El presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, ha asegurado este martes que la decisión del Gobierno de aplazar la votación de la senda de déficit en el Congreso demuestra que “esta legislatura nació muerta” y que “las reuniones en Suiza” del PSOE con el líder de Junts y prófugo de la Justicia, Carles Puigdemont, “no han salido bien”.
Al mismo tiempo, ha rechazado cualquier responsabilidad en este movimiento del Ejecutivo, puesto que desde la Moncloa “no se han sentado para hablar” con ellos y buscar su apoyo. Además, ha expresado sus dudas con el plan fiscal del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, porque hace “un reparto muy sorprendente” del déficit, al permitir al Estado un desfase del 2,4% del PIB y solo un 0,1% a las comunidades. “No tiene ningún sentido”, ha indicado en una entrevista en Telecinco. “Ya está bien de que le echen la culpa a una oposición con la que ni negocian ni se sientan ni buscan acuerdos”, ha agregado.
Preguntado por si un compromiso del Gobierno a dar marcha atrás con la financiación singular de Cataluña cambiaría algo, ha reconocido que “sería más fácil hablar” y “retomar el diálogo” con Sánchez, pero rehusó explicitar un hipotético apoyo del PP a la senda de déficit.
Se quita cualquier responsabilidad
Feijóo cree así que España, “de momento”, no tiene Presupuestos Generales del Estado (PGE) para 2025. Y ello después de que en 2024 hubiese “incumplido” el “requisito constitucional” de presentar sus cuentas públicas. De todo ello ha eximido al PP frente al primer Gobierno que “está tensionando la vida política en 46 años de democracia”.
“Esto tiene un límite. Normalmente, la oposición siempre intenta hacer su trabajo, pero quien está tensionado la vida política es el Gobierno por primera vez en 26 años de democracia. Es el que tensiona, el que insulta el que descalifica, el que intenta destruir la oposición, el que intenta hacer muros, el que intenta dividir la sociedad”, ha declarado antes de calificar de “acoso laboral” las declaraciones de la portavoz del PSOE, Esther Peña, quien le tachó de “cuñado cenizo”.