Miriam González tiene maneras de presidenta. Es capaz de llenar el espacio con su discurso. Verbo sosegado, sorprende la clarividencia con la que ha diagnosticado a España. Quizás por eso se ha propuesto mejorarla. “España Mejor” es mucho más que el eslogan del llamativo bolso que porta, es un proyecto para “integrar” a la sociedad civil en el discurso político. Habla sin tapujos y por eso-asegura- no ha recibido ofertas de partidos políticos, aunque no descarta concurrir a las elecciones. Programa no le falta, ahora queda que la escuchen y ella se anime.
Usted es esposa del ex viceprimer ministro de Reino Unido. Desde su experiencia, ¿se debe regular la figura de la mujer del presidente tras la investigación a Begoña Gómez?
No. Es imposible regular todas las situaciones de todas las esposas, esposos, amigos íntimos, parejas de presidente, vicepresidentes, ministros… La manera en la que esto se hace es regulándoles a ellos y teniendo unas normas de conflictos de interés adaptadas al marco europeo, y lo más importante, hay que tomar medidas para prevenir estos casos.
¿Qué propone?
Desde “España Mejor” hemos sugerido dos instancias: una oficina de ética y un asesor independiente. Ambas son medidas de cajón, no se entiende por qué todavía no se ha hecho. Urge ese código ético del Gobierno. Y sobre todo, una vez que se ve que hay un problema, no se puede pasar página y no atornillar las normas. Esto jamás ocurriría en una empresa. En cualquier cotizada el equipo de administración tendría un problemón si han visto que ha ocurrido algo fuera de las normas y no las han reforzado. Eso es lo que hay que hacer en la política, no es muy difícil ¿no?
En España, a diferencia de Europa, es poco habitual dimitir en estos casos. ¿Debe dejar su cargo Pedro Sánchez por la investigación a su esposa?
No me atrevo a decir eso porque no conozco los particulares del caso, los detalles. Además, está investigando un juez. Lo más importante, insisto, es tener los mecanismos de control claros.
¿Estamos por detrás de Europa?
En muchas cosas de este tipo sí. Nosotros proponemos un código ético del Gobierno, que ya existe en muchos países. Por ejemplo, aquí cerca, en Portugal, hay cosas que se hacen, que en España no hacemos y eso produce un descontento social porque el listón ético de la sociedad está por encima del de la política.
¿Están los políticos alejados de la sociedad?
Los políticos de España tienen muchísimo poder por razones históricas. La Transición tenía todo el sentido en ese momento, pero lo que hicimos fue concentrar mucho poder en muy pocas manos. No incluyeron en la Constitución, conscientemente, un capítulo de controles y garantías sobre el poder. Después los políticos deberían haber ido soltando poder, pero fueron cogiendo cada vez más. Les falta calle y les sobran palmeros.
Usted a través de su proyecto “España mejor” está intentando hacer llegar ese código ético a los partidos
Sin mucho éxito porque siempre están muy ocupados, tanto el Gobierno como la oposición.
¿Qué busca con “España mejor”?
Dinamizar la sociedad civil. Estamos creando un espacio donde gente que no quiere etiquetas o no las quiere todavía o las tiene, quiere hablar con otros para participar en la vida pública. En España si hay algo que es increíble es el talento, la voluntad de la gente que incluso cuando ya se han desesperado siguen adelante intentando cooperar.
“Para ya” hace falta una mujer al frente de la Moncloa
Tiene vocación de partido político
“España mejor” nunca va a ser un partido político. Si me dices si la gente que esté dentro va a estar en partidos, pues espero que cada vez más. Aspiramos a ser cantera.
¿Miriam González puede acabar siendo candidata a presidenta del Gobierno?
Pues no lo sé. Siempre hago lo que creo que debo, puedo y sobre todo lo que quiero.
¿Ha tenido ofertas de algún partido político?
No, y te explico por qué. Soy una persona muy independiente y eso en la política española ahora no es factible.
¿Estamos polarizados?
Sí, aunque no tanto como Argentina o Estados Unidos, pero de los países europeos, estaría Suecia como el más polarizado y nosotros después. Y me resulta muy sorprendente porque si eliminas la parte política, la sociedad española está en un rango bastante moderado. Los dos partidos históricos que estaban más cercanos al centro se están dejando llevar a los extremos y en el centro ha quedado un espacio muy vacío.
¿Se declara feminista?
Sí, siempre.
¿Y qué entiende por ser feminista?
Defender la igualdad de derechos entre hombres y mujeres, e Igualdad de oportunidades, pues no la tenemos todavía.
¿Qué nos falta a las mujeres?
Tenemos igualdad ante la ley, en el trabajo se ha avanzado en igualdad laboral, pero donde más falta todavía la igualdad es en las casas. Hay una brecha enorme entre el tiempo que dedican las mujeres y el que dedican los hombres a la casa. Eso tiene un impacto en todo y por alguna razón, se ha convertido casi en un tabú de la sociedad.
Por el contrario el CIS ha reflejado que los hombres jóvenes se sienten amenazados por los logros de la mujer
Ha habido una serie de años en los que la política de los derechos de la mujer en muchos países se ha convertido en algo basado en la narrativa. Cuando realizas una acción provoca una reacción. En este caso ha habido una reacción pero no se ha avanzado en nada porque sólo había narrativa. Si se hubieran conseguido más derechos hubiera estado dispuesta a pagar ese precio.
Austria ha sido el último país donde la extrema derecha ha ganado unas elecciones ¿Qué le está pasando a Europa? ¿Por qué el auge de estos partidos?
Porque las cosas van mal y por eso suben los extremos. Estamos en un momento de gran cambio económico y eso conlleva que algunos que están arriba van a bajar, otros que están abajo, van a subir. Ese cambio se gestiona mal y entonces la gente se va hacia los extremos.
Con el bipartidismo clásico “no” se vivía mejor
¿En España puede subir tanto la ultraderecha?
En España los extremos son residuales. Jamás han tenido opción de ser segunda fuerza en el Congreso. El problema es que los extremos tiran de los dos partidos mayoritarios. Si esos dos partidos se mirasen el uno al otro en vez de mirar hacia los extremos, pues no tendríamos tanto problema.
¿Con el bipartidismo se vivía mejor?
No. Con ese sistema se han producido también cosas horribles y al final creo que cuantas más opciones mejor para todos. Lo más importante es que haya una voluntad de diálogo.
Recomiéndenos un libro
Durante este verano he estado leyendo mucha no ficción aunque me gustan mucho las novelas. Recomiendo “De niños y hombres: por qué tiene dificultades el hombre moderno, por qué importa y qué hacer al respecto” de Richard V. Reeves.
¿Es la inmigración un problema?
La inmigración desde luego es algo que no se puede tratar con ideas simplistas. Esto lo sabe mi hijo de 15 años. No hace falta intentar polarizar a la sociedad ni en un sentido, ni en el otro. Ni es una cosa buenísima toda ella, ni es una cosa malísima toda ella.
¿Un consejo para una mujer joven?
Que a veces las cosas no son tan fáciles como una querría, pero que hay que seguir siempre intentándolo. Y sobre todo, mi consejo para todas las mujeres, tanto las mayores como sobre todo las jóvenes, es que todas tenemos un enorme deber con respecto a la siguiente generación. Tienes que pensar que hay gente que te está ahí mirando y queriendo ser como tú.
¿Y a una mayor?
El mismo. Quién tiene más poder, tiene más responsabilidad tanto en política como en la sociedad.
¿Y por último, para cuando una mujer presidenta del Gobierno en España?
Para ya.