Nuestro crecimiento está bien, tenemos que tirar todos. Podemos estar donde queramos.

¿Tenemos un buen marco económico?

Creo que sí. Cuando nosotros salimos de España, a mí me encanta cómo nos ven. Yo voy vestida aquí en South S

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ummit, siempre con los colores de España, y los llevo cuando voy a Brasil, a Corea, México… Es muy común que se llame “facha” al que lleva los colores de la bandera. A mí no me lo han llamado nunca. Jamás. Y yo soy de las que digo lo que pienso.

 

¿Está España preparada para una mujer presidenta?

Totalmente. Puede haber una mujer en lo que queramos, las hay buenísimas en todo.

¿Kamala Harris o Giorgia Meloni?

Son perfiles muy diferentes, pero también vemos algo importantísimo que es que cuando se gobierna, hay cambios. La Meloni de ahora no es la misma de la campaña electoral.

Intervencionismo en la economía, ¿sí o no?

Bueno, hay de todo. Creo que las administraciones y los gobiernos están para facilitar, para hacer que las cosas funcionen. Por tanto, hay temas en los que hay que intervenir. Pero, en las regulaciones hay que tener también cuidado, tampoco hay que poner puertas al campo.

¿Nos recomienda un libro?

Hay muchos. Pero por decirte uno, a mí me encanta Stephen Slight, me encanta “El Mundo de ayer”. Para mí es un libro muy especial. Pero últimamente tengo muchos en mi cabeza.

¿Un consejo para una mujer joven?

Que los límites los pones tú.

¿Y para una mujer mayor?

El mismo. Tú puedes, y la actitud es lo más importante. Todos nos vamos a casa muchísimos días preguntándonos, cómo voy a salir de ésta, pero al día siguiente te tienes que levantar. No es que te levantes extraordinario, es que te tienes que levantar diciendo, “a por todas”. Y cuesta un montón que lo sigas manteniendo a lo largo del día, pero la actitud lo mueve todo, y la sonrisa creo que son claves.