Hay preocupación en el Partido Popular. Se palpó ayer en la Junta Directiva Nacional -principal órgano de la formación entre congresos- que se celebró en Madrid, en el mismo hotel donde antaño Pablo Casado convocó el Congreso de su sucesión. Esta vez, no estaban todos los barones –faltaron Carlos Mazón, Juanma Moreno o Alfonso Rueda, entre otros-, ni hubo tanta tensión. Pero sí hay nervios. Así lo admiten a Artículo14 algunos de los asistentes. “Los ánimos están agitados”. Durante su intervención en cerrado ante la plana mayor del partido, y en la comida posterior que mantuvo con los barones, Alberto Núñez Feijóo compartió un diagnóstico poco halagüeño del panorama político: “No conseguimos desviar el foco de los problemas judiciales de Sánchez, sólo se habla de Mazón”. Y para más inri, “el más beneficiado” de la crisis política que se ha desatado tras el paso por la DANA, “está siendo Vox”.
En el politburó de Génova constatan el auge del partido de Santiago Abascal con varias encuestas. Públicas y privadas. Este domingo, sin ir más lejos, Gad3 -empresa demoscópica de cabecera de los populares-, en un sondeo para Telecinco reflejó que Vox ha experimentado un fuerte ascenso. De celebrarse ahora elecciones generales, cosecharía hasta 54 escaños. Su récord histórico. El PP, mientras tanto, apenas mejoraría sus perspectivas con respecto a los últimos comicios. Pasaría de los 137 actuales a 141. Un escenario adverso para Feijóo, que anhela para las próximas elecciones una mayoría suficiente que le lleve a la Moncloa en solitario.
Dentro de lo malo, los barones destacan la cara de la moneda: “Hay que quedarse con que el trasvase de votos, como nos dijo ayer el presidente, se está produciendo del PP a Vox y no entre bloques. Con las encuestas actuales, Sánchez no podría gobernar, la derecha tendría mucho más de la mayoría absoluta. El problema gordo lo tendríamos si estuviéramos perdiendo votantes que se van al PSOE. Pero ellos también están cayendo y sus socios no remontan”.
En este contexto, el análisis que comparten la mayoría de dirigentes populares es que Sánchez no se verá tentado a pulsar el botón electoral. De hecho, la vuelta a las urnas que con tanta insistencia reclamaba Feijóo hasta antes de ayer, sería ahora una jugada maestra con demasiados riesgos, a juicio de las fuentes consultadas por este periódico. Pero el temor a un adelanto existe. Porque ahora mismo, la marca del PP cotiza a la baja en la Comunidad Valenciana, granero indispensable para unas generales. “Es de las regiones que más diputados aporta al Congreso. Sin Cataluña, nosotros allí necesitamos tener muy buen resultado”.
La duda sigue en el aire: si Mazón, en este momento, es un activo tóxico para el PP, ¿qué hacer con él? Por lo pronto, Núñez Feijóo mantiene el cierre de filas. Aunque cada vez pone más distancia con él. Durante su discurso en la JDN de este lunes, le dedicó unas palabras que causaron revuelo entre los cuadros del partido. Muchos interpretaron que le dejaba entreabierta la puerta de salida. Una de las pocas potestades que tiene la dirección nacional del PP en los territorios es, precisamente, designar candidatos para las elecciones. “Le vino a decir que o hace un milagro con la reconstrucción de Valencia, o se tiene que ir a su casa”, opina un dirigente.
En concreto, Feijóo equiparó a Mazón con Sánchez en la gestión de la catástrofe. Y le dejó un recado: “Cuando la respuesta ciudadana supera a la política, el único ejercicio que cabe es la humildad. Hago extensiva esta reflexión a las dos administraciones competentes. Si aspiran estar a la altura de la gente, si desean honrar a las víctimas y si quieren ser justas, ambas están obligadas a dos cosas: evaluar desde la crítica y la autocrítica a la tragedia, impulsar una reconstrucción que permita a la gente vivir con normalidad y asegurar que esto no vaya a volver a pasar. No podemos permitir que algo así vuelva a ocurrir de ninguna manera, en ningún caso”.
Acto seguido, a los “compañeros” de la región valenciana, el presidente nacional les mandó un recado: que sigan “al pie del cañón”. Dando “la cara, ayudando al pueblo, escuchándolo, porque la rabia y la decepción hay que entenderla”. También pidió que asuman “responsabilidades” y que hagan “de la reconstrucción económica y social una obligación en la que ya no caben errores”. Y la puntilla: “La confianza, máxime cuando se ha resentido, hay que volver a ganarla”.
Más tarde, con los micrófonos apagados, Feijóo insistió en la crítica al presidente valenciano. “Inculpó principalmente a Sánchez y a Ribera, pero también a Mazón. Dijo que la situación le había sobrepasado”, narra a este periódico uno de los allí presentes. La sensación en buena parte del PP es que Feijóo ha puesto en cuarentena al barón valenciano, a la espera de la remodelación que está acometiendo en el Govern y, sobre todo, de su capacidad para impulsar la reconstrucción del territorio devastado por las riadas. La intención de Génova es dejar que el tiempo pase y recuperar una agenda favorable. La previsión es que, conforme se acerquen las navidades, la atención sobre la DANA irá disminuyendo. Y que a comienzos de año, el ruido del Gobierno con los Presupuestos centrará toda la atención.
Durante la Junta, además del presidente del partido, tomaron la palabra la secretaria general, Cuca Gamarra; el presidente de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco; y el número dos del PP valenciano, Juan Francisco Pérez Llorca. Después, de manera informal, los presidentes autonómicos que acudieron a la cita comentaron que en sus territorios la ola de solidaridad con las zonas afectadas de la DANA, donde habían enviado desde efectivos hasta maquinaria, les estaban reportando popularidad entre los ciudadanos.