Las vacaciones ya están aquí. También para el Partido Popular. Esta semana se ha celebrado la última Junta Directiva Nacional (máximo órgano entre congresos) de este curso político. En un céntrico hotel de Madrid se reunieron la cúpula y los presidentes autonómicos, a los que se les trasladó la idea de que debían estar “preparados” para cualquier escenario. En este sentido, Alberto Núñez Feijóo les dijo que debían irse de vacaciones —es consciente del ciclo electoral agotador que han vivido durante el último medio año— pero que manteniendo “un ojo abierto” por lo que pudiese ocurrir. Sobre todo, teniendo en cuenta que el futuro de Cataluña se decide durante el mes de agosto.
Así, Feijóo tiene la sensación de que la legislatura puede “explotar” en cualquier momento. No porque el presidente del Gobierno vaya a convocar elecciones -algo que ven totalmente improbable-, sino porque sus socios continúen estrujando tanto la aritmética parlamentaria que hagan que la situación sea totalmente insostenible. Incluso para Pedro Sánchez. En los últimos días, el partido de Carles Puigdemont ha tumbado el techo de gasto y la toma en consideración de la ley de Extranjería, haciendo más evidente que nunca la total dependencia que el Ejecutivo tiene de Junts.
Lo cierto es que en Génova 13 miran con atención el desenlace de la negociación en Cataluña entre PSC y ERC. Muchos creen que Salvador Illa será presidente y que Sánchez busca así marcarse “un tanto”, una “victoria”, dentro del panorama desolador que va cosechando. Otros califican de “dilema terrible” la encrucijada en la que se encuentra el presidente del Gobierno: “O hace presidente de la Generalitat a Puigdemont obligando a Illa a renunciar o no pasa ni los presupuestos ni una sola ley en el Congreso”, augura un miembro de la dirección popular. Puigdemont podría condenar a la legislatura a un colapso total: “Un escenario atroz incluso para el funambulista de Moncloa”, sentencia un presidente autonómico.
En los últimos días, Feijóo ha insistido, casi diariamente, en que Sánchez debería convocar elecciones: “Redacte la tercera carta y váyase. El Gobierno está noqueado”, sentenciaba el líder popular recalcando que, hubiese o no elecciones en Cataluña, Sánchez debería dar un paso al lado. “Alguien tiene que decirle que esto tiene que parar(…)Ese alguien somos nosotros. Estamos ante los últimos coletazos de la legislatura”, sentenció.
Caso Begoña Gómez
Será en la Cámara Alta donde el PP regrese con las pilas cargadas en septiembre. Miembros de la cúpula aseguran que el presidente del Gobierno será llamado a la comisión de investigación en el Senado con el inicio del curso político. El PP lleva amagando con llevar a Sánchez (más de dos meses) a la comisión sobre los vínculos laborales de su mujer porque creen que existe un conflicto de intereses y tráfico de influencias.
La dirección del partido conservador asegura que siguen esperando la información del volcado de los teléfonos móviles del caso Koldo García porque creen que esa información es clave a la hora de “interrogar” al presidente del Gobierno. Así, veremos a Sánchez desfilar por el Senado más pronto que tarde, a pesar de que esos interrogatorios son un arma de doble filo. Los populares han reconocido que en otras sesiones de la comisión no han sabido “sacar todo el partido” a la iniciativa.
En este punto, la duda sigue siendo si (en algún momento) llamarán a esa comisión a Begoña Gómez, la mujer del presidente. El líder del PP ha dicho en numerosas ocasiones que no quiere hacerlo. Feijóo considera que es una “línea roja” y que quien debe dar explicaciones es Pedro Sánchez. Pero podría haber una forma para meter a Begoña Gómez sin que se “manche” Feijóo: llevándola a la comisión de investigación de la Asamblea de Madrid.
En el mes de octubre, en la cámara autonómica arrancará una comisión sobre la Universidad Complutense de Madrid, donde se desarrollaba la cátedra de Begoña Gómez. La lista de comparecientes se redactará en septiembre y miembros de la dirección del PP de Madrid aseguran que “no tendría sentido no llevar a la protagonista”. Precisamente los senadores del PP madrileño han sido los más insistentes con la tesis de que Begoña Gómez debía comparecer en el Senado. Esta podría ser una buena fórmula intermedia.
¿Moción de censura?
Y sobre la idea de la moción de censura, lo cierto es que el líder del PP no llega a descartarlo del todo. En la dirección nacional siempre han mantenido que se debían dar las condiciones idóneas y tener los números para ello. Algo que, de momento, Feijóo no tiene. Sobre todo lo segundo. Hay miembros que piden “explorar” la posibilidad de que esa moción pueda tener apoyos, pero la gran mayoría de populares creen que es totalmente inviable una moción de censura actualmente.
Así, barones territoriales sostienen que “sería muy difícil explicar un acercamiento a Junts (…)nuestras bases dicen que con Puigdemont ni agua”, explica un presidente popular. Otro piensa que, ahora mismo, sería más difícil convencer a VOX tras la ruptura de relaciones: “No hay puentes con Abascal a nivel nacional y eso, para que la moción salga, se debe restablecer”, dice un presidente que, además, ve improbable que en la misma ecuación puedan estar a la vez VOX, Junts y PNV. Sería otro cocktail explosivo.
La realidad es que Feijóo ya avisó a Sánchez de lo que le pasaría en el propio debate de investidura del presidente: “Señor Sánchez, cuando el independentismo le falle, cuando hasta a usted le supere la legislatura, y ocurrirá, no me busque”, le advirtió el líder popular. Era un Gobierno imposible y se intuía desde el mismo 15 de noviembre del 2023. La duda es si Feijóo -ante unas hipotéticas elecciones- conseguiría agrupar a una mayoría parlamentaria menos gaseosa que la existente.