Un mes después de la catastrófica DANA de Valencia, permanece el silencio del presidente de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ), Miguel Polo, señalado por la Generalitat Valenciana por la deficiencia de los avisos que emitió respecto a la devastadora crecida que sufrió la rambla del Poyo.
La reconstrucción de los correos electrónicos enviados por los técnicos de la CHJ, así como de las comunicaciones mantenidas por las autoridades y del seguimiento que se realizó en el Centro de Cooperación Operativa Integrado (CECOPI) deja en evidencia que la atención del equipo de Polo se centró en la posible rotura de la presa de Forata y que el tremendo aumento en el Poyo quedó en un segundo plano durante dos horas.
Así lo muestra la secuencia de correos enviados por la Confederación Hidrográfica que, a las 16:13h del fatídico 29 de octubre, comunicó que el caudal en la rambla del Poyo era de m³/s con tendencia descendente. Su siguiente comunicación se produjo dos horas y media después, a las 18:43, para advertir que el caudal había pasado a 1.687 m³/s. “Para su conocimiento la crecida está siendo muy rápida”, dijeron en el comunicado.
Sin explicaciones
En realidad, el caudal ya se había multiplicado a un nivel preocupante a las 17.00 horas, ya que en aquellos momentos ya ascendía a 325 m³/s, según los propios datos que mide la Confederación Hidrográfica. La crecida siguió disparándose hasta convertirse en devastadora y alcanzar la fuerza mencionada de 1.687 m³/s. La cuestión que el presidente de la CHJ no ha aclarado en ningún momento es a quiénes y a través de qué mecanismos se enviaron avisos acerca de la situación en la rambla del Poyo. Pero, pese a las alusiones directas del gobierno valenciano, Polo ha evitado dar cualquier tipo de explicación pública.
Teresa Ribera, hasta hace poco ministra para la Transición Ecológica, reconoció que lo más importante ante este riesgo de grandes inundaciones es contar con “un sistema de alerta temprana”, que es lo único, afirmó, “que salva vidas”. Pero ni la ministra ni el máximo responsable de la CHJ han aclarado nada a este respecto, a pesar de que los caudales alcanzados en el Poyo acabaron siendo 54 veces los del Tajo-Segura a su máxima capacidad.
Cabe recordar en este punto que la Confederación Hidrográfica del Júcar tiene la obligación de avisar a emergencias cada vez que una rambla tenga un caudal superior a los 150 m³/s. Según la versión de la Generalitat, la información que se recibió del barranco del Poyo fue “fragmentada, inexacta y tardía”.
Quince días después de la terrorífica DANA de Valencia, se produjo otra gota fría de menor intensidad que afectó, en particular a las provincias de Málaga y de Tarragona. En esa ocasión, otra Confederación Hidrográfica, la del Ebro, sí que emitió alertas a través de sus redes con menciones a la Delegación del Gobierno y al Servicio de Emergencias para informar los ciudadanos de la zona de las crecidas que se están produciendo en varias comarcas de la provincia de Tarragona.
Antes sí hablaba
El actual presidente de la Confederación Hidrográfica del Júcar lleva en el cargo desde febrero de 2021. Es originario de la localidad serrana de Titaguas (Valencia) —de donde fue concejal del PSOE— y fue Comisario de Aguas de la CHJ desde 2018. Ingeniero de caminos, canales y puertos, desempeñó distintos cometidos en la comisaría durante aproximadamente doce años.
Durante y después de la DANA no ha realizado declaración pública conocida. En cambio, este mismo verano no tuvo problema en multiplicarse en los medios para decir la suya durante el pulso mantenido entre el Gobierno y la Generalitat Valenciana por los aportes de agua a la laguna de La Albufera, que acabó judializado tras las protestas de la administración autonómica.