ENTREVISTA

El papel secreto de Valenciano y Saénz de Santamaría en la abdicación

La entonces número dos del PSOE trabajó estrechamente con quien fuera vicepresidenta del Gobierno durante el proceso de abdicación del Rey Juan Carlos. "Si surgía algún punto de discrepancia, buscábamos una solución"

Elena Valenciano era vicesecretaria general del PSOE en 2014, año en que el Rey Juan Carlos tomó la decisión de abdicar. Fue la primera persona del partido a quien Alfredo Pérez Rubalcaba, entonces líder de la Oposición, confió la decisión del padre de Felipe VI, y su bastón durante todo el proceso. Unos meses de máxima tensión, ya que, tras el resultado de las elecciones europeas, el secretario general socialista quería dejar el cargo. “Su sentido de Estado y lealtad a Don Juan Carlos hizo que no lo dejara en manos de un Secretario General recién llegado”, afirma. Guardar el secreto y hacer un ley orgánica que no levantara críticas desde el sector más republicano fue su prioridad.

¿Cuándo le informó Rubalcaba de que Don Juan Carlos tenía intención de abdicar?
El mismo día que el Rey se lo comunicó a Rubalcaba. Es verdad que era una conversación que yo creo que ya habían tenido en algún momento, no sobre la decisión en sí no, sino sobre la posibilidad. Yo siempre le esperaba en Ferraz cuando volvía de Zarzuela, y ahí fue cuando me lo contó.

Después del funeral de de Suárez, en marzo de 2014.

Sí, exactamente.

¿Se marcó pronto una línea de actuación o hubo que ir adaptándose a los acontecimientos?

La brújula era clarísima. ¿Qué había que trabajar para que esta aplicación fuera impecable? Enseguida surgió la idea de la de la Ley Orgánica, porque así lo mandaba el artículo 57.5 de la Constitución. La principal preocupación de Alfredo era ver cómo podíamos resolver esto, nosotros ya estábamos prácticamente fuera de la dirección del partido, aunque permanecíamos al frente. Lo primero fue imaginar qué conversaciones había que mantener, de qué manera y cómo tenía que hacerse sin que saliera la información.

¿Cuáles eran las principales preocupaciones que le trasladaba?

Pues la principal preocupación era que el partido o que una parte del partido no lo entendiera. Estaba muy abierto el melón de la Corona en ese momento. Había una una especie de clima republicano. Hiciéramos lo que hiciéramos debía estar dentro el cauce de la de la Constitución, entendiendo que de todas formas el PSOE estaba en un momento complicado y que no iba a ser sencillo. Pero el PSOE había sido un partido fundamental para  la elaboración de la Constitución, y ahí estaba el punto fuerte.

¿Le asesoró de algún punto crucial?

Lo que hicimos fue repartirnos las conversaciones con los distintos miembros del partido en función de las relaciones más personales. Yo estaba bastante preocupada, y él también, pero no lo transmitía tanto.

Alfredo se se apoyó en en usted claramente, ¿pero hubo algunas otras personas del partido que también estuvieron involucradas?

Sí, fundamentalmente José Enrique Serrano, el que fue director del gabinete de Felipe González, y también del presidente Zapatero. Es una persona que tiene un conocimiento del Estado en toda su extensión enorme. Y era una persona muy próxima, muy amigo de Alfredo.

Alfredo Pérez Rubalcaba, junto a Elena Valenciano, durante un cierre de campaña de 2014

Alfredo Pérez Rubalcaba y Elena Valenciano, en el cierre de campaña de Madrid en mayo de 2014, semanas antes de la abdicación del Rey Juan Carlos

¿Felipe González estuvo al corriente?

Sí, de hecho creo que también mantuvo alguna conversación con el Rey Juan Carlos sobre sobre la abdicación. Pero no estuvo dentro de la estructura de trabajo, tenía su propia relación con la Casa Real.

Usted ha dicho en varias ocasiones que Rubalcaba decía que primero España, luego el partido y después nosotros. ¿Por qué cree que le dio tanta importancia a que la abdicación saliera bien?

Era una manera de de cerrar una etapa de España, que había sido de gran éxito. Alfredo tenía un enorme respeto a lo que fue todo el espíritu de la Transición, del ejemplo que España dio al lograr un consenso tan sólido entre Grupos políticos  que se habían enfrentado hacía poco tiempo. Quería, en la medida de sus posibilidades, contribuir a que ese cierre de la de la Monarquía de Juan Carlos, saliera bien.

¿Influyó también un motivo personal hacia Don Juan Carlos?

Sí, totalmente.  Él siempre decía que en los momentos verdaderamente difíciles, y cuando fue ministro del Interior los tuvo muchos, siempre sintió muy cerca al Rey. Y creo que quería, en todo caso devolverle que nunca dejara de animarle, de apoyarle en momentos francamente difíciles, que para Alfredo fueron de un gran sufrimiento.

¿El 11-M fue uno de esos momentos?

El 11-M, toda la negociación con ETA, la huelga de hambre de De Juana Chaos… Alfredo pasó momentos muy complicados y siempre tuvo el aliento de Del Rey.

¿Cuál fue exactamente su papel en el proceso de abdicación?
El mío fue siempre estar al lado de Alfredo. Y repartirnos las cosas que él tenía que hacer. Se hablaba mucho con Alfredo, las cosas nunca se hacían con una sola conversación.

¿Tuvieron una relación directa de trabajo con Soraya Saénz de Santamaría durante el proceso de la abdicación?

Nosotras lo que hacíamos era acabar algunas de las conversaciones que tenían Mariano Rajoy y Alfredo Pérez Rubalcaba, concretábamos los aspectos más prácticos de las decisiones que ellos tomaban. Ella y yo siempre mantuvimos una conversación respetuosa, profesional y yo le reconozco ser una persona con la que era muy fácil hablar y llegar a acuerdos. No sólo en la abdicación, sino a lo largo de toda la legislatura.

¿Cuándo dice aspectos prácticos, me puede poner un ejemplo?
Pues si había que revisar algún papel tanto por parte de Rajoy como por parte de Rubalcaba, o si alguno había manifestado algún tipo de discrepancia con algún asunto, pues lo comentábamos. En fin, todo lo que significaba apoyo a una negociación que era complicada y de Estado.

¿Tenían reuniones periódicas con lo con los equipos?

No, el trabajo lo hacía el Gobierno. Nosotros simplemente hacíamos nuestra parte, que era el Grupo Parlamentario de la Oposición en el Congreso y en el Senado. El trabajo técnico, político de conversación con la Casa lo hacía el Gobierno. Nosotros contribuimos a que finalmente hubiera una votación mayoritaria en la Cámara.

En el seminario del Ateneo, Rafael Spottorno dijo que Doña Letizia también estuvo involucrada en el proceso de abdicación. ¿Alfredo le contaba algo de ella, de su papel?

La verdad es que hasta me sorprendió lo que dijo Rafael Spottorno, yo no lo sabía. Alfredo nunca me habló de ella.

¿Si ahora hubiera que plantearse una abdicación, qué diferencias cree que habría?

Yo creo que al final se haría de la misma manera porque no hay otra manera de hacerlo. Es verdad que da la impresión de que hay una conversación menos fluida entre el Gobierno y la Oposición.

Una vez que se hizo la abdicación, ¿hubo voces que que achacaron a Rubalcaba haber colaborado en esto dentro del partido?

No, porque Alfredo hizo muy bien las cosas. Él tenía claro que estábamos hablando de la abdicación, había gente que quería hablar de la sucesión, del aforamiento, y él tuvo claro que estábamos votando la abdicación del Rey y nada más que eso. Porque si hubiéramos metido la sucesión habrían surgido más problemas.

A las voces más republicanas no no les hubiera gustado.

Claro, si hubiéramos abierto el melón entero, pues no sé si hubiéramos podido cerrarlo tan fácilmente.

¿Pedro Sánchez se manifestó?

Siempre colaboró de manera muy directa con Rubalcaba. Era uno de los de los colaboradores habituales, tanto de Alfredo como mío.

¿Se imagina cómo sería España si no hubiera habido, si no se hubiera producido abdicación?

No me la puedo imaginar, la verdad. Yo creo que en general, España necesitaba refrescarse a todos los niveles, tanto en los partidos políticos como en la Casa. El Rey Juan Carlos supo leer el momento y tomó una decisión que yo creo que era ineludible. Yo creo que ya estaba escrito ya en los libros de historia lo que hizo el Rey Juan Carlos por este país. Y cómo acompañó un proceso democrático que es ejemplo en el mundo entero. El resto de los problemas forman parte de otro tipo de historia. Creo, además, que el principal legado del Rey Juan Carlos es Felipe VI. De Don Juan Carlos y de Doña Sofía.

Rubalcaba quería dejar el cargo pero se mantuvo en el cargo hasta el final para que la abdicación saliera bien. ¿Cómo supo manejar su deseo personal con el sentido profesional?

Él era un gran político. Y cuando había que ponerse a la tarea, dejaba de lado su ánimo personal. A pesar de que él ya estaba de salida, y de una salida no muy brillante, sabía que era mejor que lo hiciera él y no un un Secretario General recién llegado. Sabía que era su último servicio al Estado y eso le daba fuerza para hacerlo.

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