El Ala oeste de Moncloa

Sánchez busca romper la unidad del PP sacando la billetera

El presidente quiere usar las entregas a cuenta, la financiación o el déficit para crearle un cisma a Feijóo. “No se puede soplar y sorber al mismo tiempo”, dicen en el PSOE

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez interviene en el foro económico CREO 2024 organizado por el diario ‘Cinco Días’ del grupo Prisa, este lunes en Madrid.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez interviene en el foro económico CREO 2024 organizado por el diario ‘Cinco Días’ del grupo Prisa, este lunes en Madrid. EFE/ Chema Moya

Agonizaba el verano y Alberto Núñez Feijóo, para arrancar el curso, reunió a todo su poder territorial en un palacete que muchos (sobre todo en el Gobierno) quisieron ver como un remedo del palacio de la Moncloa. El presidente del PP quería lucir bíceps autonómicos antes de empezar la temporada y demostrar eso que tanto le gusta a Génova; la supuesta unidad de acción monolítica de todos sus satélites regionales.

Y si a Génova le pirra dar a entender que no hay fisuras entre sus diferentes líderes y que las diversas sensibilidades son más una leyenda de los medios que una realidad, no es menos cierto que a Ferraz le encanta buscar las grietas, fomentar la división y disfrutarla cuando llega a los titulares de prensa.

En eso quiere estar el equipo de Pedro Sánchez en este 2025. La inquietud que levantó entre la pléyade baronil popular el devenir del decreto ómnibus, el miedo a que quedara en la conciencia pensionista que el PP no está por subir sus pagas, las sugerencias que se dirigieron a Génova en favor del sí desde las Comunidades y ahora los desvelos por las entregas a cuenta hacen pensar a los estrategas de Moncloa que hay una veta de división que explotar y quieren explotarla con dinero.

Los de Sánchez disfrutan ahora de una de esas pequeñas treguas que les concede Junts de vez en cuando y tienen tiempo para maquinar y diseñar por dónde dar los siguientes pasos. Con un mes de retraso Hacienda sentará a los consejeros autonómicos en la mesa del Consejo de Política Fiscal y Financiera. Será a finales de febrero y acudirá a la reunión con varios caramelos; las quitas de la deuda, las entregas a cuenta y el maná de la financiación autonómica. La guinda podría ser el relajamiento de los objetivos de déficit que además podrían servir para atraer a Puigdemont al redil de los Presupuestos.

Con todo este chorro de liquidez y de bálsamo contable el Gobierno quiere abrir una vía de agua en la unidad de acción de las autonomías populares. Este diario ya ha contado que la idea de los barones del PP es acudir al cónclave con un plan de vuelo único que solo afecte a la financiación autonómica y no quieren hablar de nada más, pero en el equipo de Montero confían en mover de esa posición a las regiones que tienen más tensiones de tesorería.

“No se puede soplar y sorber al mismo tiempo”, dicen fuentes socialistas, que se muestran convencidas de que el último giro de guion de Feijóo respecto al decreto ómnibus se debe a que se vio obligado a sucumbir a las presiones de sus popes regionales. Es más, creen que esa posición puede facilitar la aprobación de las medidas que se quedaron fuera del escudo social. Por ahí y por la senda pasarían los siguientes movimientos, y si se consigue atraer al PP se venderá como un éxito y si no también, porque se podrá contar que los populares “siguen quedándose fuera de todas las decisiones de Estado” y eso a pesar de que dirigen la mayor parte de los gobiernos regionales.

No solo con el frente económico busca el PSOE montarle un cisma a Feijóo con los Moreno, Mazón, Ayuso o Miras. En Ferraz son conscientes de que las tensiones afloran con otros temas puramente ideológicos que desbordan las costuras populares porque les supone hacer malabarismos en la frontera que les separa de VOX. La celebración del 50 aniversario de la muerte de Franco con su chorro de actos o las andanzas de Donald Trump serán utilizadas también a lo largo de este primer tramo del año para generar un debate que el Gobierno quiere que “sirva para enmarcar al PP donde realmente está”.

Con estos ítems como cartas para reorientar el foco y desviar la presión cuando sea necesario Moncloa seguirá buscando la piedra de Rosetta de la legislatura: la aprobación de unas cuentas que siguen verdísimas, pero que de lograrse alejarían un tiempo más a Feijóo de hacerse una foto en las escaleras de una Moncloa de verdad.