begoña villacís

Begoña Villacís: “Muchos me pidieron que liderara Ciudadanos, pero no quería ser quien apagara la luz”

“Decidí aceptar el dolor”, admite Villacís, en su primera entrevista tras el asesinato de su hermano. Habla sin tapujos del fin de Ciudadanos y asegura que no quiere volver a la política: “Lo que da puntos es el insulto y la ocurrencia”

Han pasado tres meses desde el despiadado asesinato a tiros de su hermano Borja. Es viernes y llega a la redacción de Artículo14 llena de energía. Tiene nuevos proyectos profesionales. Su primera reflexión es que ya nunca va a decirse eso de “no me puede pasar nada peor en la vida”. Siente que en los últimos tiempos se han encadenado episodios dolorosos. Begoña Villacís no le tiene ya miedo al dolor. Se ha impuesto vivirlo íntegramente y la terapia funciona. Pese al vacío que siente por haber perdido a alguien con quien estaba “muy unida” transmite fuerza. “Borja era super cariñoso, siempre me abrazaba, me decía que me quería”, nos dice.

En lo político, la exvicealcaldesa de Madrid demuestra que la distancia permite analizar más fríamente. No duda ni un instante: nunca volvería a “esta política de entretenimiento”. Explica por qué no ha estado en las listas del PP y también por qué dijo no a liderar Ciudadanos. Ella no quería ser “quien apagase la luz”. No deja de sonreír, aunque su mirada sigue llena de tristeza.

¿Cómo se encuentra?

Bueno, pues, sanándome. Tomé algunas decisiones sobre cómo afrontarlo y la principal fue la de no anestesiarme y no recurrir a atajos con calmantes y cosas así. Decidí aceptar el dolor. Somos una sociedad que se niega el dolor, que se niega el sufrimiento cuando es real y yo lo he querido vivir en su integridad. Así que voy poco a poco, apoyándome más con la familia y con muy, muy, muy buenos amigos.

Begoña Villacís, durante la entrevista con Artículo14

El paso por la vida pública

Hablemos de política. Usted abandonó la actividad pública tras perder unas elecciones. ¿Qué recuerdo le deja esa etapa de su vida?

Tengo la suerte de tener muy buen sabor de boca de la política. Fueron años maravillosos en el sentido de que yo soy liberal y creía en un proyecto de centro en España. Lo sigo creyendo, aunque ahora mismo brilla por su ausencia, y se nos ofreció una España ilusionante. Pude formar parte de todo aquello y fue muy bonito. Haber sido vicealcaldesa de Madrid fue un gran honor y pasear por las calles de Madrid y explicarle a mis hijas que hice esto o lo otro, pues es muy bonito.

Y, bueno, es verdad que los últimos momentos fueron muy tristes y angustiosos. En mi pleno de despedida fui bastante honesta con los sentimientos que se me amontonaban y hablé de cómo me sentía. Confesé cosas como que Rita Maestre pasó su embarazo con mis pantalones de embarazada. Son cosas que pasan. Creo que ahora quien trata de llegar a acuerdos o consensos pasa por alguien débil y me parece que es totalmente lo contrario.

Habla con tristeza de la política

La política ya no es política. Ha pasado a la industria del entretenimiento. Entonces los vectores que maneja la gente para votar son: ¡Qué caña le ha dado! ¡Mira lo que le ha soltado! Lo que da puntos es el insulto y la última ocurrencia.

¿Es culpa de los votantes o de los votados?

De todos. Los políticos hacen lo que la gente vota. Pongo un ejemplo: uno de los proyectos de los que más orgullosa me siento es el bosque metropolitano, 70 kilómetros de bosque que acabarán rodeando la ciudad de Madrid. Hicimos muchas hectáreas, fue muy reconocido a nivel internacional y me empeñé en comunicarlo todo lo que pude. Pues salga a la calle y pregunte, y a ver quién se ha enterado. Pero si yo llamo “hijo de la gran…” a Ortega Smith, ¿a qué salgo en todos los medios? ¿Por qué? Porque da audiencia.

Entonces, ¿no volvería a la política?

A esta política de ahora desde luego que no. Yo no soy buena haciéndola. Creo que si tu alimentación como partido es insultar a la mitad de los españoles, vamos muy mal como país. Así que hoy por hoy, no. No me gusta lo que veo. No me apetece, no acepto estas reglas. No me quiero dar pereza a mí misma. Pero en el futuro me encantaría, porque es un proyecto político seductor que acostase porque la gente votase otra vez ilusionar lo que quiere votar, no por descarte. Me encantaría y estaría, por supuesto. Pero a corto plazo no.

Begoña Villacís, este viernes, con Artículo14

Anatomía del ocaso de Ciudadanos

Sigue convencida de que hay hueco para un partido de centro

Claro que hay hueco. Hay mucha gente que piensa como yo, estoy convencida. Pero ahora la política es Gran Hermano: no tenemos candidatos, tenemos concursantes. Entonces la gente no está pensando en cómo se gestiona ni en qué se reforma. Nosotros hablábamos de reformas, de lucha contra la corrupción, de transparencia… Todas esas palabras son totalmente caducas, han pasado de moda. Estamos en una dinámica del voto de confrontación y de bloques, de tal manera que yo estoy convencida de que un 95% de los españoles quieren que haya corrupción siempre que sea del otro partido. Y yo no quiero que la haya ni en la izquierda ni en la derecha.

Pero los españoles dejaron de votar a Cs

Nos nos votaron porque en esa política de confrontación pierden los cascos azules. O sea, la gente piensa que para matar un ácido se tiene que hacer con otro ácido. Cuando no es así, los ácidos se neutralizan con las bases. Pero si quieres echar a Sánchez, pues votas al otro extremo y a eso a nosotros nos perjudicó. Luego, otra cosa, es que cometimos muchos errores.

¿Cuál fue el mayor error?

Creo, sinceramente, que no morimos por nuestros errores. Este país tiene todo un sistema alrededor del bipartidismo. A nivel periodístico —perdone que lo diga con esta franqueza— pues hay periodistas de un bloque o de otro. Algún habrá que abrir ese melón de periodismo, porque por lo menos un político se presenta con sus siglas en una entrevista. Y hay periodistas que deberían presentarse también con una sigla por terminar de ser honestos y no lo hacen. Luego la ley Electoral no ayuda, aunque Ciudadanos tenga no sé cuántos más votos que Esquerra Republicana o que el PNV.

Llegaron a tener muchos más escaños que ERC o el PNV

Creo que debimos haber reflexionado sobre el hecho de que muchas veces menos escaños te puede dar muchísimo más poder. Éramos el único partido que podía pactar con los dos grandes y ese era un poder extraordinario. Lo vimos tarde. Yo a eso le llamaba ser el canal de Panamá: soy pequeño, pero te cierro y te condiciono. Y luego hubo más cosas. Creo que los gobiernos en coalición no se organizaron bien. La primera causa de muerte de un partido político es un gobierno en coalición y, si no, que se lo digan a Los Verdes de Alemania.

¿No debieron entrar en los gobiernos con el PP?

Entrar sí, pero haber exigido liderar más.

El factor Rivera

Hay quienes apuntan a que la muerte política de Cs fue no pactar con Sánchez 

Sánchez nunca quiso pactar con Ciudadanos, la única posibilidad hubiese sido apoyando desde fuera. Nosotros morimos, pero con el honor de no haber hecho presidente a Pedro Sánchez. Cuando la gente dibuja ese escenario de esa coalición entre PSOE y Cs nunca se plantea qué hubiese pasado con nosotros. Mira Pablo Iglesias, si no. Habríamos muerto igual.

¿Entonces?

Si tú sales a la calle y le preguntas a la gente por qué murió Ciudadanos, hay gente que te dice que es porque nos aproximamos mucho al PSOE, otra gente que te dice que es porque no partamos con el PSOE, otra gente que te dice que porque Inés Arrimadas no se presentó en Cataluña… Creo que fue un poco fallo multiorgánico, pero la realidad es que Albert Rivera sí fue a Moncloa, fue dos veces. Y Sánchez nunca ofreció un pacto, nunca. Lo que no vimos nosotros fue la repetición electoral, esas segundas elecciones de 2019.

¿No las contemplaban?

Ni nosotros ni ustedes los periodistas. Lo que nosotros sabíamos es que Sánchez no quería pactar con nosotros. ¿Alguien recuerda alguna vez a Pedro Sánchez ofreciéndonos un pacto? Nunca. No se produjo. “Con Rivera no”, cantaban en el PSOE. Albert fue dos veces y a la tercera ya no, porque tampoco era cuestión de que nos tomaran el pelo. Y en ese momento Albert padeció el síndrome de Cassandra, que es decir lo que iba a ocurrir. Hizo el famoso discurso de “El plan Sánchez y su banda”, que fue decir lo que iba a ocurrir, cómo iba a ocurrir y con quién iba a ocurrir. Y se equivocó solo en el cuándo. Porque todo lo demás se cumplió punto por punto.

En aquella repetición electoral pasaron de 57 a 10 escaños

Nadie lo vio venir. Había mucha gente en España que quería echar a Pedro Sánchez y se fue al voto útil. Y lo que más pesa en este país es el voto útil.

Quizás pecaron de ingenuos con Sánchez. ¿Qué opinión tiene del presidente?

Es un enigma para el sí mismo. Es impredecible. Es alguien con quien simplemente no puedes competir porque no sigue tus reglas. No tiene los mismos límites, los mismos códigos.

La dimisión de Rivera, ¿fue el principio del fin?

La masacre mediática que sufríó Albert fue brutal, no se podía ni acercar a un cachorro de perro. De verdad que sufría mucho porque es mi amigo y era bastante irracional en muchos casos la persecución. Hubo un ensañamiento. Fueron desproporcionadas las críticas en comparación con sus errores. Cuando se va, ennoblece la política y, de alguna manera, la gente lo lee muy bien. Se le reconoce los méritos, la dignidad de hacer algo que no está muy de moda, que es dimitir cuando no salen las cosas bien. De hecho, esa semana se volvió a afiliar mucha gente. Pero no supimos aprovechar esa bola extra.

¿Elegir a Arrimadas como sucesora fue entonces un error?

Arrimadas es, junto con Albert, de los mejores candidatos que ha habido en España. Pero fue mucho con el pie cambiado y las cartas no eran buenas.

¿Cómo fue la oferta del PP para que fuese en sus listas al Congreso? ¿Usted lo pidió?

Ellos lanzaban estas cosas en entrevistas con los medios. Mire, creo lo  que te da mucha libertad en la vida pública es venir del sector privado. Yo lo recomiendo. Pero vamos, que yo tengo muy buena opinión de mucha gente del PP con la que he trabajado y además tengo que decir que Feijóo fue muy noble conmigo y él reconoció que yo nunca di el paso de llamar a nadie para pedir ningún puesto.

¿En Ciudadanos propusieron liderar el partido?

Sí, hubo mucha gente que me lo pidió, sí. Y yo dije que no quería ser yo quien apagase la luz.

Las mujeres y la política

¿Ha sufrido alguna vez un episodio de machismo en la política?

Claro que sí. Por parte de la derecha y por parte de la izquierda. La izquierda te puede criticar por tus tacones, por si vas con un vestido no sé cómo… La palabra Barbie es un invento de la izquierda como insulto. Y también por parte de la derecha he sufrido insinuaciones. Por supuesto que hay machismo en la política: los comentarios sobre el vestuario, el cómo se juzga, eescarbar en tu vida íntima, el tipo de insulto que se utiliza… Yo he visto la palabra “zorra” pintada grande en mi casa, ¿sabe?

Kamala Harris podría convertirse en la primera presidenta de Estados Unidos. ¿En España estamos preparados para una presidenta mujer?

Sí, sin lugar a dudas. Las que tenemos que estar preparadas son nosotras para presentarnos y disputarlo.

¿Ayuso sería una buena presidenta?

Está siendo una presidenta muy votada en la Comunidad de Madrid. Ahora bien, me pides a nivel nacional, pues no lo sé. Yo pido que sea alguien que piense más en el futuro, no tanto en las elecciones constantemente.

¿Qué es ser feminista?

Ser feminista es no quererte ni más ni menos que nadie a tener los mismos derechos entre entre hombres y mujeres.

La mujer del presidente del Gobierno está siendo investigada por su actividad profesional. ¿Hay que regular la figura de la esposa del jefe del Ejecutivo?

Sí, siempre lo he defendido. Debería existir un estatuto que la regulase. Me parecería lo más razonable. ¿Está bien o está mal que la mujer del presidente del Gobierno reciba a gente en La Moncloa? Pues no lo sé, quizás es el sitio que ofrece más transparencia. Pues hay que regularlo, hay que documentar las entradas y las salidas. Así, a priori, todo lo que ha ocurrido no tiene muy buena pinta porque los marcos son muy difusos.

¿Usted es monárquica o republicana ?

Yo soy de espíritu republicano, pero soy Felipista a muerte y Letizista también. Y ahora super Leonorista, me encanta, me fascina, además tiene la edad de mis hijas. Yo  que soy abogada y he seguido todas las normativas, debo decir que no se conoce hasta qué punto Felipe VI ha ido cambiando las cosas en materia de transparencia. Y cuando ha tenido que elegir entre su país y su familia, ha elegido su país. Lo está haciendo fenomenal a mí. Hoy sí que podría ser monárquica por lo útil que está siendo.

Para acabar, ¿qué relación tiene con el alcalde Almeida?

Menos, porque yo entiendo que, claro, nuestras vidas van por caminos distintos. Tengo más relación con otra gente del PP, por ejemplo con la vicealcaldesa actual, Inma Sanz, a la que creo que tienen que entrevistar. Tengo una opinión de ella muy buena.