El PSOE ha logrado sobrepasar su 41 Congreso Federal sin grandes aspavientos entre barones a cuenta de la composición de la Ejecutiva, del modelo de financiación autonómica o sin que afloren demasiadas tensiones en materia territorial (aunque su estallido se atisba próximo). Han sido las enmiendas aprobadas en materia de feminismo las que ha tensionado a parte de la organización, y que está suponiendo un terremoto para la izquierda.
La decisión de no incluir las siglas que identifican a las personas ‘queer’ y las englobadas en la categoría ‘plus’, desterradas de la denominación LGTBIQ+, ha supuesto reabrir viejas heridas en todo el espacio político. Y el hecho de que el plenario del PSOE haya apostado por aprobar una enmienda que pide prohibir a las mujeres trans competir en las “categorías destinadas a mujeres” ha crispado aún más los ánimos.
Si bien la ponencia marco, el documento que establece la nueva hoja de ruta política, sí aludía a “LGTBIQ+” y “LGTBI+”, esta no es la denominación oficial surgida del 40 Congreso, en Valencia. Víctor Gutiérrez, secretario LGTBI del PSOE, explica a Artículo14 que estrictamente hablando “no se ha perdido nada”, toda vez que la nomenclatura más inclusiva, que sí utiliza el Ministerio de Igualdad, “no estaba aprobada” para su uso oficial en el partido. “Nos quedamos como estábamos”, explica.
De hecho, la intención del secretario LGTBI, que revalida su cargo tras este congreso, era incluir vía enmienda la referencia a la denominación ‘plus’. Esta modificación no se aprobó, pero sí recibió luz verde la enmienda que impide añadir a las personas englobadas en las siglas ‘q’ y ‘plus’. “Se ha votado, éste es un partido democrático”, indica Gutiérrez, que también promete que seguirán “trabajando para garantizar los derechos del colectivo” y la inclusión de nuevas siglas.
La titular de Igualdad, Ana Redondo -que se ha visto desplazaba de la secretaría del ramo, que ahora ostenta Pilar Bernabé-, sí usa las siglas ‘LGTBIQ+’ en actos públicos. Para la izquierda a la izquierda del PSOE es un debate de peso, que va mucho más allá del uso de las siglas, al considerar que se está invisibilizando a las personas que se identifican con ellas.
En lo que afecta a las personas trans, el enfado es aún mayor. La tramitación de la ley trans en el Congreso de los Diputados hizo aflorar las diferencias entre las posiciones de Irene Montero (Podemos), entonces ministra de Igualdad, y Carmen Calvo (PSOE), en su día vicepresidenta primera y hoy presidenta del Consejo de Estado. El pulso soterrado que ambas encarnaron generó enormes fricciones; las posiciones de Calvo y otras destacadas feministas históricas de su partido no eran hegemónicas, y así ha quedado evidenciado tras este congreso.
Los documentos del PSOE reflejarán la denominación escogida, pero el veto a las mujeres trans difícilmente tendrá efectos prácticos, como afirman distintas fuentes del partido. El socio minoritario de la coalición, Sumar, no avala hacer cambios en el sentido marcado por las enmiendas del PSOE, por lo que no es probable que tengan traslación a las políticas del Ejecutivo. De hecho, en su espacio político, pero también en el de Más Madrid o en Podemos, aprecian la mano de Calvo en el resultado de esta votación. Creen que las socialistas que han impulsado esta enmienda militan en el “odio”.
Sumar se ha servido de la red social X para acusar al PSOE de abanderar “ideas de la extrema derecha”. “La lucha por los derechos no puede dejar a nadie atrás. No se lucha contra la extrema derecha con las ideas de la extrema derecha”, reza su mensaje. “En Madrid siempre van a caber todas las mujeres y todas las personas LGTBIQ+”, afirmó la portavoz de Más Madrid, Manuela Bergerot.
“Nada de esconderse, nada de borrarnos, ni de dar pasos marcha atrás”, escribió Eduardo Rubiño, referente de Más Madrid en esta materia. La cuenta oficial de Más Madrid en materia de derechos LGTBIQ+ denunció el “calado de la ideología reaccionaria trumpista/ayusista en formaciones autodenominadas socialistas que borran la diversidad de la comunidad LGTBIQ+ y no reconocen a las mujeres trans como mujeres”.
“No son siglas, son seres humanos que viven, sienten y se duelen en la búsqueda de vivir sus vidas en el respeto y la libertad que todas las personas nos merecemos”, escribió Carla Antonelli, senadora por designación autonómica de Más Madrid y exdiputada autonómica del PSOE.
Montero: “Las mujeres trans son mujeres”
Por su parte, la exministra Montero, hoy eurodiputada, se ha pronunciado a través de un mensaje en X para defender que lo aprobado por el PSOE no puede ser encuadrado dentro del “feminismo clásico”. “Es transfobia. Haz frente a los prejuicios y a la desinformación: las mujeres trans son mujeres y los derechos trans son derechos humanos”, reza su mensaje. “Las mujeres trans son mujeres, tengan pene o tengan vagina”, explica en un vídeo publicado en esa red social.
También destaca que Human Rights Watch considera que las pruebas de sexo que realizan algunas federaciones u organismos deportivos son “prácticas degradantes” en base a “definiciones arbitrarias de la feminidad y de estereotipos raciales“. Afirma que también la ONU las ha considerado innecesarias y humillantes.
La receta para expulsar a los puteros, en secreto
Por otro lado, según distintas fuentes el plenario aprobó el sábado una enmienda que reclamaba expulsar a los puteros del partido. La dificultad de probar que un hombre ha pagado a una mujer por un acto sexual era reconocida por distintos dirigentes, incluso por algunas de las impulsoras de una de las enmiendas en este sentido.
En la noche del domingo, el PSOE había obviado reiteradas peticiones para hacer público el texto finalmente aprobado. Estrictamente han confirmado la aprobación de una enmienda en este sentido, pero no han facilitado más detalles.