Ni al PP ni a Sumar les apetece que les hagan una foto votando juntos, pero están dispuestos a llegar hasta el final en su pulso con el PSOE, para que quienes cobran el salario mínimo no tengan que tributar por IRPF. Con todo lo que ello supone: que una parte del Ejecutivo vote contra el criterio del socio mayoritario del Gobierno, si antes no alcanzan un pacto.
En lo que toca al PP, se marcaría una victoria total, al lograr una división inédita entre los socios, así como una demostración de fuerza ante Pedro Sánchez. Las tres proposiciones de ley presentadas por el PP, Sumar y Podemos, para revertir la decisión de Hacienda y dejar exento el IRPF a las rentas que perciban el Salario Mínimo Interprofesional (SMI), ya han comenzado a tramitarse este martes. Han sido calificadas por la Mesa del Congreso, y ahora es el turno en el que la parte dominante del Gobierno puede mover ficha.
Con la pelota en su tejado, el Ejecutivo tiene dos opciones: aceptar la decisión de la Mesa, sin dar más batalla, permitiendo que puedan tramitarse las propuestas, o ejercer su facultad constitucional del veto por razones presupuestarias, bloqueando estas iniciativas. Tiene 30 días hábiles (cerca de mes y medio) para pulsar el botón del pánico.
Sin descartar todavía ninguna de las opciones, el ala socialista del Ejecutivo hace equilibrismo para no desvelar sus movimientos. “Me van a permitir que no adelantemos ninguna pantalla”, reclamó este martes Pilar Alegría, la ministra portavoz. La ministra socialista echó balones fuera en el mismo enclave, la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, en el que ella misma y Yolanda Díaz visibilizaron la división existente en el Gobierno sobre esta cuestión, en una comparecencia sin precedentes hace sólo una semana.
Ni en el PSOE esconden su enfado, ni tampoco lo hacen ya en Moncloa. “La posición del Gobierno es la que conocéis. Punto”, aseguraron fuentes del Ejecutivo. Niegan haber perdido “el debate social” sobre el IRPF, a pesar de las presiones de todos sus aliados parlamentarios y de la oposición para que cambien de tercio.
Sus socios han dejado pasar una semana sin rebajar la tensión, a pesar de participar en escenas de paz como los abrazos entre la vicepresidenta segunda y la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, el lunes, en un acto público. “No lo vemos con tanta gravedad”; “No vemos un drama”, apuntan.
Tampoco quieren aclarar si el presidente ha mediado entre las partes. Insisten en que la posición de Hacienda está clara, y rechazan aclarar sus pasos si finalmente no hay acuerdo y la pinza del PP o de Sumar se materializan. “Cuando llegue el momento, lo veremos”, zanjan. Tanto ellos como sus socios de Gobierno quieren evitar el choque, pero hoy no contemplan moverse de sus posiciones.
El PP, dispuesto a la pinza
En Génova, observan la crisis gubernamental y no descartan mover ficha. Fuentes cercanas al entorno de Alberto Núñez Feijóo reconocen a este periódico que el PP no descarta hacer una pinza con los de Yolanda Díaz para tumbar la propuesta del Ejecutivo y frenar, según ellos, “este impuesto a la pobreza”. Sin embargo, reconocen que ese escenario todavía queda lejos. “Si no llegan a un acuerdo en el Gobierno sería un desastre para ellos, lo más lógico es que rectifiquen”, argumentan.
En el caso de que el Ejecutivo no dé su brazo a torcer podría vetar la propuesta, pero esta opción sólo alargaría los plazos, porque los votos de Feijóo y Díaz suman mayoría en la Mesa del Congreso. Esto es, podrían levantar ese mismo veto, explican fuentes de la Cámara Baja: “Jurídicamente pueden hacerlo”. Sólo pensar en este escenario ya hace salivar al PP. “Veríamos al Gobierno luchar contra el Gobierno, no tiene sentido”, apuntan desde Génova.
También desde Sumar están dispuestos “a todo” para que no tribute el SMI. Lo dejó claro la portavoz de Sumar en el Congreso, Verónica Martínez Barbero, cuando aseguró que su proposición “no es una amenaza” al Gobierno, sino un compromiso de dejar “por escrito lo manifestado verbalmente”. “La pedagogía fiscal de la que hablan se traduce en que una reponedora pague lo que no paga un especulador, no podemos estar de acuerdo con eso”, afirmó ante los periodistas, en rueda de prensa.
También en privado, fuentes de Sumar aseguran a Artículo14 que están “dispuestos a llegar hasta el final”, aunque eso signifique unir sus votos con los del Partido Popular. “Para nosotros es una cuestión central”, subrayan desde la dirección del grupo parlamentario. Aunque reconocen que antes de que llegue ese escenario esperan llegar a un acuerdo con el Ejecutivo. “No creemos que la sangre llegue al río”, apuntan, en conversación informal con este periódico.
Si no logran un pacto que hoy Hacienda descarta, al contar con un mayor número de diputados, el PP tiene mucho más fácil que Sumar o Podemos remitir su iniciativa a pleno. Los de Díaz no quieren contemplar este escenario, pero hoy están un paso más cerca de la foto con el PP. Y votando en contra de la decisión de sus socios en el Consejo de Ministros.