La política española asiste a un giro inesperado. Íñigo Errejón, uno de los líderes políticos que más se ha pronunciado en apoyo al feminismo y a la lucha contra la violencia machista, se enfrenta ahora a acusaciones de acoso sexual. Esta situación ha impactado tanto en su figura pública como en su bloque, Sumar y Más País. Y llega en un momento en el que la presión social sobre la coherencia ética y política de los líderes es mayor que nunca.
Íñigo Errejón, quien ha construido gran parte de su identidad política sobre la defensa de los derechos de las mujeres, ve ahora su trayectoria salpicada por un escándalo que pone en duda su compromiso y expone las tensiones internas en la izquierda española. Las reacciones no se han hecho esperar. Tanto el partido como el propio exdiputado van a tener que responder a preguntas difíciles sobre coherencia y responsabilidad.
El auge de Errejón como político progresista
Desde sus inicios en Podemos, Íñigo Errejón se postuló como una de las figuras más prometedoras de la izquierda en España. Junto a Pablo Iglesias, ayudó a diseñar la narrativa de un partido que prometía una renovación política y social. Con su imagen moderna, su agudo intelecto y un claro posicionamiento feminista, conectó con el electorado joven y con movimientos sociales que luchaban contra las desigualdades de género.
En 2019, tras una ruptura pública con Iglesias, Errejón fundó Más País, un partido que buscaba consolidar una agenda verde y feminista. Su discurso en favor de las mujeres y de la igualdad de derechos fue uno de los pilares sobre los que edificó esta nueva plataforma política. Más País, y después su colaboración con Sumar de Yolanda Díaz, representaron una apuesta por una izquierda diversa y comprometida. En ella, el feminismo ocupaba un lugar central.
La paradoja del “carnet de feminista”
En múltiples ocasiones, Errejón se pronunció enérgicamente en contra de la violencia machista. Abogaba por políticas públicas que protegieran a las mujeres y criticando a quienes, según él, no demostraban un compromiso auténtico con el feminismo. Su discurso lo posicionó como un referente en la lucha contra el machismo. Sin embargo, con las recientes acusaciones de acoso sexual, las palabras del exdiputado de Sumar han cobrado un tinte paradójico. Su defensa del feminismo contrasta de manera abrupta con el tipo de acusaciones a las que ahora se enfrenta.
Las críticas no se han hecho esperar. En redes sociales y medios de comunicación se ha destacado la “incoherencia” de un político que abogó por otorgar “el carnet de feminista” solo a quienes demostraran un compromiso sincero y activo en la lucha contra el machismo. En este contexto, han salido a la palestra voces que cuestionan si el propio Errejón merece ese “carnet”.
Impacto en la izquierda y en el feminismo
Para el movimiento feminista, las acusaciones contra Errejón representan una crisis de coherencia y credibilidad. El feminismo español, al que el exdiputado ha apoyado en sus intervenciones y discursos, se enfrenta ahora a la disyuntiva de cómo responder a este tipo de situaciones en las que un aliado es señalado por comportamientos contrarios a sus propios valores. La respuesta que el feminismo y la izquierda española den a estas acusaciones podría marcar un antes y un después en la relación entre política y activismo.
Por otra parte, en un momento donde el movimiento #MeToo ha puesto bajo escrutinio a figuras de todos los ámbitos, la situación de Errejón se ve como un reflejo de los conflictos que pueden surgir entre discurso y práctica en la política actual. La tensión entre lo que se dice y lo que se hace puede determinar el futuro de la izquierda en España y la credibilidad de sus líderes.
Ahora, Más País y su alianza con Sumar se enfrentan también a un dilema político. ¿Cómo mantener la credibilidad y el apoyo de sus bases en un contexto de acusaciones que ponen en entredicho uno de sus principales pilares? La presión de los simpatizantes y la opinión pública podría exigir una postura clara, y eso coloca a la organización ante una difícil disyuntiva.