La coacción por parte del Gobierno de Maduro a Edmundo González en la embajada de Venezuela no ha quedado ceñida a una cuestión entre dos países. Según publica el Financial Times, un alto cargo del gobierno brasileño, en declaraciones al periódico, ha asegurado que la visita de los hermanos Delcy y Jorge Rodríguez a la residencia del embajador Ramón Santos Martínez fue algo que “nunca debía haberse permitido”.
El tabloide se refiere al comunicado que el opositor venezolano publicó, en el que hacía referencia a las presiones y amenazas recibidas por parte de los enviados de Maduro para firmar unos documentos en los que solicitaba abandonar el país. Además, reconocía la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Venezuela en la que validaba la proclamación de Maduro como presidente del país sudamericano.
El político brasileño no se queda ahí, si no que exige que explicaciones. “Maduro lo expulsó del país mediante intimidación y… el Estado español fue el principal facilitador. Tienen que explicar lo que hicieron y rendir cuentas“.
Además, asegura que el expresidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, “ayudó a implementar” la huida del opositor venezolano del país a causa de los hostigamientos que recibió por parte del dictador venezolano, y que la aclaración pública que hizo González posteriormente, en la que matizó que el Ejecutivo español no le había coaccionado, fue a petición del ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares.
Tras aterrizar González Urrutia en suelo español, las explicaciones por parte del gobierno y del ex presidente del Gobierno no coincidieron. Desde el ministerio de Asuntos Exteriores se aseguró que el Gobierno español no había hablado con el Gobierno venezolano, sino que había interactuado meramente por las cuestiones técnicas del traslado. Por su parte, Zapatero “sacó pecho” y se arrogó el éxito de la negociación con Maduro.
El propio ministro envió un comunicado a los medios a raíz del suceso, en el afirmó que “Cuando Edmundo González solicitó ser acogido en la residencia del embajador español tuvo la garantía de que podía verse o realizar las gestiones que decidiera hacer en relación a su situación”. Y afirmó que el ministro de Exteriores dio “instrucciones directas al embajador de no inmiscuirse en las gestiones que pudiera realizar el líder opositor”. Pese a estas aclaraciones, el alto cargo del gobierno brasileño considera que el gobierno español no debió permitir que esto se produjera en la embajada.
A esta petición se añade que la crisis diplomática abierta entre España y Venezuela a raíz de las declaraciones de la ministra de Defensa, Margarita Robles, en las que tildaba directamente de “dictadura” al país bolivariano. El Gobierno de Maduro llamó a consultas a su embajadora en Madrid por las “insolentes” y “groseras” declaraciones de la ministra.
Ante el agravio, el titular de Asuntos Exteriores español quiso quitar hierro al asunto y no defendió a su homóloga española, sino que afirmó en una entrevista en Radio Nacional no ser un “politólogo” como para referirse en esos términos a las condiciones políticas dentro de un país. Albares tiene previsto participar en el Consejo de Ministros informal de Asuntos Exteriores de la Unión Europea, en la Delegación de la Unión Europea en Nueva York en el día de hoy.