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ERC busca pactar ya los primeros pasos del cupo catalán

El PSC se resiste a poner en marcha la comisión de seguimiento para no añadir más tensión al comité federal del PSOE

Marta Rovira en la rueda de prensa donde anuncia que la militancia republicana ha avalado, con un 53,5 % de los sufragios emitidos en una consulta telemática, el acuerdo cerrado por la dirección del partido con el PSC para que los veinte diputados republicanos en el Parlament voten al socialista Salvador Illa como nuevo presidente de la Generalitat, hoy viernes en Barcelona. EFE/Alberto Estévez

ERC y los socialistas alcanzaron a finales de julio un versátil acuerdo para investir a Salvador Illa. Versátil porque una de las partes lo describe como un “concierto económico” para Cataluña y la otra lo reduce a una “financiación singular”. El mes de agosto fue testigo de este duelo semántico y el mes de septiembre comienza igual, así que ERC quiere cambiar el paso de una vez por todas y poner el hilo en la aguja.

La secretaria general de Esquerra, Marta Rovira, es la máxima interesada en dejar en marcha el desarrollo de la nueva Hacienda catalana porque esta es una de sus principales bazas políticas para propulsar la candidatura que se enfrentará a Oriol Junqueras por el control del partido en el congreso del 30 de noviembre. Rovira quiere que la comisión de seguimiento entre republicanos y socialistas (órgano que prevé el acuerdo de investidura) se active esta misma semana, pero la viceprimera secretaria del PSC, Lluïsa Moret, quiere retrasarla unos días para no añadir más tensión al comité federal del PSOE de este sábado.

La tensión con los barones

Moret, que guarda una buena relación con Rovira, no quiere intranquilizar a ERC respecto a lo pactado, pero sí que quiere guardar las espaldas de Pedro Sánchez, que en breve se verá las caras con los barones del PSOE que discrepan de privilegiar a Cataluña con un sistema de financiación inspirado en el cupo vasco o, lo que es lo mismo, de romper por las buenas el régimen común autonómico.

Por el momento, todos los barones socialistas, salvo la presidenta navarra María Chivite y el vasco Eneko Andueza, se han mostrado en contra de la nueva fiscalidad de Cataluña. Unos han elevado menos el tono que otros, pero el malestar general es público y notorio.

Por este motivo, la viceprimera secretaria del PSC prefiere sentarse con ERC la próxima semana y, a partir de entonces, que la comisión de seguimiento acuerde calendarios y primeros pasos. Quien no piensa mover ficha es el Govern de Salvador Illa hasta que los presupuestos de la Generalitat de 2025 en encarrilen, ya que los socialistas argumentan que sin ellos no hay aplicación posible para implementar el grueso del acuerdo de investidura con ERC: traspaso de Cercanías, ampliación de efectivos de los Mossos, nuevo plan contra la sequía o ley de Barrios, entre otros puntos destacados.

El relato solidario del Gobierno

Mientras la comisión de seguimiento de PSC y ERC no se pone en marcha, el Gobierno trata de mantener el tipo sin calentar los ánimos de nadie. El ministro de Economía, Comercio y Empresa, Carlos Cuerpo, que no ve ni cupo ni concierto por ningún lugar, habló, como todos los dirigentes socialistas, de financiación singular sin establecer paralelismos entre Cataluña y País Vasco, sino entre Cataluña e Islas Canarias (que tiene reconocida una financiación específica).

Y para evitar que los barones territoriales del PSOE sigan con sus protestas, Cuerpo subrayó que una parte “muy importante” del acuerdo entre PSC y ERC que habla de “solidaridad interterritorial”, que es “el que tiene que dar tranquilidad y confianza también al resto de territorios” sobre el pacto. “Desde luego por nuestra parte haremos todo por cumplirlo”, remató.