El exministro de Justicia y magistrado del Tribunal Constitucional (TC), Juan Carlos Campo, considera que uno de los principales problemas a la hora de definir un nuevo modelo de justicia es la “judicialización de la política y la politización de la justicia”, aunque ha aclarado que no es un problema único de España.
Entre los escollos que ha enumerado para definir un nuevo modelo de justicia, Campo también ha señalado la “enorme invocación de los tribunales como mecanismo para resolver todo”, una producción legislativa desbordante y la obligación de los jueces de resolver los asuntos, recoge Europa Press.
El exministro también ha advertido de que la irrupción de la Inteligencia Artificial en la judicatura “puede acabar deshumanizándonos” y ha criticado que los medios de comunicación se hayan convertido en otra vía para realizar juicios paralelos, un hecho que ha dicho que deslegitima al poder judicial.
Siete millones de asuntos anuales
El exministro ha puesto el foco en el incremento incesante de la litigiosidad y en la enorme juridificación de la sociedad, en sus palabras textuales, subrayando que “hoy todo acaba en los tribunales”.
En este sentido, ha subrayado que en España ingresan en los juzgados 7 millones de asuntos al año, de los que se resuelven aproximadamente 6 millones y medio, y que hay 5.000 millones de euros inmovilizados en los juzgados que deberían estar circulando.
Campo ha puesto en valor los mecanismos alternativos de solución de conflictos que buscan la “paz social”, que cree una necesidad, así como acercar la justicia a la ciudadanía.
El modelo de justicia para Campo pasa por un sistema cercano al ciudadano y por destinar más “recursos humanos y formación, recursos tecnológicos y nuevas leyes que acompañen”, como la ley de eficiencia, para superar la visión corpuscular que existía hasta ahora de los juzgados.
Justicia como base de la democracia
Campo ha destacado la interrelación entre tres conceptos: la trilogía “democracia, ciudadanía y justicia”, de los que ha dicho que son lo mismo.
En este sentido, el exministro ha subrayado que, en la actualidad, las democracias necesitan “superar todos los desafíos emergentes y protegerse frente a ataques externos, pero también internos”.
Ha añadido que se está produciendo un debilitamiento y una desnaturalización de los pilares básicos sobre los que se sustenta la democracia y ha enumerado, entre otras causas, la polarización política, de la que ha dicho que está “rayando lo insoportable”, y el papel de los medios de comunicación de masas.