La página del 28 de enero de 2025 escrita por el Gobierno de España sobresaldrá porque el presidente Pedro Sánchez compareció en el Palacio de la Moncloa para anunciar que había logrado salvar, tras las cesiones impuestas por Junts, un paquete de medidas para revalorizar las pensiones y bonificar el transporte público. Sánchez quiso convertir el mal trago que le hizo pasar Junts en un brindis con la España que llega a acuerdos sin dedicar un solo reproche a Carles Puigdemont.
En esa misma página del 28 de enero figurará otro asunto, quizá menor, quizá mayor. El BOE publicó un anuncio de licitación con el objeto de proceder a la contratación del “suministro y distribución de sobres electorales y manuales de miembros de mesa y otros impresos electorales”.
Comenzó así a dar forma al “acuerdo marco” relacionado con material electoral y lo hizo con la extraordinaria previsión de más de dos años, puesto que las elecciones municipales deben celebrarse en mayo de 2027 y las elecciones generales, si se agota la legislatura, deben ser en julio de 2027. Si se agota la legislatura.
Consultado el Ministerio del Interior por Artículo14 al respecto de este anuncio de licitación para hacer acopio de millones de sobres electorales, ofreció esta explicación: “Es un proceso administrativo necesario y normal para tener todo el material cuando haya elecciones. No hay ninguna intención política”. Interior quiso cerrar así el paso a las sospechas de que el Gobierno esté preparando el terreno para un adelanto electoral.
El deseo de finalizar el mandato
De hecho, el propio presidente del Gobierno ha insistido, cuantas veces se lo han planteado, en que su intención es agotar la legislatura. Y su alter ego, el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero, también dice lo mismo cada vez que recibe la pregunta de si no es demasiado frágil la coalición de PSOE y Sumar, zarandeada una y otra vez por sus socios soberanistas en el Congreso de los Diputados.
Volvamos al anuncio de licitación y, en concreto, a los tiempos que se están siguiendo. El “acuerdo marco” que está en vigor respecto al material electoral viene del año 2022 y su duración es de cuatro años, es decir, que expira en mayo de 2026. En otras palabras, el anuncio de licitación se está produciendo con casi un año y medio de antelación cuando el procedimiento de contratación anterior apenas tardó cinco meses en culminar.
Dicho de otra forma, el Gobierno ha adelantado enormemente el inicio del procedimiento del “acuerdo marco” respecto al timing seguido en ocasiones anteriores. Una explicación sería que el presupuesto de este acuerdo marco ha sido desbordado ya por los procesos electorales celebrados y, en consecuencia, el Gobierno ha optado por adelantar la nueva licitación ante la posibilidad de un adelanto de las generales.
El horizonte 2026
Y aquí el runrún es incesante porque las respuestas oficiales del Gobierno no coinciden con las de quienes conocen —porque han trabajado con él— al presidente. “Sin presupuestos va a ser muy difícil agotar la legislatura”, sostiene una voz que ha visto actuar a Sánchez de cerca. Es de los que piensa que las derrotas en el Congreso están castigando la imagen pública de un Gobierno con escaso margen para legislar.
Esta misma voz se atreve incluso a situar las generales en 2026 y no pasa por alto que la escenificación del presidente del Gobierno respecto a las bondades de sus acuerdos in extremis corre el riesgo de no ser creíble. Al fin y al cabo, uno no puede simular tan a menudo que el aguardiente que sirve Junts es, en verdad, Vichy Catalán.