Presupuestos

Sánchez ordena retrasar la votación del techo de gasto ante la falta de apoyos

El Gobierno toma la decisión ante su incapacidad para convencer a Junts de que apoye la antesala de los Presupuestos

La vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, asiste al pleno celebrado este miércoles en el Congreso. EFE/ Borja Sánchez-trillo

Pedro Sánchez impone una retirada a tiempo para evitar una derrota casi asegurada. El Gobierno, reunido en Consejo de Ministros este martes, ha decidido retrasar la votación de la senda de déficit en el Congreso de los Diputados, aseguran fuentes del Ejecutivo a Artículo 14. Ante la falta de apoyos en la votación prevista para el jueves, dado el rechazo de Junts, han optado por pedir a la Cámara que retire esta materia del orden del día del pleno.

Es un escenario con el que el PSOE empezó a trabajar en las últimas horas, y que hasta el momento Sumar no contemplaba. Fuentes parlamentarias informan de que esta decisión es más fácil de ejecutar antes de la reunión de la Junta de Portavoces, que es el órgano que fija el orden del día para las sesiones plenarias. El socio minoritario del Gobierno descartaba el lunes esta vía de actuación, por la que podrían por la que podrían haber apostado el propio jueves, pero votándolo en pleno, con el riesgo añadido de perder esta nueva votación.

No había visos de desbloqueo, como reconocían desde el partido de Sánchez a apenas 72 horas de la fecha prevista para la votación: “No hay negociación”. Fuentes del PSOE afirman que los únicos contactos en los últimos días no pueden considerarse una “negociación” como tal, sino “meras conversaciones”, como las que mantienen “con el resto de los grupos”.

El pesimismo se extendía, y el partido decidió poner el parche antes de la herida. Desde la dirección defendieron que, incluso aunque los independentistas catalanes dinamitaran por segunda vez la senda, que incluye el techo de gasto, los objetivos de estabilidad y de deuda para todas las administraciones, esto no anticiparía su posición de cara a los nuevos Presupuestos. “No hay un hilo racional”; “No tiene por qué ser un no”, aseguran.

El Gobierno no está obligado a aprobar una nueva senda, y podría volver a prorrogar la de 2023, hoy en vigor. Sin embargo, esta votación suele considerarse la primera piedra en el camino a los Presupuestos Generales del Estado, y no es nada habitual que las cuentas se aprueben sin su propia senda. Como tampoco lo es que el principal partido de la oposición apruebe los Presupuestos o la senda de gasto del Gobierno, como el PSOE ha reclamado este lunes al Partido Popular, con reforzada insistencia.

Fue su portavoz, Esther Peña, quien admitió que, sin el apoyo de los conservadores, lo más “probable” sería que sufrieran una derrota parlamentaria. Lo hizo en rueda de prensa desde la sede de Ferraz, tratando de desplazar la presión sobre el Partido Popular, amparándose en que la senda supondría que las comunidades autónomas cuenten con 5.000 millones de euros extra. Que sumen una nueva derrota parlamentaria -llevan dos en lo que va de mes-, es “lo de menos”, afirmó: “Lo importante es que Feijóo perderá la oportunidad de presentarse como hombre de Estado”. En la misma comparecencia en la que reclamó el apoyo del PP, Peña también aseguró que el líder del PP “se ha convertido en ese cuñado cenizo, tristón”, “con un punto de amargura”, “mediocre”.

A la misma hora, en la sede de Sumar, su portavoz y ministro de Cultura, Ernest Urtasun, jugaba otra baza, y apelaba directamente a Junts. El ministro prefirió recordarles que la nueva senda permitiría a la Generalitat incurrir en una décima de déficit, y no de superávit. Esto es, que supondría acceder a “500 millones de euros más”, según sus palabras. Es la misma senda que PP, Vox y Junts rechazaron en julio. Y horas antes, el secretario general de los independentistas catalanes, Jordi Turull, había advertido de que, si el Gobierno no accede a cambios, ellos no variarán su voto. Fuentes de Hacienda se reafirmaron la semana pasada en que pueden abrir más la mano: son lentejas, vinieron a decir.

El lunes, cada uno de los socios apuntaba a un objetivo, pero ambas fuerzas visibilizaron su temor a un nuevo naufragio parlamentario. En las filas de Yolanda Díaz reconocían que la votación era algo prematura, toda vez que aún están lejos de forjar un pacto con Junts.

En las conversaciones cruzadas entre el PSOE y Sumar, y las que ambos mantienen con los distintos partidos, se da por hecho que el entendimiento es viable con el conjunto de las fuerzas que permitieron la investidura de Sánchez. Salvo con la formación de Carles Puigdemont. Comparten el diagnóstico de que los catalanes aún no han “digerido” la investidura de Salvador Illa como president de la Generalitat.

Pero, mientras destacados integrantes del Gobierno, como el ministro de Transportes, Óscar Puente, intentan naturalizar el escenario de una nueva prórroga presupuestaria, en Sumar contemplan una derrota con la senda de déficit, pero aún no quieren dar por perdidas las cuentas públicas. Fundamentalmente, porque esto limitaría considerablemente sus opciones para impulsar una agenda política centrada en lo social, lo laboral y lo fiscal, que es lo que están negociando en paralelo estos días con el Partido Socialista. Son pesimistas, pero se aferran a que aún hay esperanza.

El encuentro en Suiza

Desde la dirección socialista insisten en que aún no hay “negociación” con Junts. Incluso a pesar del encuentro de su número tres, Santos Cerdán, con Carles Puigdemont. El secretario de Organización del partido de Pedro Sánchez viajó este fin de semana a Suiza, sin que el PSOE o el Ejecutivo hayan informado de los temas tratados con el expresident.

Durante la mañana, el ministro de Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños, se limitó a afirmar que estas conversaciones se produjeron “con naturalidad”. “No deberían sorprender a nadie”, apostilló. Días antes, fuera de cámara, desde el Gobierno habían dejado caer que redoblarían esfuerzos para convencer a Junts de apoyar la senda. Y el lunes evitaron pronunciarse sobre este encuentro. Sus socios de Gobierno se ponían de perfil al ser preguntados por esta reunión: “Son cosas del PSOE”. Ellos mantienen sus propios canales de diálogo con Junts, pero ninguna de las vías les ha permitido alumbrar grandes esperanzas de cara al jueves. Y hoy optan por una retirada táctica