La incertidumbre rodea al president de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, después de la publicación del artículo en este medio, que revela que la sede nacional del PP habría fijado un plazo de cuatro meses para que remonte en las encuestas. Sin embargo, desde la cúpula no se ha comunicado ninguna estrategia oficial al equipo de Mazón, que no quiere “emitir valoraciones” al respecto. Todavía no hay fecha para el congreso regional, previsto en teoría para principios del próximo año.
El equipo de gobierno ha continuado sus labores de reconstrucción sin reparar en los rumores que acechan al grupo. El PPCV no ha respondido a las informaciones publicadas, que apuntan a que su liderazgo está bajo escrutinio tras las críticas por su gestión de la DANA y los recientes sondeos que indican pérdida de apoyo. Según informaciones a las que tuvo acceso Artículo14, la dirección central del PP estaría evaluando alternativas, como la figura de la alcaldesa de Valencia, María José Catalá, si la situación no mejora.
Una fuente interna del PP ha trazado un paralelismo con momentos históricos como el 11 de marzo de 2004, cuando el atentado en Madrid afectó decisivamente al PP. “Una catástrofe, un atentado o cualquier hecho de grandes dimensiones te puede dilapidar”, señala esta voz, defendiendo que la gestión de Mazón y su equipo había sido “bastante buena” desde el inicio del mandato.
La misma fuente subraya que “nadie podía prever las dimensiones de esta catástrofe, ni los propios técnicos”, aunque sí se podría haber actuado mejor en la coordinación y en el aviso temprano para evitar pérdidas humanas. “La Confederación Hidrográfica del Júcar, que son los técnicos responsables de asesorar a los políticos, no se ha pronunciado. La única cabeza que se ha pedido es la de Mazón desde el minuto cero. Es evidente que tiene responsabilidad, porque es el líder del gobierno autonómico, pero, ¿solo él?”, reclama la integrante del Partido Popular.
Fuentes cercanas al partido apuntan al terreno político, acusando a la izquierda de haber “orquestado un plan para cargárselo”, al tiempo que mantiene intacta la figura de su propio liderazgo. “La derecha es más crítica: si nuestro líder erra, pedimos responsabilidades”, manifiesta la oposición.
El aviso de Génova
Mientras Génova observa de cerca los próximos movimientos, el silencio en torno a este supuesto ultimátum alimenta las especulaciones sobre la relación entre el president y la sede nacional del PP. A pesar de las presiones, ni la cúpula del PP ni Mazón han ofrecido aclaraciones públicas sobre el asunto, lo que deja abierta la duda dentro y fuera del partido.
De hecho, durante las cuatro horas que duró el debate sobre la DANA en el Congreso el pasado miércoles, 18 de diciembre, el PP no mencionó a Mazón en ningún momento. Esta omisión avivó la sensación de que su figura está bajo el radar del partido, ante la necesidad de que su imagen mejore en los próximos meses.
La ausencia de una estrategia oficial
La falta de una estrategia comunicada oficialmente complica aún más un contexto ya cargado de retos políticos y sociales. Aunque la oposición y algunos sectores del partido apuntan a Mazón como el principal responsable de los errores en la gestión de la DANA, voces internas piden ampliar el análisis y exigir responsabilidades también a los técnicos y a otros actores implicados.
Por ahora, el president tiene por delante un desafío político y de gestión que marcará no solo su liderazgo en la Comunidad Valenciana, sino también el futuro del PP en esta región clave. La falta de claridad en la estrategia y el creciente silencio institucional refuerzan las dudas sobre cómo se está gestionando esta situación dentro del partido. La cúpula del PP, por su parte, mantiene su habitual discreción en asuntos internos, pero el eco de estas tensiones empieza a resonar más allá de los despachos, añadiendo una carga política a un contexto ya complejo para la Generalitat Valenciana.