Un francotirador se coloca el uniforme de campaña, unas rodilleras y una manta de hierba de camuflaje. Puede ser una jornada de 48 horas sin moverse, a varios grados bajo cero. “¡31 51!”, gritan al día siguiente unos soldados de artillería las coordenadas recibidas para que el tubo enfoque el fuego hacia el enemigo. Una soldado conductor de uno de los 50 VAMTAC se prepara para los cinco días que la esperan a la intemperie para circular por caminos de tierra sin luz, o instalarlos en hoyos de camuflaje. “Es un reto llevar a seis compañeros en noche cerrada”.
No es una bitácora de guerra. Es el ensayo de lo que podría ser una guerra. El ensayo de un concierto en el que nadie quiere tocar.
Nos encontramos en Eslovaquia, Lest, al este de Bratislava, a tres horas de desplazamiento terrestre. Allí, en una zona completamente agreste, a veces diáfana y a veces impenetrable por sus cipreses y abetos, se encuentran 800 militares en un reducto de 145 km2, aislado del mundo exterior y al que sólo se autoinvitan osos y ciervos. Se distribuyen en tres campamentos: Slavia, Riecky, y la zona logística de Kosova.
Preparan el terreno para actuar en caso de “necesidad” en el flanco este. Es decir, en caso de que tuvieran que intervenir en caso de confrontación directa con una gran potencia como Rusia.
Por primera vez, España lidera una brigada multinacional -pese a todavía ser un batallón, se le llama brigada ya que es el objetivo- formada por 1.300 soldados, de los que 800 son españoles. Del cómputo total de los países integrantes: Eslovaquia, República Checa, Portugal, Eslovenia y España, 70 son mujeres, de las que 47, españolas. Es decir, la representación femenina por parte de España es del 5,9%, mientras que del resto sin contar con nuestra nación, del 4,6%. El coronel Francisco Calvo es el Jefe del Contingente que manda en la misión y que tiene como objetivo actual ser fuerza de disuasión ante la invasión rusa a Ucrania.
Tras la cumbre de Madrid en 2022 se pasó de tener una presencia militar de apoyo a las fuerzas eslovacas, comúnmente llamadas battle groups, a adquirir un mayor peso dentro de la OTAN. Estrategia liderada por la República Checa, hasta que decidió no mantener el compromiso de ser nación marco y España propuso tomar la batuta que adquirió este año. El contingente aumentó en una task force -fuerza operativa temporal- formada por el contingente desplegado en Lest y otros 30 militares de la base de Kuchyna, que depende del cuarte de la OTAN en Bétera. Si la Alianza Atlántica entrara en guerra, desde Bétera se podrían enviar hasta 60.o00 efectivos en un plazo de 10 días. Está previsto que en junio de 2025 se haga un ejercicio para poner a prueba la misión.
España ahora es responsable de coordinar la estrategia en caso de necesidad, mantener relación con el mando eslovaco para realizar operaciones conjuntas, planificar ejercicios, coordinar parte de la logística asociada a las actividades y asegurar el bienestar de las tropas desplegadas.
El contingente formado por las FCE -Fuerzas de Elemento de mando avanzado– tiene previsto estar operativo a partir de Noviembre. Para ello, se realizan ejercicios durante seis meses de rotación en los que converge un matiz: no hay quejas ante la adversidad. “Orgullo de servir a España”, “Estoy feliz de que me hayan escogido”, son las frases que más se repiten y se palman en la atmósfera.
Ejercicios con fuego real
La misión de despliegue en el flanco este está formada por un 85% de la Brigada Paracaidista y un 10% de la Brigada Logística del Ejército de Tierra.
Los ejercicios buscan crear escenarios que podrían ser reales para practicar la estrategia. En un campo de entrenamiento, una supuesta compañía de infantería ligera con vehículos 6×6, y una sección de carros de combate Leopard, más 500 personas aproximadas -la más grande y la única ahora que es multinacional- planifica la estrategia de un enemigo que técnicamente es superior. Sobre una gran explanada se asiste a un “simulacro” en el que, tras desgastar la munición del enemigo, se procede al contraataque en el que intervienen pozos de tiradores, campos de minas y “cañonazos” de los leopards.
Todas estas operaciones son coordinadas desde el puesto táctico instalado alrededor de las operaciones, desde el que contemplan los ejercicios a través de ordenadores y se asesora de forma simultánea a los efectivos.
Sistemas avanzados como el Cervus III, para interceptar drones aéreos del enemigo, misiles Mistral con alcance de hasta 6 kilómetros, limpieza de itinerario con supuestos ataques de proyectiles de artillería a través de los zapadores… Hace dos semanas, llegó una nueva incorporación a la brigada. El contenedor Prometeo. Consiguió inmprimir una pieza que había dejado inoperativo a un vehículo y que era imposible de obtener. En apenas un día, se hizo un diseño de la original.
Pasos precisos para que a finales de 2025 el contingente esté listo. “Es importante que se conozca todo lo que hacemos aquí”, señala el coronel Calvo. El director de una música que se espera quede en silencio.