Por primera vez, el Fiscal General del Estado verbalizó su versión de los hechos. Acudió este miércoles al Tribunal Supremo “tranquilo”, según fuentes cercanas, y con “ganas de explicarse”. Y eso que la cita era inédita, la expectación mediática máxima y su declaración clave en el caso. Y más allá de negar la revelación de secretos –“Rotundamente no”, dijo varias veces-, lo que hizo Álvaro García Ortiz fue pasar al contraataque, poniendo en su diana tanto al juez como a otra fiscal, Almudena Lastra.
Los gestos también fueron importantes, incluso antes de iniciarse la declaración. García Ortiz hizo valer su cargo de fiscal general para entrar por la puerta principal del Alto Tribunal, reservada autoridades. Reivindicó así que seguirá en su cargo pese a la investigación aunque, por primera vez, el Gobierno deslizó que hay más escenarios además de su continuidad. “De momento”, precisaron desde Moncloa, mantiene el respaldo del presidente Pedro Sánchez.
Ya en la sala, el fiscal general solo contestó a las preguntas de su defensa, del abogado del estado José Ignacio Ocio, y en su comparecencia fue muy duro. En primer lugar, consideró que la decisión del juez Ángel Hurtado de registrar los despachos de la fiscalía general en octubre supuso una “invasión del derechos fundamentales”. Fuentes presentes a las que ha tenido acceso Artículo14 indican incluso que García Ortiz dijo delante del propio magistrado que “estaba predeterminado y tenía claro cómo iba a acabar la instrucción”.
También tuvo palabras para la defensa de Alberto González Amador, la pareja de Isabel Díaz Ayuso. El fiscal general afirmó que nunca trató de perjudicarle y se negó a responder sus preguntas. ¿El argumento? Que había omitido en su querella que fue el novio de Ayuso el primero en filtrar información sobre su situación fiscal a Miguel Ángel Rodríguez, que después trasladó a la prensa un relato falso del acuerdo llegado con el ministerio fiscal.
La tercera en la diana del fiscal general fue Lastra, según las fuentes consultadas por este periódico. Según dijo García Ortiz, la fiscal superior de Madrid tiene desafecto a la cúpula del ministerio fiscal. Y fue un paso más allá insinuando que pudo llegar a ser ella la filtradora porque también tuvo acceso a la cadena de correos electrónicos.
“No creo que nadie pudiera dirigirse a mi persona de esa manera”, dijo, en su intento de desacreditar a su compañera en el ministerio fiscal. En concreto, se refería a la versión dada por Lastra sobre la nota de prensa y las presuntas filtraciones de datos particulares. “A las 9: 08 recibo la primera llamada del fiscal general del Estado y yo según descuelgo el teléfono porque, bueno, pues estaba un poco quemada con este asunto (…) por la filtración que había habido la noche anterior en la Cadena Ser, del contenido de los correos electrónicos, según cogí el teléfono, le dije ‘Álvaro, ¿has filtrado la nota?’, Me dijo eso ahora no importa, tienes que sacar…”, declaró Lastra, según la transcripción a la que ha tenido acceso Artículo14.
La declaración duró una hora y media, el fiscal general cargó contra todas las partes y elevó la tensión en la sala. Aseguró que cambió de móvil seis veces en cuatro años y evitó hablar de protocolos. Este jueves declara otra de las investigadas, Pilar Rodríguez, fiscal jefe de Madrid. Otra comparecencia clave en el caso para ver si ratifica las palabras de García Ortiz.