Públicamente, Alberto Núñez Feijóo siempre apostó por que Pedro Sánchez resistiría, como al final ha ocurrido. Que no cambiaría nada. Pero en privado, el fin de semana previo a la resolución del presidente del Gobierno, en el principal partido de la oposición arreciaron los interrogantes y se sopesaron distintos escenarios, como publicó Artículo14. Ahora, hecho un análisis de la tormenta política vivida, los cargos consultados por este periódico auguran que “la jugada” no le saldrá bien a Sánchez, al menos a medio plazo.
El PSOE respiró aliviado tras escuchar a Sánchez decir que seguirá en la Moncloa, pero en privado algunos dirigentes también han empezado a mostrar su enfado por la desinformación y tensión a la que ha sometido al partido. De hecho, en las últimas horas se ha abierto el debate en las filas socialistas sobre si el actual presidente ha de tener recambio político a tenor de la tremenda crisis vivida.
Un extremo rechazado por los portavoces oficiales de Sánchez, que en la Cadena SER llegó a sugerir que la legislatura durará cuatro años y, después, podría presentarse a las generales.
Cierre de filas
“Ahora toca decir que ha empezado el post sanchismo. Llevan matándole 10 años y siguen sin aprender”, se revolvió en redes sociales el ministro Óscar Puente, adjuntando un vídeo de este miércoles en el que Sánchez llegaba a la caseta de feria del PSOE en Barcelona. “Es el presidente del Gobierno, el secretario general del PSOE, y lo va a seguir siendo por mucho tiempo”, añadió Ana Redondo, la titular de Igualdad. Públicamente, todos los mensajes fueron en términos similares.
Según el PP, visto con perspectiva, la continuidad de Sánchez era el mejor de los escenarios posibles. “Le puede venir bien a Salvador Illa a Cataluña, que está por ver. Pero la perplejidad va a ir dando paso al cabreo por tenernos a toda España cinco días pendiente de él para no hacer nada”, según la reflexión de un presidente autonómico, que añade: “Nosotros, lo único que hemos tenido que hacer es reafirmarnos en nuestra estrategia”.
En efecto, ante sus grupos parlamentarios del Congreso y el Senado, Feijóo pidió redoblar la presión sobre el jefe del Ejecutivo, al que acusó de un intento de cambio de régimen. La ofensiva será en todos los ámbitos, y los populares ya preparan nuevas protestas en la calle. “Sánchez entregó la igualdad de todos los españoles para conseguir la presidencia del Gobierno y ahora va a por la libertad de los españoles para perpetuarse en la Presidencia. No hay límites ni en su ambición ni en sus ansias de poder. Eso sí, un poder sin control”, denunció.
Las fuentes consultadas precisan que esta estrategia tendría que haber cambiado “por completo” si Sánchez hubiera dimitido, tal y como amagó en un primer momento. De hecho, barones y altos cargos interpretan que “el mayor problema” para el partido habría sido un relevo en la presidencia del Gobierno, con una mujer al frente. La vicepresidenta María Jesús Montero era la sucesora natural, pero en las quinielas también se coló Pilar Alegría, tal y como informó David Junquera en este periódico.
Los temores del PP
“Si ese hubiese sido el escenario final, hoy estaríamos ante la primera mujer presidenta de España y todo nuestro mensaje contra Sánchez ya no valdría. Sin duda, era la opción que más riesgos conllevaba para nosotros”, resume un alto cargo del PP. Varios dirigentes consultados por Artículo14 no dudan en calificar a Alegría, la ministra portavoz, como “el perfil más peligroso” para los intereses del líder gallego.
“Desde el poder, es más fácil forjar liderazgos. En Moncloa, Montero o Alegría tendrían unas posibilidades mucho mayores que un líder de la oposición”, opinó un barón del PP en víspera de que Sánchez despejara todas las dudas en su comparecencia en Moncloa. “Hoy estamos igual que la semana pasada, con Sánchez en el poder y Feijóo en la oposición, pero el presidente sale dañado y su partido también. Con un recambio, la cosa sería distinta”, se reafirma pasados los días, en conversación informal con este periódico.