El regreso de Carles Puigdemont a territorio español, y su posterior evasión de las fuerzas de seguridad, ha reavivado el debate sobre las decisiones operativas del Ministerio del Interior. En particular, la inacción en la activación de la Unidad de Localización de Fugitivos o simplemente unidad de fugitivos, un cuerpo de élite de la Policía Nacional que se especializa en la captura de prófugos, ha suscitado polémicas y cuestionamientos tanto en círculos políticos como mediáticos.
¿Qué es la unidad de fugitivos?
La Unidad de Localización de Fugitivos o unidad de fugitivos de la Policía Nacional es un grupo especializado formado por dieciséis agentes que, desde su creación, ha destacado por su eficiencia en la detención de criminales peligrosos tanto dentro como fuera de España. Sus éxitos incluyen la captura de notorios delincuentes internacionales. Lo que la posiciona como una de las unidades más eficaces de Europa en su ámbito.
Esta unidad trabaja en estrecha colaboración con otras fuerzas de seguridad y agencias internacionales. Utiliza tecnología avanzada y técnicas de inteligencia para rastrear a personas que intentan evadir la justicia. Su capacidad para adaptarse a diferentes entornos y situaciones, combinada con su experiencia y formación, la convierte en un recurso invaluable para el Estado español en la lucha contra el crimen. Sin embargo, el Ministerio del Interior no quiso activarla ante el regreso de Puigdemont.
La decisión de no activar la unidad en el caso Puigdemont
El pasado 8 de agosto, cuando Puigdemont logró evadir a los Mossos d’Esquadra y regresar a España, se esperaba que Interior tomara medidas importantes para su captura. Sin embargo, el Ministerio del Interior optó por no activar la unidad de fugitivos. Esta decisión ha sido objeto de críticas. Especialmente, por parte de la oposición política, que acusa al Gobierno de incompetencia. O, en el peor de los casos, de falta de voluntad para detener al expresidente catalán.
Según fuentes del Ministerio del Interior recogidas por El Español, la razón detrás de esta decisión se basó en dos factores principales. Primero, la competencia de la policía autonómica catalana en materia de seguridad en Cataluña. Y segundo, la dificultad de establecer controles fronterizos sin violar las normativas del espacio Schengen. Lo que, según Interior, complicó cualquier operativo adicional que pudiera llevarse a cabo.
El papel de los Mossos d’Esquadra durante la crisis
En este contexto, se confió a los Mossos d’Esquadra la tarea de gestionar la situación. A pesar de su capacidad operativa, los Mossos no lograron capturar a Puigdemont, lo que ha generado aún más críticas hacia el Ministerio del Interior por no haber tomado un rol más activo. La oposición, particularmente desde el Partido Popular, ha sido contundente en sus críticas. Acusan al ministro Fernando Grande-Marlaska de haber abdicado de su responsabilidad al dejar la tarea en manos de la policía catalana, calificando la decisión de “irresponsable”.
Especular sobre lo que podría haber sucedido si se hubiera activado la unidad de fugitivos es complicado. Sin embargo, hay quien sugiere que su intervención podría haber incrementado las posibilidades de captura de Puigdemont. La unidad cuenta con acceso a tecnología y métodos que los Mossos no necesariamente poseen. Y su experiencia en la detención de prófugos podría haber sido crucial en este caso.