El líder español de la oposición y presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, se reunió con la primera ministra italiana Giorgia Meloni ayer en Roma, para hablar sobre uno de los temas que sobrevuela la actualidad nacional y europea: la gestión migratoria. La visita es una oportunidad para elogiar una gestión, la del Gobierno derechista italiano, que el PP considera exitosa y para tender lazos con una líder, que nace como amiga de VOX, pero que en estos dos años se ha convertido en un actor clave en la escena europea, posición avalada por las elecciones del pasado mes de junio. La foto del jueves tiene así una lectura nacional, Feijóo plantea de forma directa una contraposición entre la gestión de Sánchez y el modelo Meloni en materia migratoria, y una internacional para Meloni que consigue arrebatar atención entre los países europeos sobre un tema fundamental de la política italiana.
En la rueda de prensa posterior al encuentro con Meloni y realizada junto al titular italiano de Exteriores, Antonio Tajani, Feijóo declaró que su viaje a Italia se debe a que el país transalpino ha conseguido reducir un 60% las llegadas y que España, sin embargo, las ha aumentado en esa misma cifra. Una contraposición que, justifica el líder del PP, demuestra que la líder de Hermanos de Italia ha trabajado durante este tiempo y Pedro Sánchez no lo ha hecho. Aun así, ha evitado responder si implementaría algunas de las famosas medidas de Giorgia Meloni.
Es la segunda vez en una semana que se produce un encuentro de este tipo en Roma. El primer ministro británico, el laborista Keir Starmer, viajó también a la capital italiana este lunes para reunirse con Giorgia Meloni para “aprender” de las políticas llevadas a cabo por la primera ministra en estos dos años de gobierno. Starmer elogió, dato que ha querido también recordar también el proprio Feijóo, que Meloni consiguiese rebajar un 60% las llegadas a las costas italianas, puerta de entrada de la ruta del Mediterráneo central.
Así es el modelo Meloni
El modelo Meloni para la gestión del fenómeno migratorio se ha centrado en la colaboración con países de origen y de tránsito, a través de acuerdos económicos cuantitativos principalmente con Túnez, apoyados por la Unión Europea. Sin embargo, el trato a los inmigrantes y refugiados por parte de los gobiernos de los países del norte de África es habitualmente objeto de denuncias por parte de organizaciones que velan por los derechos humanos. Además, al inicio de la legislatura, se puso en marcha un decreto para limitar el trabajo de las ONG que realizan labores de salvamento en el Mediterráneo y que les exige, en muchas ocasiones, desembarcar en puertos lejanos de las zonas más peligrosas, como las costas de Lampedusa, lo que limita su cobertura en ese punto clave.
A esos dos aspectos se ha sumado el plan de colaboración con Albania, desarrollado a través de la externalización de la gestión migratoria con la creación de centros de acogida de migrantes fuera del territorio europeo tras un acuerdo millonario con el primer ministro albanés Edi Rama. El propio líder británico Keir Starmer ya elogió este modelo hace unos días y en la jornada de ayer, el líder del PP, a pesar de que no ha querido entrar en detalles que considera que en este momento no son su competencia, ha valorado la eficiencia de las estrategias italianas. Estos centros, a pesar de que Meloni pensaba poder inaugurarlos este verano, llevan varias semanas de retraso y se conoce poco sobre cómo será su funcionamiento.
Aunque este parece el mejor momento en cuanto al reconocimiento europeo a Meloni por sus políticas migratorias, en realidad el apoyo de Ursula von der Leyen durante la pasada legislatura fue fundamental. De hecho junto a ella viajó a Lampedusa y a algunos de los países con los que se han establecido acuerdos europeos para frenar la salida de migrantes hacia las costas del sur de Italia. En julio de 2023 Meloni, von der Leyen y Mark Rutte viajaron a Túnez y en marzo de 2024 a Egipto.
Feijóo ya había defendido a Giorgia Meloni en mayo de este año declarando que “no era como Orban”. Añadió en aquella ocasión, además, que la líder defendía el estado de derecho, había firmado un pacto de inmigración y era “declaradamente pro-europea”. Además, Meloni se ha distanciado relativamente de los de VOX con los movimientos generados por los comicios europeos en los últimos meses y ya no se encuentran en el mismo grupo, ahora los de Abascal se han unido a Víktor Orban. Aunque existe una sintonía especial que se mantiene desde que la líder italiana versionó en un mitin de VOX su hit en España: “Yo soy Giorgia, soy una mujer, soy una madre, soy cristiana y no lo pueden quitar”. En general, el tema migratorio le ha servido a Giorgia Meloni para alzar su voz entre los líderes europeos y conseguir una posición de debate más privilegiada, siendo Italia aún, a pesar de la reciente bajada de llegadas, el principal país de entrada a Europa.
Los datos de llegadas
Italia sigue siendo el principal país de entrada a Europa con 44.000 migrantes y refugiados que han alcanzado sus costas. Detrás se encuentra España 38.000 personas y Grecia 37.000. Aun así, Italia ha reducido considerablemente sus llegadas respecto a 2023, año en el que desembarcaron alrededor de 158.000 migrantes, el 50% más respecto a 2022 y un 130% más que en 2021. La rebaja notable durante este año no modifica sin embargo los preocupantes datos de fallecidos en el Mediterráneo. Según datos de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) desde el inicio de 2024 hasta el 14 de septiembre son ya 466 muertos en el Mediterráneo y 655 desaparecidos. En 2023 fueron 2.271.
Los datos del ministerio del Interior italiano respecto a las llegadas a Italia y a los países de origen demuestran que se ha producido una rebaja considerable de los migrantes que salían de Túnez, que en 2023 fue el primer país de procedencia y de la misma manera, aunque ligeramente menos, se han reducido las personas que salían de Libia. Ambos países se encuentran dentro de los acuerdos establecidos por el Gobierno italiano de Giorgia Meloni y con la colaboración de la Unión Europea para impedir la salida de inmigrantes hacia Europa. A eso se suma el aumento del flujo en otras rutas como la Canaria.