La inmigración en España es un tema de relevancia política y social que sigue generando debate. La llegada de migrantes, especialmente a través de las rutas marítimas hacia las Islas Canarias, ha experimentado un notable incremento en los últimos años, a pesar de las cuantiosas inversiones del gobierno en países de origen.
El aumento de la inmigración en España
Desde 2018, la inmigración en España ha seguido una tendencia creciente, con un foco particular en las Islas Canarias. Según las estadísticas, en 2023 llegaron a las costas canarias casi 40.000 personas. Una cifra treinta veces mayor que la registrada en 2018. Este aumento exponencial se ha producido a pesar de las políticas y acuerdos implementados por el gobierno español en colaboración con los países de origen de estos migrantes.
Uno de los factores más preocupantes es la situación en Mauritania, Senegal y Gambia, países que han recibido importantes sumas de dinero por parte de España en un esfuerzo por frenar la salida de migrantes desde sus costas. A pesar de estas inversiones, el flujo migratorio sigue en aumento. Y eso, obviamente, cuestiona la efectividad de las políticas actuales.
Para entender el impacto de la inmigración en España, es esencial analizar las cifras en un contexto más amplio. Según datos oficiales, desde 2018, más de 100.000 migrantes han llegado a las costas españolas. Este incremento ha generado una presión significativa sobre las infraestructuras y servicios en las Islas Canarias, que han tenido que adaptarse rápidamente para hacer frente a la situación.
El coste económico de la inmigración en España
El gobierno de Pedro Sánchez ha destinado más de 500 millones de euros en ayudas a estos países desde que asumió el cargo. Estas ayudas incluyen desde proyectos de cooperación al desarrollo hasta fondos destinados a mejorar el control migratorio. Sin embargo, no se han logrado los resultados esperados, lo que ha llevado a muchos expertos a cuestionar la estrategia del gobierno.
Además de las ayudas directas, España también participa en programas internacionales de apoyo a los países de origen. Un ejemplo de ello es la contribución de 10 millones de euros a un fondo de la ONU contra el hambre en la región del Sahel, del cual Mauritania es uno de los principales beneficiarios. Sin embargo, estos esfuerzos no han sido suficientes para detener el aumento de la inmigración en España.
El gasto económico asociado a la inmigración no se limita a las ayudas internacionales. También incluye los costes de recepción y atención a los migrantes una vez que llegan a territorio español. Estos gastos incluyen alojamiento, atención médica y procesos legales, entre otros. Sin embargo, el coste total de la inmigración es difícil de calcular con precisión debido a la falta de transparencia en algunos de los datos financieros relacionados. Por ejemplo, según la Dirección General de Políticas Sociales, el coste de acoger a cada menor oscila entre 10 y 15 euros semanales. Además, aquellos menores que han sido extutelados, es decir, que ya han alcanzado la mayoría de edad pero siguen necesitando apoyo, reciben hasta 472 euros.