Alberto Núñez Feijóo tiene una única fijación política: escribir el capítulo final del sanchismo en España. Lo reconoció hace días su principal escudero, Miguel Tellado: “Nuestra obligación es acabar con este Gobierno y lo vamos a hacer con todos los medios a nuestro alcance”. Consciente de que no hay máxima más útil para hacer descarriar al adversario que el “divide y vencerás”, esta semana, el PP se ha anotado un tanto con Sumar, dejando en la pantalla de resultados de la Cámara Baja una imagen inédita: las dos formaciones votando de manera conjunta para sacar adelante sus iniciativas. Ninguna de las dos partes han querido desvelar a los medios los detalles de cómo se ha fraguado este entendimiento que ha malhumorado, y mucho, a los mandos del PSOE.
Este miércoles, los principales dirigentes socialistas, desde la vicepresidenta María Jesús Montero, hasta el portavoz parlamentario, Patxi López, expresaron su malestar con los socios minoritarios del Ejecutivo por llegar a un entendimiento con el principal partido de la oposición para propinar una derrota al Ejecutivo… del que forman parte. A juicio de la número dos de Ferraz y Moncloa, se trata de algo “incomprensible”. López, directamente, dijo que le parecía “francamente mal” la elección de Sumar y le emplazó a elegir. “O a setas, o a Rolex”.
Concretamente, Sumar ha apoyado en el pleno de esta semana una iniciativa del PP para controlar la venta de armas por parte del Gobierno a Ucrania y otros países. Entretanto, el PP ha votado a favor de una medida de Sumar en materia hipotecaria. Preguntado por este hito, uno de los principales rostros de Génova, respondía con ingenio a Artículo 14: “La vida es una tómbola”.
Lo cierto es que este episodio podría ser el preludio de una pinza entre gallegos contra el presidente del Gobierno. Como antaño sucedió entre dos dirigentes antagónicos que, a su manera, propiciaron el final del felipismo en un periodo histórico. En el PP admiten que sería reeditar ese tándem que conformaron José María Aznar y Julio Anguita, y que el presidente del Gobierno de aquel entonces describió de manera escatológica. “Aznar y Anguita son la misma mierda”, llegó a decir.
En el contexto actual, que comparte ciertos rasgos con las postrimerías del primer gobierno socialista de la democracia, Feijóo acaba de descubrir una nueva vía de desgaste al Ejecutivo que está dispuesto a explorar. Ya a propósito de su agenda social, sus equipos no descartaron incluso un encuentro entre ambos, entre elogios de Sumar por el giro. No obstante, en el entorno del líder popular admiten que las expectativas de que los de Díaz torpedee la acción legislativa del Gobierno son escasas.
“Yolanda Díaz tiene un poder muy desproporcionado en el Consejo de Ministros con relación al número de escaños, y si hay unas elecciones, lo que se le viene encima es una debacle”, apuntan desde la dirección popular. Sobre el “pacto” rubricado esta semana con Sumar, la percepción en Génova es que se trata de un hecho aislado que obedece, más bien, a la necesidad de la vicepresidenta segunda de salir del ostracismo.
En los últimos días, conforme se han ido conociendo detalles de los casos de corrupción que afectan al Ejecutivo, en el espectro de la izquierda, algunos partidos como Podemos han empezado a marcar distancias. Lo han hecho con pretextos ajenos, pero elevando el tono como hasta ahora no se había visto. La formación de Ione Belarra, sin ir más lejos, ha lanzado esta semana su órdago a Sánchez: o rompe relaciones con Israel e interviene el mercado de la vivienda, o los diputados morados votarán en contra de los Presupuestos Generales del Estado.
De lo que no hay duda es de que Sánchez, a cada paso que da la investigación del Caso Koldo, está más sólo. Y Feijóo está decidido a hacer todo lo posible para que la Cámara aísle del todo al presidente del Gobierno. En los próximos plenos, no es descartable que el PP y Sumar se vuelvan a entender. Desde luego, la intención de la bancada que dirige Tellado es seguir forzando derrotas del Ejecutivo, que este miércoles volvió a sufrir un Pleno adverso en la carrera de San Jerónimo: perdió un total de ocho votaciones.
Al margen de las derrotas parlamentarias, este miércoles el Gobierno volvió a sufrir dos varapalos judiciales. Primero, el Tribunal Superior de Justicia de Madrid rechazó la tercera querella de Begoña Gómez contra el juez que la investiga por los delitos de tráfico de influencias y corrupción en los negocios. Segundo, el juez de la Audiencia Nacional que lleva el ‘Caso Koldo’ elevó la causa al Tribunal Supremo y pidió la imputación de José Luis Ábalos.
Finalizado el Pleno y conocidos los varapalos judiciales, compareció Núñez Feijóo ante la prensa en el escritorio del Congreso. Allí volvió a pedir la dimisión de Sánchez: “Es el 1 en decadencia y el 0 en servicio público en nuestro país. Por mucha información que haya salido no podemos acostumbrarnos a vivir en esta situación de putrefacción de la Presidencia del Gobierno. Lo que hemos vivido hoy nunca lo habíamos vivido en la democracia, nunca un presidente se había negado a dar un mínimo de información”. Pese a todo, Feijóo eludió despejar la incógnita de cuándo piensa el PP llamar a declarar a Sánchez a la comisión de investigación en el Senado. Un hito que se resiste.