“En las próximas semanas” la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil enviará al juez Juan Carlos Peinado un informe exhaustivo con toda la información sobre cómo se gestó el rescate de Air Europa. Es la carta que tenía guardada Peinado para no dar carpetazo definitivo a las pesquisas sobre esta cuestión. Quiere saber si Begoña Gómez intercedió para que su marido, el presidente del Gobierno, transfiriera 475 millones de dinero público a la compañía aérea de Javier Hidalgo y evitar su bancarrota tras el parón de la pandemia.
Se da la circunstancia de que la Audiencia Provincial de Madrid, la instancia superior a los juzgados de Plaza Castilla, acotó la instrucción de Peinado en octubre de 2024 dejando fuera toda investigación relativa a Globalia, la empresa matriz de AirEuropa. Eso sí, indicó que la decisión no era irreversible solo “en tanto en cuanto no aparezcan hechos verdaderamente nuevos de contenido incriminatorio y valorados en resolución judicial motivada”, especificaba la resolución.
El magistrado Peinado, justo un mes antes de que la Audiencia se pronunciara, ordenó a la UCO una investigación sobre el rescate, que dicen ahora los agentes que tienen en estado “muy avanzado”.
Los vínculos con Air Europa
La conexión entre Begoña Gómez y Air Europa se explica a través de Leticia Lauffer, directiva de Wakalua, una filial de Globalia que financió los proyectos empresariales de Gómez al frente del IE Africa Center. Fuentes consultadas por Artículo14 apuntan a “una íntima amistad” entre ellas y a que coincidieron con el entonces CEO de Globalia, Javier Hidalgo, en San Petesburgo, en la Organización Mundia del Turismo celebrada justo antes de la pandemia en 2019.
De ahí que Lauffer, con toda probabilidad, haya sido objeto de investigación de la UCO en este nuevo informe. De hecho, los negocios entre ella y la mujer de Sánchez también se habrían extendido a importar mascarillas y respiradores de China a España en el inicio de la pandemia. Extremo que ella rechazó tajantemente en su declaración en la comisión de investigación del Senado.
Sin embargo, Jesús Perez, su exmarido, detalló esta relación empresarial en una entrevista en The Objective: “Yo recuerdo que en mi casa ardía el teléfono constantemente porque le llamaban de La Moncloa, concretamente Begoña Gómez, para que le localizara personas y contactos en China para traer respiradores y mascarillas. Era un trajín permanente. Yo lo evidencié, lo escuchaba… No solo yo, sino también otras personas del servicio que estaban en la casa en aquel momento”. Lauffer también fue citada como testigo por Peinado, reconociendo una relación cercana con Gómez y ese encuentro en San Petesburgo.
Una cita en la que también estuvo presente Víctor de Aldama, empresario protagonista de la trama Koldo, que por aquel entonces era asesor de Air Europa. Él niega que se favoreciera el rescate de la compañía: “La compañía se declaró estratégica, había cerca de 50.000 empleados directos e indirectos en riesgo de quedarse sin trabajo. No tengo claro que se acelerara el rescate. De hecho, tardó bastante”, explicó en una entrevista en la cadena Cope.
Los plazos son relevantes porque lo que se sospecha es que la Sociedad Estata de Participaciones Industriales (SEPI) inyectó el dinero público a la compañía de manera apresurada y sin cumplir los requisitos.
En el informe de la UCO de la trama Koldo, se mostraban mensajes entre Aldama e Hidalgo. “Está el jefe en la Sepi con lo nuestro y hay luz verde para la operación”, decía el empresario, en referencia a José Luis Ábalos. En sus chats con Hidalgo también hacía referencia a sus conversaciones con Koldo García. “Me dice K que ya le ha llamado el 1… ¿Más tranquilo?”, le preguntaba entonces Aldama. “No, me va a dar algo”, respondía Hidalgo.
Finalmente, cuando se produjo el rescate, le escribió: “Estoy llorando como un puto bebé de la emoción del peso que tenía encima (…) Tu familia tiene que estar orgullosa de la persona y empresario que eres”.
Ante el juez Peinado, Hidalgo compartió la estrategia de Aldama y no vio trato de favor en el rescate. Es más, él ni si quiera lo interpreta como tal: “La operación con SEPI no fue un rescate, fue un préstamo con las condiciones más estrictas y desfavorables de las concedidas en Europa”.
En este marco se mueve ahora la instrucción de Peinado, que en las próximas semanas tendrá que tomar una decisión y valorar si decide reabrir esta pata de la investigación. “Lo que haga tiene que hacerlo muy bien sustentado”, afirman las fuentes consultadas del caso, temerosas de que la Audiencia le pueda tumbar los siguientes movimientos como ya hizo con el registro del compañero de máster de Gómez, Juan Carlos Barrabés.