La suerte o desgracia del nuevo Govern de la Generalitat dependerá, por supuesto, de su presidente, Salvador Illa, pero también de las nueve conselleras que ha escogido, ya que en sus manos están los principales retos de su ejecutivo en estos instantes: la materialización de la llamada “financiación singular” de Cataluña, la pacificación de los Mossos d’Esquadra tras la fuga de Carles Puigdemont y la creación de 50.ooo pisos protegidos (“la política de vivienda más ambiciosa de la democracia”, en palabras de Illa). Por primera vez, un gobierno de Cataluña tiene más mujeres que hombres (nueve vs siete) y no solo se trata de cantidad, sino también de su peso político, particularmente en un gabinete sin la figura institucional de número dos (no hay vicepresidencia) pero sí con una consellera con bastantes más competencias que el resto: Sílvia Paneque.
Paneque estaba llamada a ser la alcaldesa de Girona. Logró la victoria en votos, pero un pacto entre formaciones independentistas acabó propiciando que la CUP se quedará la alcaldía con el apoyo de ERC y de Junts (pese a sus notables discrepancias con estos últimos a nivel de gestión municipal). Posteriormente, Illa la lanzó como candidata a la presidencia del Parlament, pero en este caso también la frenó el bloque independentista y Josep Rull (Junts) fue quien se llevó el gato al agua. Frustrada la alcaldía de Girona y frustrada la presidencia de la Cámara catalana, Paneque se convierte ahora en superconsellera: será portavoz y titular de Territorio, Vivienda y Transición ecológica. Se trata del departamento de la Generalitat con más presupuesto (+2.200 millones) exceptuando, claro, los del gran gasto social, que también estarán en manos femeninas: Salud (+11.000 millones, con Olga Pané al frente) y Educación (+6.800 millones, con Esther Niubó).
Los otros puntales
El otro puntal del gobierno de la Generalitat es la titular de Economía y Finanzas, Alícia Romero, que en las últimos ejercicios ha destacado como negociadora de los presupuestos. Romero ha trabado una relación fluida con ERC y necesitará echar mano de ella en esta legislatura para sacar adelante las cuentas, puesto que el acuerdo alcanzado con los republicanos tan solo es de investidura, es decir, que tendrá que pactar todos los proyectos con sus viejos conocidos. Pero la consellera se enfrenta a un reto mayor, en realidad, el de alumbrar un sistema de financiación de la Generalitat en la línea del concierto económico (esto es al margen del régimen común de las autonomías), lo cual conllevará tensiones con barones del PSOE, exigencias de ERC, el boicot de Junts y la feroz oposición del PP.
La tercera consellera que destaca en este Govern, es la de Interior, Núria Parlon, en este caso porque en su departamento es, ahora mismo, donde mayor malestar existe debido al fallido operativo policial que Interior organizó para detener a Puigdemont y las duras críticas que ha tenido que sufrir la policía catalana. Parlon prepara una amplia remodelación del departamento que, entre otras cosas, pasará por el regreso de Josep Lluís Trapero a la cúpula de los Mossos. El sindicato mayoritario del cuerpo policial, el mismo que habló de ridículo el pasado jueves tras la fuga, normalizó que puedan producirse cambios en la jefatura, pero pide que se les tenga en cuenta y que la consellera “no viva en una realidad paralela, en la que se tenga en cuenta sus necesidades de rédito político en lugar de las necesidades o prioridades en cuanto a seguridad”.
PSC con experiencia + CVs brillantes
Entre las conselleras también figura la exalcaldesa de Badia del Vallès Eva Menor, que liderará el departamento de Igualdad y Feminismo, creado por el Govern de ERC en la pasada legislatura y que el PSC se comprometió a mantener fruto del pacto de investidura con los republicanos. La conselleria pierde la denominación en plural debido a la posición histórica del PSC de marcar distancias con el colectivo trans, cuestión siempre polémica. También de los cuadros del PSC con experiencia de gobierno surge la consellera de Derechos Sociales e Inclusión, Mónica Martínez, que hasta ahora sido secretaria general de Inclusión en el Ministerio de Seguridad Social y que puede presumir de un brillante currículum académico.
Illa ha completado la elección de conselleras con dos perfiles muy intencionados. Uno, independiente, el de Núria Montserrat que también destaca por su deslumbrante trayectoria y que estará al frente de Universidades. Y otro, afín a ERC aunque independiente para Cultura, el de Sònia Hernández Almodòvar, con el que Illa ha querido proyectar parte de su transversalidad (también a escogidos a un exconseller de Junts y un exconseller de Unió).