No son los Presupuestos Generales del Estado para 2025; tampoco las negociaciones con Junts para ceder a Cataluña parte de las competencias en materia de inmigración. Tampoco son los desmanes, giros y amenazas de los de Carles Puigdemont lo que más preocupa hoy al presidente del Gobierno, según una de las voces socialistas de mayor predicamento.
Lo que realmente le quita el sueño, y a la vez la piedra angular sobre la que aspira a construir su ofensiva para revalidar La Moncloa en 2027, tiene que ver con una serie de movimientos en distintos territorios, que no cristalizarán en una foto fija hasta dentro de varios meses. Quizás, no antes de finales de año.
Será entonces, según estas fuentes, y como avalan también otras voces del PSOE, cuando empezarán a sonar los tambores de la precampaña para las elecciones autonómicas y municipales para 2027. Este lunes culminan los congresos autonómicos del PSOE; en las próximas semanas es el turno de los provinciales y locales, para llegar a verano con la maquinaria a punto.
En 2025, año sui géneris para la política española, sin convocatorias electorales previstas, Pedro Sánchez ya deja ver que trabaja con la vista puesta en el horizonte.
Salvo que se registre un tsunami político que hoy no detecta ningún sismógrafo, ni las causas judiciales que cercan a sus familiares, ni los vaivenes con sus socios de coalición, ni tampoco el escenario de que no haya nuevas cuentas públicas hacen peligrar la legislatura. Lo repiten fuentes muy próximas al presidente. “Aguantaremos con y sin Presupuestos”.
Sánchez no va a moverse, abundan, al menos no antes de las elecciones autonómicas y municipales. Inicialmente se contempló hacer coincidir las generales con estas convocatorias, en un ‘superdomingo’, aunque hoy no parece el escenario más plausible.
Con el desembarco de cinco ministros en territorios clave, Sánchez quiere que esos ministros-candidatos autonómicos aprovechen al máximo el escaparate de La Moncloa para construir candidaturas de peso, que permitan compensar la derrota ante el PP en los comicios de 2023, que tiñeron de azul las comunidades autónomas. O, al menos, reducir las diferencias de poder que hoy existen en comunidades como Madrid, arañarles espacio.
Una vez zanjados los congresos autonómicos, afianzado el poder de Ferraz sobre los territorios, en los próximos meses toca empezar a valorar con qué cartas cuentan de cara a los comicios de 2027. “El foco está en las batallas territoriales en las CCAA”. “Hay que ponerse las pilas ya en 2026”, asegura el veterano socialista en cuestión.
Apunta que los seis meses tras los congresos son clave, para “ver cómo se reconfiguran en comunidades autónomas y ayuntamientos”, y en “dónde pueden rascar al PP”. “No hemos dejado de estar en campaña”, apunta otro dirigente.
Asumen que el PP, como el PSOE, es un partido con presencia e implantación territorial como para aguantar casi cualquier envite. Y afirman que hay grietas en distintos territorios gobernados por el PP que les hacen generar esperanzas de contar con opciones de recuperar los gobiernos de algunas, pocas comunidades.
Esto, sumado al enorme impulso de la ultraderecha a nivel internacional, más allá del repunte de Vox en España, serviría como gasolina de cara a las siguientes citas, y permitiría insuflar algo de oxígeno para librar la batalla de las generales. Siempre, según sus cálculos.
Mazón, flanco descubierto; Illa, “como una locomotora”
Hay flancos claramente más accesibles que otros. La Comunidad Valenciana, hoy presidida por el popular Carlos Mazón, políticamente abrasado por su gestión de la Dana, es clave. Nadie duda de que el PP no le permitirá repetir como candidato, y el PSPV de Diana Morant, ministra de Ciencia e Innovación, se ve con ciertas opciones de forzar un cambio de color político.
Con sus exsocios en el Govern, Compromís, jugándolo todo a la carta de enmendar al Ejecutivo por su gestión de la catástrofe, en términos electorales perciben visos de un posible cambio. Pero necesitan más.
El PSC cree haberse asentado en Cataluña, aunque hasta agosto no hará un año desde su irrupción en la Generalitat. Todos los dirigentes socialistas consultados confían en la habilidad del president, Salvador Illa, para avanzar políticamente, poco a poco, y consolidarse.
“Es como una locomotora”, “no va a cometer ningún error”, asegura en Madrid una dirigente que conoce bien su forma de proceder. Aunque en las futuras generales confíen en cierto impulso por el efecto Illa, en Cataluña no se esperan citas con las urnas hasta 2028. Antes de esta cita, de las generales y de las autonómicas y municipales, para 2026 se esperan dos citas: Castilla y León y Andalucía.
El rol clave de Montero
Entronizada como líder socialista andaluza este sábado, pero siempre como ministra de Hacienda, María Jesús Montero ofrecerá esta semana a las comunidades autónomas las condonaciones de deuda pendientes, en el Consejo de Política Fiscal y Financiera del miércoles 26. Y sorteará como pueda toda polémica sobre la “financiación singular de Cataluña”.
Hay dirigentes del PSOE que afirman que, en las pasadas elecciones, los últimos diputados logrados por el PP en cada provincia apenas se decantaron por un puñado de votos. Creen que, sólo con darle la vuelta a esos votos, ya les bastaría para erosionar sensiblemente a Moreno, hacer peligrar su mayoría absoluta y lograr oxígeno en Andalucía.
Ninguna encuesta contempla un cambio de signo político hoy, pero creen que era necesario jugar la carta Montero, porque es hoy la “única” que puede coser el partido. Un dirigente incluso recuerda que a la presentación de Montero como candidata, en enero, asistieron incluso cargos y cuadros asociados al susanismo que llevaban “años” sin dejarse ver en este tipo de actos.
El desembarco de Montero, según este socialista, “se está notando” en el incremento de actividad en las casas del pueblo (sedes socialistas). Sostiene que la dirigente “le tiene cogido el punto” a Moreno, y es capaz de “sacarle de sus casillas”. E interpreta que, si el ‘efecto Montero’ se deja ver en las encuestas, el presidente de la Junta podría pulsar el botón de las elecciones anticipadas.
El debate fiscal con las comunidades, sostiene, “es una oportunidad” para la mujer con más poder del PSOE. “Si María Jesús no tuviera una buena propuesta, no habría aceptado ser líder del PSOE”, sostiene. Cree que este escenario les permitirá elevar la presión sobre Moreno, y servirá para que la candidata y ministra de Hacienda saque cabeza.
Como ella, otros cuatro ministros (Óscar López, Pilar Alegría, Diana Morant y Ángel Víctor Torres) tienen estos meses para reorganizar los territorios y poner a punto la maquinaria. Ya en 2026, la previsión es que activen el modo de precampaña, sin ningún disimulo.