El magistrado titular del Juzgado de Instrucción nº 47 de Madrid ha desestimado la petición de la representación letrada de Íñigo Errejón de aplazar su declaración, prevista para el próximo jueves, día 16 de enero. Así las cosas, Errejón declarará inicialmente a las 12:30 horas. La actriz Elisa Mouliaá, que denunció al exdirigente de Sumar por un delito de agresión sexual, declarará ese mismo día poco antes, a las 11:00 horas.
El escándalo por presunta agresión sexual se desató el pasado mes de octubre, cuando la periodista Cristina Fallarás publicó un testimonio anónimo en su cuenta de Instagram, que usa como altavoz para casos de violencia machista: “A mí me pasó con un político que vive en Madrid (…) Es un maltratador psicológico”, contaba el mensaje de la mujer que se viralizó en cuestión de horas. Al poco de trascender ese testimonio anónimo, Elisa Mouliáa optó por dar un paso al frente y señalar públicamente a Errejón, cuya carrera política acabó de forma abrupta El que era portavoz parlamentario de Sumar recibió la llamada de la vicepresidenta Yolanda Díaz: “Tienes que dimitir”.
Errejón sepultó definitivamente su imagen pública con una enrevesada carta que dejaba entrever la veracidad de las acusaciones sin pronunciar excusa alguna, sino atribuyendo su mal hacer al contexto vivido. Aseguró que en el mundo de la política “se genera una subjetividad tóxica que en el caso de los hombres el patriarcado multiplica”. Es decir, echó balones fuera e insinuó haber sucumbido al sistema machista y patriarcal sin hacer referencia explícita a las acusaciones.
El político alegó problemas psicológicos y argumentó que, fruto de la relevancia pública, llegó a un punto en el que se encontró con “una contradicción entre el personaje y la persona”. “Entre una forma de vida neoliberal y ser portavoz de una formación que defiende un mundo nuevo, más justo y humano”, se descargó.
Las tres reglas de Errejón
Mouliá acudió la comisaría y presentó una denuncia relatando el episodio vivido. “La denunciante llevaba aproximadamente un año hablando con la persona denunciada a través de la aplicación de Instagram y posteriormente de Telegram. El día de los hechos coincidiendo con la presentación de su libro, Íñigo invitó a la denunciante para que asistiese a la presentación del mismo. Una vez que finalizó el evento, este acudió al lugar donde se encontraba la declarante y la invitó a ir a tomar una cerveza, acto seguido ambos fueron hasta una cervecería de la zona de Ópera”, recoge la denuncia.
“La persona ahora denunciada mostraba una actitud seria y fría que sorprendió a la dicente, si bien hasta ese momento el varón siempre mantuvo una actitud correcta”. Según la denuncia, una vez se encontraban en el coche Errejón tomó “una actitud dominante” y le impuso tres reglas: que no se alejase de él esa noche, que no podría separarse más de 20 metros de él y que le diera un beso.
“La denunciante se sintió coartada y violentada, si bien decidió guardar silencio por ser quien era”, afirma la denuncia, que continúa relatando que nada más entrar en el ascensor, Errejón afirmó que iba a “romper la tercera regla” y comenzó a besarla con lengua de forma violenta. Elisa Mouliáa habla de “intimidación”.
Después acudieron a la fiesta de unos amigos, y cuando la actriz comenzó a bailar con otro invitado, Errejón sintió una ataque de celos y la agarró del brazo para llevarla a otra habitación. “Una vez en el interior, el denunciado cerró la puerta con pestillo para impedir que la denunciante pudiese escapar y comenzó a besarla y a tocarla por diferentes partes del cuerpo”, continúa el escrito.
La denuncia pasa a relatar el acoso sufrido, siempre sin el consentimiento. “La denunciante se quedó paralizada y no consintió nada de lo que sucedió”, relata el escrito, que describe la invasión del cuerpo de la denunciante: sus glúteos, sus pechos. El escrito se centra después en relatar cómo Mouliáa accedió a abandonar la fiesta con Errejón para que acabara todo cuanto antes, dirigiéndose a casa del político, pero tras recibir una llamada de su padre, le pidió irse, a lo que él contestó de forma fría y subieron a su casa, donde él se abalanzó nuevamente sobre ella. “Sólo sí es sí, parece mentira que me esté pasando esto contigo”, le dijo ella entonces.