El regreso de Carles Puigdemont a España y su posible detención generan un escenario político y judicial de alta tensión. La situación está llena de incertidumbre y consecuencias imprevisibles que afectan tanto a la política catalana como a la nacional.
¿Por qué Puigdemont no ha podido volver a España todavía?
Carles Puigdemont, expresidente de la Generalitat de Cataluña, lleva viviendo en el exilio en Bélgica desde 2017, tras el referéndum unilateral de independencia y la declaración de independencia de Cataluña. Desde entonces, ha sido un símbolo para el movimiento independentista catalán y una figura polémica en la política española.
En los últimos años, Puigdemont ha mantenido una presencia activa en la política europea como eurodiputado. Su posible regreso a España ha sido un tema recurrente. Sin embargo, la orden de arresto emitida por el Tribunal Supremo español por cargos de malversación y desobediencia complica su situación legal. Ni siquiera la ley de amnistía podría ampararle, llegado a este punto. Sea como sea, su plan para frenar la investidura de Salvador Illa es precisamente ese.
Los posibles escenarios si detienen a Carles Puigdemont
- Detención y proceso judicial: Si Puigdemont regresa a España y es detenido, se enfrentará a un proceso judicial que podría llevarle a una condena. Los cargos de malversación podrían implicar penas de prisión de hasta seis años y la inhabilitación para cargos públicos. Este escenario desencadenaría una serie de protestas y movilizaciones por parte de sus seguidores, y podría tensar aún más las relaciones entre el gobierno central y la Generalitat de Cataluña.
- Impacto político en Cataluña: La detención de Puigdemont tendría un impacto directo en la política catalana. Junts per Catalunya ha advertido que, si el expresidente es arrestado a su regreso, suspenderán inmediatamente la sesión de investidura del socialista Salvador Illa en el Parlament. Esta medida podría paralizar la formación de un nuevo gobierno en Cataluña y extender aún más el vacío de poder.
- Reacción del Gobierno de España: El gobierno de Pedro Sánchez se encontraría en una posición delicada. Por un lado, tendría que garantizar que se cumpla la ley y que Puigdemont enfrente el debido proceso. Por otro lado, tendría que manejar la respuesta política y social en Cataluña, evitando una escalada de tensiones que pudiera desembocar en un conflicto mayor. Para colmo, está la ley de amnistía que mantiene sobre el alambre la legislatura. Quizás nos olvidaríamos de otros Presupuestos para 2025.
- Movilización independentista: La detención de Puigdemont se percibiría por el independentismo como un acto de represión político. Eso podría reactivar las movilizaciones masivas en Cataluña. Las protestas podrían incluir huelgas generales, manifestaciones y actos de desobediencia civil. Todo ello, obviamente, aumentaría la presión sobre las autoridades españolas.
- Dimensión internacional: Dada la notoriedad de Puigdemont en la política europea, su detención también tendría repercusiones a nivel internacional. La Unión Europea y otros organismos internacionales estarían atentos al desarrollo de los acontecimientos.