Los noventa vuelven a estar de moda en el Congreso de los Diputados. En la sesión de control al Gobierno de este miércoles, Alberto Núñez Feijóo usó una frase pintiparada a aquel “váyase señor González” que empleó José María Aznar en las postrimerías del felipismo para auparse con el poder. “Señor uno, márchese ya”, le dijo Feijóo a Pedro Sánchez. Luego, alentó la idea de “un cambio que está por llegar”, no quiso hacer quinielas con el cuándo, frente a un “bloque de la vergüenza” que Sánchez “encabeza”.
Al repaso del jefe de la oposición de todos los escándalos de corrupción que asedian al Ejecutivo, las investigaciones a su mujer y su hermano, o el caso Ábalos, ramificado por distintas tramas; Sánchez se defendió trazando una diferencia entre su proceder y “lo que hacían” antaño los populares con los incontables casos de corrupción que padecieron -y que en Génova 13 conocen bien-.
Acto seguido, la consigna que dio Moncloa a todos los ministros que intervinieron en el Pleno fue que citaran, una a una, las causas judiciales que afectan al principal partido de España, que no son pocas. Una estrategia del “y tú más” que, a ojos del entorno de Feijóo, resulta estéril y sólo denota una cosa: “Que el Gobierno está muerto”. Y al borde del colapso. “El régimen se desmorona”.
Si bien es cierto que las siglas del PP se han visto emponzoñadas en incontables escándalos en las últimas décadas, para la dirección actual la factura de todo lo que sucedió en el pasado está más que amortizada. Y el recuerdo de tiempos anteriores que ahora azuzan los ministros desde la bancada azul, aseguran en la cúpula popular, sólo va “en perjuicio de ellos”.
Con la premisa de que “ningún partido reacciona bien a la corrupción”, uno de los pesos pesados de Feijóo se jacta de que la actitud mostrada este miércoles por el Gobierno en la Cámara Baja denota un alto nivel de “desesperación”. Con José Luis Ábalos a una cuarta de ser imputado y una instrucción que va cobrando intensidad -y gravedad- a la par que avanza, el PP empieza a creer que será la corrupción la que mande a Sánchez al patíbulo. “Su agonía legislativa le va a parecer una broma al lado de su agonía judicial”, espetó ayer Feijóo a Sánchez.
No obstante, en el comité de dirección del PP descartan una caída inminente del presidente del Gobierno. La idea generalizada es que, como reconoció Elías Bendodo ante un micrófono abierto en el Senado, Sánchez logrará sacar adelante los Presupuestos del próximo año porque sus socios podrán arrancarle prebendas con mayor facilidad. “Si antes era barato, ahora lo es todavía mucho más”, sintetizan en Génova.
El escenario que maneja Feijóo, por tanto, es el de una legislatura a cara de perro que desemboque en elecciones anticipadas en 2026 porque, tarde o temprano, los socios también tenderán a distanciarse para no verse envueltos en la corrupción. “Van a empezar a notar la incomodidad de apoyar a Sánchez”, vaticinan en Génova. También creen, con los indicios que hay sobre la mesa, que el nivel de presión sobre Moncloa por la supuesta corrupción de Ábalos llegará un momento en el que se volverá “insoportable”. Como le sucedió a González con los Gal.
Eso sí, por aquel entonces, piensan algunos en el PP, Aznar sí supo morder con fiereza a su rival. A diferencia de lo que, consideran, está ocurriendo hoy. Distintos dirigentes populares opinan que se podría haber reaccionado a los acontecimientos de los últimos días “con mayor contundencia”. Conscientes de que el primer paso elegido, una querella ante la Audiencia Nacional, ha generado dudas internas, los de Feijóo piden tiempo. Sin querer entrar detalles, aseguran tener más que indicios de que en tiempos de Ábalos el PSOE incurrió en delitos de malversación.
Este jueves, el líder del PP viaja a Bruselas para participar en la cumbre informal que celebran los populares europeos antes de cada Consejo Europeo. Como publicó Artículo 14, la intención de Feijóo es trasladar a la presidenta comunitaria, Úrsula von der Leyen, su preocupación por la situación del Gobierno de Sánchez. Un preludio de la siguiente meta volante que coteja en su ofensiva por el caso Koldo: presentar una denuncia ante la Comisión Europea por el fraude de fondos europeos, de modo que el caso pueda acabar en el TJUE.
Mientras la corrupción del caso Koldo gana cada vez más intensidad, y el Tribunal Supremo da un paso inédito con la imputación del Fiscal General del Estado, el PP ha decidido poner en un segundo plano su agenda social. Salvo la inmigración. Este viernes, Feijóo culmina en Berlín la gira que le ha llevado por distintos países europeos, Grecia, Italia y Polonia. La semana que viene, los suyos seguirán abordando medidas en materia de conciliación y vivienda, pero lo harán con un menor protagonismo. Ahora, lo prioritario es cercar a Sánchez por la corrupción.