La victoria del PP sobre el PSOE, en términos políticos, quedó matizada por las expectativas electorales con las que cada partido concurrió a estas elecciones europeas. La victoria aritmética, sin embargo, admite muchos menos matices: el PP aventajó al PSOE en más de 700.000 votos, cuando en 2019 la diferencia fue de 2.850.000 a favor de los socialistas.
Esta victoria en términos globales, sin embargo, no ha sido homogénea en todos los segmentos de la población. El PSOE consiguió retener el apoyo en algunos sectores clave, atenuando así la victoria conservadora.
Los cuatro pilares de la resistencia socialista en estos comicios europeos han sido: mujeres con los empleos peor remunerados, pensionistas, estudiantes y altos funcionarios.
Mujeres con los empleos peor remunerados
La disputa diplomática en el arranque de la campaña electoral con el presidente de Argentina, Javier Milei, trajo a la conversación pública el debate sobre el concepto de justicia social y el PSOE parece que lo supo aprovechar. En las elecciones europeas el PSOE superó al PP entre las trabajadoras del sector privado con peores condiciones laborales. Quizá, esa dialéctica activara en esa parte del electorado un sentimiento de protección en una coyuntura donde el telón de fondo es la incertidumbre.
Pensionistas, especialmente mujeres
Con el simple anuncio de revalorización de las pensiones un 8,5%, realizado por Pedro Sánchez a finales de 2022, se produjo un realineamiento electoral entre los jubilados y pensionistas. Pasado ya un tiempo, este reajuste puede haberse consolidado y reviste su importancia, ya que se trata del caladero de voto más relevante por la consistencia de sus electores a la hora de votar. De nuevo, al igual que con las mujeres con empleo precario, el PSOE parece haber conseguido enarbolar la bandera de la protección y la certidumbre ante la coyuntura actual.
Estudiantes y altos funcionarios del sector público
La ventaja socialista frente a los populares entre los estudiantes, sin embargo, tiene un origen diferente. En este caso, la derrota del PP es fruto de la descoordinación del voto dentro del bloque de la derecha. Entre los votantes más jóvenes, el PP ha competido en estas elecciones con Vox y con ‘Se acabó la fiesta’ casi en pie de igualdad.
Otro de los segmentos de la población, aunque menos numeroso, en donde el PSOE se ha visto respaldado es el de los funcionarios del sector público cuyos ingresos les permiten vivir con comodidad.
Próximas generales
De cara a unas futuras elecciones generales el panorama es hoy favorable al PP. Las primeras estimaciones, una vez conocidos los resultados del pasado domingo, apuntan a una mayor diferencia entre el PP y el PSOE. Si en las generales de 2023 la diferencia fue de unos 300.000 votos, y de 700.000 en las europeas, las primeras proyecciones sugieren que el PP podría superar hoy al PSOE por más de un millón de votos, es decir, que el punto y medio de ventaja del 23J se triplicaría, superando hoy los cuatro puntos.
Ese incremento de la distancia del PP en relación con las pasadas generales se debe básicamente al comportamiento electoral en dos amplios segmentos poblacionales: los trabajadores de la empresa privada y los jubilados y pensionistas.
Entre los trabajadores del sector privado el PP consigue establecer una cabeza de puente para atraer anteriores votantes socialistas. El PSOE, además de este problema que le genera la pérdida de votantes entre bloques, encuentra una dificultad añadida a la hora de retener a estos votantes: su fidelidad de voto entre las clases dinámicas de la economía, en términos de población activa, es del 68%, quince puntos menos que la de los votantes situados fuera del perímetro del mercado laboral, es decir, jubilados, pensionistas, estudiantes y trabajadores domésticos no remunerados.
La disputa por el voto de los pensionistas entre los dos principales partidos de nuestro sistema electoral será, una vez más, el campo de batalla más importante en unas elecciones. El PP consigue mejorar su rendimiento en este segmento gracias a una alta fidelidad y a una mayor capacidad de atracción de votantes de Vox. Además, de forma simultánea, el PSOE estrangula la fuga hacia el PP y limita los márgenes de la indecisión, lo que le permite resistir.
En los siguientes comicios volverá a estar presente la tentación de articular la oferta electoral priorizando el sector del censo más envejecido, y ese “muro de los pensionistas” será para el PP el más difícil de derribar, por su tamaño (uno de cada cuatro electores tiene más de 65 años) y por el margen de maniobra, ya que el PSOE cuenta con una mayor capacidad de incidencia al competir desde el Gobierno, a pesar de la falta de Presupuestos Generales del Estado.