El Supremo estrecha el cerco sobre Moncloa por la filtración de datos del novio de Ayuso

El juez da por hecho que desde Presidencia del Gobierno participaron con intención política para perjudicar a la presidenta madrileña. Se espera que en los próximos días sea imputada la jefa de gabinete de Óscar López

Queda oficializada la imputación por revelación de secretos de Álvaro García Ortiz, Fiscal General del Estado, citado a declarar en el Tribunal Supremo el próximo 29 de enero a las 10 de la mañana. Al día siguiente lo hará Pilar Rodríguez, fiscal jefe provincial de Madrid, también imputada en el caso de la filtración de la pareja de Alberto González Amador, pareja de Isabel Díaz Ayuso.

En el auto, el juez Ángel Hurtado también abre investigación contra Diego Villafañe, teniente fiscal de la secretaría técnica y mano derecha de García Ortiz porque participó en el envío de la cadena de correos electrónicos que intercambió la pareja de Ayuso con el fiscal de delitos económicos, Julián Salto, encargado de su caso. El magistrado concluye que “los tres, de manera coordinada, se podrían haber concertado para revelar secretos o informaciones reservadas relativas a otro ciudadano anónimo”, según reza el auto del Alto Tribunal.

Lo más relevante del escrito al que ha tenido acceso Artículo14 es la clara referencia que hace el juez a que la fiscalía envió al Palacio de la Moncloa el correo electrónico con los datos fiscales de González Amador del 2 de febrero, el mensaje que desmentía la información que el jefe de Gabinete de Ayuso, Miguel Ángel Rodríguez, trató de divulgar en prensa. La campaña de MAR trataba de demostrar que la Fiscalía había ofrecido un pacto a González Amador cuando fue al revés. 

El magistrado concluye esto gracias a la información que aportó el volcado del teléfono móvil de Juan Lobato, ex secretario general del PSOE de Madrid y testigo en el caso porque Lobato usó como arma política contra Ayuso la información verídica sobre González Amador.

En el dispositivo se constata que el 14 de marzo, día de la filtración, a las 7:03 de la mañana, Juan Lobato recibió los primeros whatsapps de Pilar Sánchez Acera, jefa de gabinete del actual ministro Óscar López, para indicarle la línea a seguir en el Pleno de la Asamblea de Madrid. El entonces secretario de Estado de Comunicación, Francesc Vallès, a las 8:20 envió también a Lobato un mensaje con un tuit que contenía la noticia del Diario.es en la que se reproducían entrecomillados del mail de la filtración.

Nueve minutos después, Sánchez Acera envió directamente el correo íntegro del 2 de febrero y advirtió a Lobato que tuviera cuidado con los datos personales. En el correo, González Amador le ofrecía a la Fiscalía un pacto mostrando “la voluntad de alcanzar una conformidad penal reconociendo íntegramente los delitos cometidos contra la Hacienda Pública”. Sánchez Acera no recibió respuesta e insistió a Lobato: “Se puede sacar. Sácasela en la primera pregunta. Un ‘¿Quién miente señora Ayuso, usted o su novio? Parece que usted'”.

Y añadió en la conversación con Lobato: “La imagen con la carta es potente”, le aseveró, a lo que el entonces secretario general del PSM contestó: “¿La carta cómo la tenemos? ¿Se ha publicado en algún sitio? Ante las dudas, Sánchez Acera fue escueta con la explicación. Dijo que la carta “la tienen los medios”. Es ahí cuando Lobato reconoció que la información era buena pero advirtió “La necesito diciendo de donde la saco porque sino va a parecer que me la ha dado la Fiscalía“. Pero Sánchez Acera le tranquilizó y le dijo que para la hora del Pleno la prensa ya habría publicado el correo.

Por ello, la UCO concluyó en su informe que este hecho podría ser “indiciario de que lo facilitó Moncloa a algún medio de comunicación para que lo divulgara antes del inicio de la sesión del pleno”. En ese momento, Lobato trasladó las dudas a su director de Gabinete, David del Campo, que le reconoció que otros tres altos cargos de Moncloa le estaban insistiendo con que sacara la información: “En Moncloa y en Ferraz quieren el máximo ruido y jaleo para tapar el máximo tiempo posible las elecciones de Cataluña y que no hay presupuestos”, le señaló del Campo.

A las 9:06 El Plural publicó el correo electrónico. Vallés y Sánchez Acera le rebotaron el link a Lobato para que se sintiera seguro de sacárselo a Ayuso en la Asamblea. Además, Sánchez Acera le advirtió de que Miguel Ángel Rodríguez, el jefe de gabinete de Ayuso, estaba tratando de vender una versión contraria: “MAR está intentando colar la respuesta de la Fiscalía como prueba de que el trato no lo pidió el novio”. Información tergiversada para intentar librar a la pareja de Ayuso de la mala prensa, que desde Moncloa querían desmentir. Entretanto, la directora de El Plural, Angélica Rubio, le pasó el link a Lobato apostillando: “Es muy fuerte que mientan hasta con el pacto de la Fiscalía”. Lobato no contestó, pero en esa sesión plenaria se enfrentó a Ayuso sacando a relucir la información del citado medio en la mano.

Debido a este informe el Tribunal Supremo concluye que el correo objeto de la filtración llegó a “Presidencia del Gobierno, se puso a disposición del testigo Juan Lobato Gandarias, portavoz del Grupo Socialista de la Asamblea de Madrid, al objeto de que hiciera uso de él, con una clara finalidad política, en la intervención que tendría la mañana del día 14 en el Pleno dicha Asamblea”. Y apunta Hurtado a que en Moncloa “se hicieron gestiones para la publicación en ElPlural el correo de 2 de febrero de 2024 entre el abogado de Alberto González Amador y el fiscal, donde aparece, pero con los datos personales tapados, que es el que muestra en la Asamblea Juan Lobato, y que no lo estaban en el correo que con anterioridad había recibido él de Presidencia”. Es decir, el magistrado deja claro que obraba en el poder de Moncloa el correo de la filtración antes de que llegara a la prensa y da por hecho que venía directamente de la Fiscalía general. Por tanto, cabría esperar que el siguiente paso del juez fuera la imputación de personal del Palacio de la Moncloa.

TAGS DE ESTA NOTICIA