Durante 48 horas, el líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, convivirá con sus doce presientes autonómicos en el retiro que se celebra hoy y mañana en Colunga, Asturias. La idea de Feijóo es escuchar a todos los barones para diseñar la estrategia del nuevo curso político. Sobre la mesa, temas tan importantes como la “migración, la financiación autonómica” y el más importante de todos: la vivienda.
El encuentro, que pretende exhibir una fotografía de unidad, tiene como objetivo sellar un “gran pacto” a través de “reformas legislativas” que el PP impulsará en el Congreso una vez estén coordinadas. Según confirman fuentes de la dirección del PP a Artículo14, las reformas están “prácticamente hechas” y la idea es que antes de que acabe el mes puedan presentarlas en el Congreso. Según la secretaria general del PP, Cuca Gamarra, los dirigentes populares “saben entenderse y quieren compartir y ofrecer políticas al resto de comunidades autónomas” para que se sumen a la hora de abordar retos como el de la vivienda.
El PP es consciente de que la vivienda es una de las principales preocupaciones de los españoles. Así lo reveló el barómetro de octubre del CIS, que sitúa la vivienda como la tercera preocupación de los españoles, escalando más de 15 puntos en el último año. De hecho, fuentes de la dirección del partido confirman a este periódico que “la vivienda puede hacer caer a Sánchez”, y argumentan que esta es una de sus principales “estrategias” para ganarse al electorado de centro.
“Frenar la okupacion”
Uno de los objetivos de estas reformas, según aclaró Cuca Gamarra, es “frenar la okupación garantizando un sistema jurídico seguro”. El PP quiere dar la batalla contra la “inacción” del Gobierno, al que recrimina una “política intervencionista” que lejos de provocar una bajada en los precios del alquiler ha causado “todo lo contrario, sin oferta y con los precios disparados por la mano intervencionista de Pedro Sánchez”, afirmó Gamarra. “La única vivienda que le ha preocupado a Sánchez en estos seis años ha sido la de la Moncloa”, sentenció. La idea del PP es reestablecer “el equilibrio y la seguridad entre inquilinos y propietarios”. En este sentido, la secretaria general del PP añadió que “al okupa se le castiga, no se le protege”.
El cónclave pretende sellar la estrategia a seguir en materia de vivienda. En Génova son conscientes de su basto poder territorial y pretenden influir en la agenda y aplicar estas reformas en las doce comunidades autónomas en las que gobiernan. “Queremos hacer una ley de vivienda con la que haya más suelo y menos burocracia”, añadió Gamarra.
El PP, en busca de apoyos
La idea del PP es apretar al Gobierno, que aún no ha dado con la fórmula para conseguir que el precio baje mientras aumentan las viviendas que salen al mercado. En este sentido, Gamarra aclaró que el objetivo de estas reformas es “favorecer un urbanismo ágil y eficaz derogando aspectos lesivos como la intervención de precios del alquiler”.
El texto está “prácticamente terminado”. Sólo faltan los “últimos retoques”, que se darán este fin de semana, cuando se rematará el texto de la mano de los presidentes autonómicos: “se hará una puesta en común de lo que se hace en cada comunidad y una revisión del texto global del PP para mejorar y depurarlo aún más”, explican fuentes conocedoras de los detalles del encuentro.
El PP intentará sacar adelante su nueva ley con las alianzas parlamentarias que ya conocemos. Es decir, con los votos de Junts o el PNV; partidos con los que hay sintonía en materia económica y con los que ya se ha escenificado golpes importantes al Gobierno. En este sentido, el portavoz nacional del partido, Borja Sémper, ya ha tentado a “todos los grupos, salvo Bildu”, y les animó a unirse: “si tienen propuestas que hacer, las analizaremos, pero solucionemos los problemas de la gente”, arengó el portavoz.